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- Todo el contenido es puramente ficción.
- OS variados, en su mayoría con temática para mayores.
- Todos los personajes menos la protagonista son pertenecientes al mangaka Gege Akutami.
Gracias por leer! ❤︎
TW!!: Mención y uso de drogas, mención a preocupación por salud mental, sexo explícito, masturbación fem, marcas en los pechos, creampie, personajes mayores de edad¡!
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12:45 de la noche. El viento frío movía las hojas de los árboles mientras una fría helada caía vistiendo el pasto verde del jardín de la jóven quien estaba sentada sobre él. El insomnio decidió acompañarla esa noche mientras juntos divagaban en sus pensamientos más profundos, a su vez, sus ojos descansaban en las estrellas que esa noche relucian mucho más. El sonido de una notificación la hizo dar un pequeño salto en su lugar, al tomar el dispositivo llegó una llamada.
El nombre de su mejor amigo relució en la pantalla, de pronto supo porque aquel chico estaba llamandola a tales horas, eso se había vuelto algo rutinario.
— Suguru. — Enunció en un saludo.
— Te necesito. — Exclamó con una voz ronca en una súplica.
— ¿Qué sucedió ahora? — Suspiró imaginando los ojos de su amigo pintados de marcas carmesí.
— Estoy en la puerta de tu casa. — _____ rápidamente tomó impulso para levantarse y caminar por la oscuridad de su sala llegando hasta la puerta de entrada. Giró la perrilla para encontrarse con la silueta de Geto quien exhalaba una gran nube de humo, el olor a hierba se coló por sus fosas nasales.
— ¿Por qué siempre me llamas cuando estás drogado? — Preguntó con una sonrisa dejando un espacio para que el jóven entrase.
Aún recuerda bien la primera vez que había pasado esta situación. Suguru llamó un par de veces en plena madrugada siendo dominado por la droga en su sangre y mientras manejaba una charla sin sentido con _____ terminó en la puerta de su casa, como si un imán lo atrayera hacia ella.
Aquella noche se refugio en los brazos de la jóven, como si ella fuera la medicina que contrarrestaba cualquier mal o efecto en su cuerpo. A su lado sentía una paz inigualable pero a la vez un sentimiento de euforia se presentaba momentáneamente, como si ella fuera la droga más potente que hubiera probado.
Cómo si pudiera ver en la oscuridad, Suguru avanzó por la casa hasta tirarse sobre la cama de la chica, su aroma dulce hizo desaparecer lo amargo de su nariz y garganta, incluso podía jurar que pequeños pétalos de flores flotaron cuando cayó sobre las almohadas. Había algo en _____ que lo atraía, esa calidez y tranquilidad de afrontar las cosas, la manera en la que buscaba una solución con rapidez, como si supiera que hacer ante cualquier inconveniente del más alto. Pero a veces, simplemente necesitaba reposar su cabeza sobre esas almohadas con aroma a caramelo y derretirse frente al calor del cuerpo ajeno; amaba sentir las caricias de la chica en su cabello o mejillas. A veces le gustaría confesar que finge estar dormido para disfrutar de las pequeñas muestras de amor de _____, pero no quisiera verse como un bicho raro al decirlo.
Detrás de él, postrada en el marco de la puerta, _____ lo veía. Nunca supo cómo sentirse al respecto con esta situación pero saber que el azabache siempre terminaba junto a ella en ese estado lograba calmarla de cierta manera. Caminó hasta tomar asiento a su lado y enredo los finos cabellos negros de su amigo en sus finos dedos, Suguru parecía un pequeño gato reaccionando a las caricias de quién ama, cerrando sus ojos y calmando su respiración.
