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- Todo el contenido es puramente ficción.
- OS variados, en su mayoría con temática para mayores.
- Todos los personajes menos la protagonista son pertenecientes al mangaka Gege Akutami.
Gracias por leer! ❤︎
TW!!: Digitacion, sumisión, oral fem., mención de trío, sexting.
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Ruidos de besos húmedos resonaron en la habitación, la jóven era aprisionada por el cuerpo del albino sobre la cama mientras que ataca sus labios con hambre. Satoru había tenido un día agotador y solo quería ser recompensado con las caricias de su chica, por lo tanto apenas llegó a su casa la acorraló sin siquiera saludar formalmente y comenzó a besar sus labios con desesperación.
— Hoy fue un día duro ¿Me dejaras divertirme? — Preguntó quitando su venda.
Cómo respuesta recibió un pequeño sonido de afirmación y una mirada brillante que emitía la timidez y emoción de su linda novia. Quien diría que luego de tantos años de amistad finalmente había conseguido tener a la jóven entre sus brazos de tal manera, ni siquiera él podía creer que la chica que se negaba a besarlo en más de una ocasión ahora mismo era tan sumisa ante él.
_____ había llegado en el último año de preparación en la academia de hechicera, fue algo repentino ya que venía de Kyoto y los altos mandos creían que alguien como ella estaría mucho mejor en la academia donde el albino y sus amigos estudiaban. El ser una extraña llamaba la atención de Satoru y Suguru quienes aún sin haber madurado del todo al verla compitieron por quien la haría “caer” primero ya que no podían negar que era alguien interesante en muchos sentidos y había llamado la atención del par, más que nada si hablamos de lo físico. Pero una vez conocieron la persona detrás de ese inocente rostro se encontraron con una buena amiga que los acompañaba en sus locuras aún con riesgo de ser descubiertos y castigados por Yaga, cualquier rastro del juego que habían propuesto se había borrado ya que genuinamente disfrutaban de la compañía de la jóven.
Sin embargo Satoru nunca dejó de admirarla, más allá de su físico, su personalidad era encantadora y cuando menos se dió cuenta, irónicamente, él había sido quien cayó rendido a sus pies sin que la chica haya hecho mucho más que ser ella misma. Y ahora mismo habían cumplido unos meses de una bonita relación.
— Prometo que seré gentil esta vez. — Susurró bajando sus besos hacia las clavículas de la jóven.
Pero el sonido del teléfono de Satoru los interrumpió, captando la atención del albino quien a regañadientes lo tomó para ver quién osaba interrumpirlo en su momento.
El nombre de Suguru apareció en la pantalla ¿Por qué lo estaba llamando a esa hora?
Miró de reojo a su novia respirando con un poco de dificultad, algo desalineada y con las mejillas rojas como dos fresitas, una sonrisa malévola se dibujó en su rostro y dirigió sus dedos hasta el final de la camiseta que traía puesta la jóven, una que le había robado para estar más cómoda. Con delicadeza la levantó de a poco exponiendo su ropa interior.
— Cariño ¿Puedes no hacer demasiado ruido? — La jóven en su inocencia no entendió a qué se refería en el momento.
Gojo lamió dos dígitos que apresuradamente adentró en la ropa interior de su chica tomándola por sorpresa mientras que con su otra mano atendía la llamada y la ponía en altavoz. _____ sintió su cara arder al ver lo que tramaba el albino y cuando iba a quejarse los húmedos dedos de su novio habían logrado encontrar su hinchado clítoris, calló un gemido mordiendo su labio inferior y mirando a Satoru exclamando piedad.
