Capítulo 3.

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Salgo de la feria a paso rápido con la respiración entrecortada, escuchando como el latido de mi corazón taladra mi mente. Cada vez entiendo menos esto. ¿Por qué la palabra "OUT" escrita con sangre? ¿Por qué el niño siempre está cuando sucede algo extraño? ¿Por qué desaparece? Y la chica, me resulta muy familiar, como si la hubiera visto antes en alguna parte. No, no puede ser. Es imposible que sea alguien de Nueva York y mucho menos de aquí. No me he encontrado con nadie además del niño. Espera, sí. La niña del columpio. Al recordarla me doy cuenta de que realmente se parece a la chica que se ha tirado de la noria. ¿Serán hermanas? Me estremezco solo de pensarlo.


Está anocheciendo y yo aún no he encontrado el camino de vuelta a casa. Conforme va oscureciendo mi miedo aumenta haciendo que mire hacia todas partes en busca de algo extraño. "Te estás volviendo paranoica" dice una voz dentro de mí. Puede que tenga razón. Puede que la situación de mi casa y este extraño pueblo me hayan afectado y todo esto sea producto de mi imaginación, pero lo encuentro demasiado real. Por otro lado, si le cuento a alguien que veo niños que desaparecen y chicas que se tiran de norias y se inmolan, acabaría en un manicomio con una camisa de fuerza.

Al girar por la calle de la derecha recuerdo haber pasado por aquella calle y mis esperanzas por volver a casa aumentan. Seguro que cuando llegue todos estarán preocupados y me tocará la bronca de siempre. Qué se le va a hacer, hay cosas que no cambian nunca. Después de pasar dos calles ya cerca de mi casa empiezo a escuchar un ruido. No es un ruido cualquiera, es el que provocan los golpes de la pelota del niño. El corazón empieza a latirme con fuerza y esos golpecitos constantes no dejan de atormentarme. Veo al niño a mi derecha sin prestarme atención ninguna y empiezo a girarme en todas las direcciones pensando en encontrarme a alguien extraño otra vez.

-Está ahí –La voz aguda del niño hace que sienta un escalofrío recorriendo mi espalda. Al mirarle veo que señala con el dedo hacia la carretera, donde veo a una chica. La misma chica que se tiró de la noria pero vestida con un vestido azul y algo más mayor, como si tuviese dos o tres años más.

Observo a la chica detenidamente desde la distancia pero ella no mueve ni un músculo. Ni si quiera cuando se ve un coche acercarse a lo lejos. El coche cada vez se acerca más y ella está ahí, quieta y sin hacer nada. Sin pensármelo dos veces voy hacia ella y la aparto sin darme tiempo a quitarme yo. De repente noto un fuerte dolor y todo se vuelve oscuro.

Abro los ojos. Me encuentro tumbada en la camilla de lo que parece una habitación de hospital. Oigo el pitido de fondo de una máquina que marca mi ritmo cardiaco. No entiendo nada. No recuerdo que me ingresaran en un hospital, ni tampoco de nada más antes de despertar en esta habitación.Noto una punzada de dolor en la cabeza que me deja aturdida durante unos instantes. Acaricio mi frente con la mano y noto unos puntos cerrando una pequeña brecha. Debe de ser el motivo por el que estoy aquí.Recorro la habitación con la mirada detenidamente hasta llegar a un cartel en la mesilla, donde consigo leer: Paciente Margaret. Ese debe de ser mi nombre.Espero durante varios minutos a que alguien se percate de que estoy despierta, pero no entra nadie a la habitación, cosa que me resulta extraña. Se supone que en estos casos suele haber vigilancia ya que los pacientes pueden despertar en cualquier momento.Decido levantarme como puedo, quitándome la vía del suero y todos los tubos que llevo puestos en el cuerpo. Todo empieza a pitar y a llenarse de luces parpadeantes. Tiene que haber oído este escándalo más de medio hospital.Me acerco a la puerta como puedo. Me cuesta andar y el hecho de ir descalza por este frío suelo no ayuda. Consigo llegar a la puerta y abrirla. Noto el aire entrar por ella y se me eriza la piel por el frío. Salgo al pasillo y un escalofrío recorre todo mi cuerpo. Todas las personas que están en él, médicos, enfermeras, auxiliares o pacientes, están todos muertos.

Asustada miro hacia delante y veo escrito en grande con lo que parece sangre, la palabra "OUT". Ahora lo recuerdo todo. Al intentar apartar a la chica no me dio tiempo a hacerlo yo y el coche debió atropellarme. Las luces empiezan a parpadear y noto movimiento a mi derecha Ahora a mi izquierda. Por más que miro hacia todas partes no veo a nadie. Cuando por fin todo parece calmarse las luces se apagan y escucho un grito ensordecedor.

-¡Déjame en paz! –Grito con las manos tapándome los oídos.

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