My Little Pony: El Despertar de los Monstruos

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Cuando Misty y Tyler fueron asignados con la misión de ir por los Cristales de la Unidad para destruirlos, se esperaban muchas cosas por el camino: Monstruos sueltos por doquier, vigilando cada rincón de Equestria para capturarlos a ellos o a Sunny y llevarlos antes Grogar.

Definitivamente no esperaban un camino totalmente libre hacia la Crystal Brighthouse.

En parte era un alivio porque no tendrían que pelear contra nadie, pero también se sentían muy inconformes con la ausencia de tantos ponis en las calles. Pasar por ellas era el equivalente de andar por un pueblo fantasma, y eso no era del agrado de ninguno de los dos ponis.

De todos modos, cuando llegaron a la Crystal Brighthouse, se sorprendieron de ver que el arcoíris seguía intacto, y que los Cristales seguían flotando. Si mal no recordaban, la razón por la que aquellos cristales siquiera flotan y esparcen magia a montones es porque los ponis están en paz y armonía, unidos por la amistad. Ahora solo quedaban 3 ponis en toda Equestria, pero quizás el hecho de que esos 3 ponis son felices y se llevan bien entre sí es la razón por la que los cristales siguen funcionando.

Tyler levitó los 3 cristales hacia así, haciendo que el arcoíris en el que se encontraban glitcheara un poco, pero al ver que se detuvo dedujo que no pasaba nada. Estaba a punto de hablar hasta que...

—Tyler... ¿Cómo es que no te molesta?

El nombrado se dio la vuelta para ver a Misty, y al ver en su mirada preocupación y angustia, él mismo sintió algo parecido.

—¿Qué quieres decir? —preguntó Tyler, inclinando la cabeza confundido.

—Oh, es que... —Misty vaciló, haciendo pequeños círculos de nerviosismo en el suelo con un casco—. No, ¿sabes qué? Olvídalo, es algo tonto. No es importante, créeme...

—Misty, nada de lo que tu digas podría ser calificado alguna vez como tonto, al menos no por mí —dijo Tyler, con un leve sonrojo en sus mejillas, pero también sonriendo.

Misty sintió su rostro acalorado de repente, pero luego sacudió la cabeza y suspiró profundamente.

—¿Cómo... cómo tu pasado no te molesta? Tus acciones, tu forma de pensar... Todo eso cambió de forma muy repentina, si me preguntas. No digo que sea malo que hayas cambiado, pero... bueno... ¿Cómo vives tan tranquilo sabiendo que hiciste muchas cosas malas en el pasado? ¿Cómo sigues siendo tú mismo y, aún así, ayudas a aquellos que alguna vez quisieron vencerte?

Tyler no esperaba escuchar tantas preguntas, en especial viniendo de Misty, pero de todas formas sonrió cálidamente, mirando a la unicornio directamente a los ojos.

—Bueno... No fue un cambio tan repentino como crees —comenzó a explicar Tyler—. Estar un año en el Tártaro, liberar a 3 monstruos y trabajar para dos, finalmente darme cuenta que aún si era probado con la razón estaría solo para siempre... Hubo muchos factores que intervinieron que me hicieron darme cuenta de que... De que tal vez, la amistad no puede resolver todo... Pero es mejor morir sabiendo que tuviste a muchas amistades contigo, aún si algunas no perduraron. Además, fui capaz de cambiar mi destino. Creí que solo podía usar mi magia para el mal, pero ahora la uso para ayudar a combatir a Grogar. Podría decir lo mismo de ti, Misty. Tú también cambiaste tu destino cuando decidiste, junto a mí, darle la espalda a Opaline por el bien de todos los demás.

—¿Pero qué pasa si está mal? —preguntó Misty, preocupada—. Quiero decir... los destinos pueden cambiar. Quizás ya estoy bien, pero puede pasar cualquier cosa. ¿Qué pasa si mi corazón no es tan puro como los demás creen? Siempre sueño con mi pasado. ¡Tiene que haber una razón detrás de eso! Me hace entrar en pánico y sentir insegura. Hace años demostré mi valía ante mis amigos, pero... en el fondo siento que no durará para siempre...