Esa noche me levantaba a cada rato como es de costumbre, pero una vez creo que fue por intuición, me acerqué a la ventana y miré hacía afuera, estaba muy inquieto, pero juro que sentía que alguien estaba en peligro, mira y justo por delante de mí pasó de manera fugaz una figura delgada con unos ojos que brillaban en la oscuridad y que tenía largas extremidades, parece que tenía una sonrisa de grandes dientes en el rostro que parecían gastados...
Del susto caí al suelo despertando a Otis.
-¿Pero qué te pasa contigo tronco, estás loco, qué haces despierto a estas horas?
-Tenemos que salir de aquí, acabo de ver a algo espantoso pasar enfrente de mi, justo en la ventana...
-Chicos despierten, es hora de acabar con esta patraña de que hay un monstruo afuera.
Todos despertaron y medio somnolientos escucharon a Otis.
-Nuestro querido amigo dice que debemos irnos porque hay algo afuera. Vamos a revisar...
Justo cuando Otis iba a revisar por la ventana se escuchó un grito de terror el cual nos alertó a todos y salimos afuera...
La luz de una cabaña a lo lejos tintineaba y de ahí salió la misma niña que habíamos rescatado...
Ella corrió hacia nosotros y abrazó a Otis.
-¿Qué te pasa pequeña?
-...
-No te preocupes puedes decírmelo a mí
-...
La niña no contestaba pero de la nada comenzó a sonreír, no era una sonrisa normal, era algo siniestro, esos ojos que miraban a la nada no encajaban con esa sonrisa...
Todos nosotros estábamos dando pequeños pasos para atrás, sabíamos que lo que teníamos al frente no era normal...
La niña abrazó cada vez con más fuerza a Otis, quien desesperadamente empezó a intentar quitársela de encima, pero era en vano.
Nuestros pequeños pasos se convirtieron en grandes pasos, listos para salir corriendo.
Mientras que Otis nos miraba intentando pedir auxilio pero parece que no le llegaba aire a los pulmones. Las extremidades de la niña comenzaron a hacerse más grandes y su sonrisa llegaría a ser muy extendida y sus dientes también se agrandaron, mientras que seguía apretando con más fuerza a Otis, tanto que se oyó como su columna se quebró, y en ese entonces Sarah y Stephanie dieron un grito que lo oyeron los guardias. Nosotros nos lanzamos a correr, lo último que vimos fue como esa niña se transformó en mu monstruo que devoró a quien fue mi mejor amigo...
-Amigo mío...
Fue lo único que alcance a escuchar de él.
Nos encerramos en la cabaña mientras que oíamos disparos y a unos hombres gritando de dolor.
En ese momento Edwin, Malfoy y yo cerramos la puerta con llave, colocamos una silla detrás de la puerta y también el escritorio para que esa cosa no entrara.
-¿Qué hacemos?
Dijo Stephanie con lágrimas en los ojos y temblando.
-¡Vamos a morir todos!
Dijo Sarah gritando
-Tranquilizaos. En el sótano de la cabaña hay una escopeta y deben haber balas por ahí.
-Iré contigo. Malfoy quédate protegiendo a las chicas.
Y así fue como yo y Edwin salimos por una ventana, armados simplemente con unas tablas que estaban por el suelo...
Había un problema... la puerta que conduce al sótano estaba bajo llave, la única solución fue que Edwin destruyera la puerta para poder entrar.
Estaba cuidando la retaguardia de Edwin cuando de la oscuridad aparece Otis con la misma ropa que llevaba puesta cuando murió, sin ningún tipo de rasguño, estaba como cuando copras ropa nueva...
-Otis, ¿cómo es qué...?
No terminé mi frase porque el me interrumpió.
-Amigo... mío...
Caminaba lentamente y miraba al suelo, parecía triste, como quien camina sin animo.
Edwin volvió a ver y también quedó sorprendido, ya había echo un hoyo por el cual cabía una persona.
Otis estaba a unos 2 metros de mí, y en ese momento levanta ña cabeza y veo su sonrisa gigante con unos dientes putrefactos, ahí fue cuando me percaté de que había caído...
Ese monstruo de abalanza contra mí, vi mi vida pasar delante de mí... En ese momento fue salvado por Edwin quien se interpuso entre "la bestia" y yo recibiendo una mordida en el brazo.
-¡Corre! Ve y busca la escopeta.
-¡No te puedo dejar con ese monstruo!
-¡Me las puedo arreglar solo!
-...
Con lágrimas cayendo de mis ojos como manantiales salí corriendo hacía el sótano, entre y rápido prendí la lámpara que colgaba del techo, vi la escopetas y unas balas que estaban sobre un escritorio. También me percaté de un pequeño diario que decía con letras mayúsculas "Monstruos". Lo agarré todo y salí en busca de Edwin, cuando subí las escaleras vi a Edwin en el piso, la bestia le estaba comiendo una pierna, ya no le quedaban fuerzas ni para gritar, rápidamente le disparé en la cabeza al monstruo, cuando la bestia había muerto volvió a tomar du aparentemente "forma original".
Tenía las mismas características que el monstruo que vi, pasar por la ventana, solo que este tenía orejas de siervo.
Corrí hacia el moribundo Edwin, estaba perdiendo mucha sangre, no llegaría a la cabaña, lo cargué como pude pero pesaba mucho.
-Déjame aquí... No vas a llegar...
-No te voy a dejar aquí, tengo que llevarte con tu hermana.
La verdad sabía que no llegaría con el hasta la cabaña, pero seguía intentando.
A lo lejos se ve como de una cabaña sale otro monstruo, pero este tenía orejas de conejo. Se quedó mirándonos por unos segundos y luego se lanzó a correr por nosotros.
-¡Huye y déjame aquí!
-¡No por favor no me hagas esto!
-Moriremos los dos si no te vas. ¡Vive y salva a mi hermana!
Llorando como quien pierde a un hijo salí corriendo, tenía que recargar para dispararle a "la bestia" pero aunque la matase Edwin no iba a llegar, así que lo único que pude hacer fue voltear hacía atrás y ver como "la bestia" devora a otro de mis amigos...
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Esa semana de agosto
FantasyUn chico llamado Jeremy cuanta la historia de cuando la vida le cambió por entrar en el campamento del pueblo de Potsfiel. Es una historia de terror y suspenso inspirada en lo que me aterraba cuando era más pequeño, los grandes dientes de las besti...