Estrellas

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Mientras Quackity trabajaba en la oficina, Roier había regresado a casa. Se sentía realmente aturdido y con un fuerte dolor de cabeza que lo estaba agobiando; realmente no debió gastar su escaso poder en algo tan sencillo como llevar al pelinegro al trabajo. ¿Había valido la pena? Quizás con ese acto él ya no pensaría en echarlo. ¡Debía dar lo mejor de sí pese al dolor!

En cuanto abrió la puerta, se encontró con Pepito esperándolo, sentado en el suelo mientras sujetaba un peluche desgastado en forma de conejo. Ver que el hombre de ojos brillantes había vuelto generó una gran sonrisa en aquel niño. ¡Él era su estrella! Estaba más que feliz de que regresara pues había pensado que no volvería. ¡Y mejor aún! ¡Que fuera un ser mágico! Era como las hadas que aparecían en los dibujos de los libros que su papá le leía.

Las estrellas no suelen tener interés en los humanos, y que una se vea atraída por las súplicas humanas es poco común; sin embargo, Roier era una estrella un tanto peculiar. Con una sonrisa, se inclinó a la altura de Pepito, acariciando su cabeza con suavidad. Servir a un niño no sonaba tan mala idea después de ver su ternura y personalidad.

(Pepito): ¡Gracias por escucharme a mi y a mi papá! Estoy seguro que él será muy feliz ahora que estas aquí, incluso puede que vuelva a sonreír. ¡Como antes!

(Roier): Bueno, hay mucho trabajo por delante pero creo que tú y yo conseguiremos cumplir tu deseo. ¡Para eso estoy aquí!

Los ojos marrones del menor se iluminaron tras esas palabras. ¿Era acaso un sueño? Si ese era el caso no quería despertar.

Después de esa pequeña conversación Pepito se dispuso a enseñarle su hogar, corriendo de arriba a abajo con sus pequeñas piernas, quería dar la mejor impresión. Roier se limitaba a seguir al niño, observando la casa de pies a cabeza. Como tal él no entendía bien las cosas humanas, ni estaba familiarizado con las modernidades; algunas cosas llegaban a ser fascinantes para él. Pese a que estaba impresionando e interesado en ciertos aparatos, se notaba su confusión con el lugar. Esa casa era... "reducida"; quizás demasiado... El apartamento tenía solo una habitación, un baño y una sala con cocina, habían grietas que parecían expandirse en las paredes y techo, algunos muebles eran bastante viejos al punto de estar cerca de romperse y otros habían sido reparados de manera manual (Solo tenían cinta alrededor o pegamento viejo). Habían papeles, latas de cerveza, desechables de comida y ropa sucia por el suelo. Roier no juzgaba, pero algo en su interior le decía que ese sitio no era tan adecuado para ellos, mucho menos para un niño. Los niños humanos se enferman muy seguido en esas condiciones, ¿No?. Rascando su mejilla derecha con una de sus manos se preguntó por qué el sitio se veía tan descuidado, se sentía hasta nervioso estando en ese sitio tan cerrado.

(Pepito): ¡Y esta es nuestra cama! Papá y yo dormimos aquí. Antes yo tenia una cama pero papá tuvo que llevársela... ¡Me gusta dormir con papá!

(Roier): Ohhh... ¿Siempre han vivido aquí?

(Pepito): ¡Nop! Antes vivíamos en una casa grande, pero nos tuvimos que mudar cuando un señor llego a casa y le grito a mi papá. Era una casa muy bonita...

Con esa información Roier se pudo hacer una idea. Él como estrella no podía entender del todo bien las necesidades humanas, pues él mismo vivía en un lugar "vacío", sin necesidad de preocuparse por cosas tan banales como esas; sin embargo, y como viviría con ellos, decidió hacer algunos cambios. Cargando a Pepito en sus brazos salió de la habitación, suspirando al ver el enorme trabajo que tenía delante.

(Roier): ¡Muy bien! Vamos a trabajar.

El castaño levantó a Pepito en el aire, sonriéndole con ternura. Dejando al niño en su silla de bebé se arremango su camisa, era momento de iniciar. Para él, un ser mágico, era sencillo limpiar cosas con su poder, sin embargo al estar demasiado débil le era imposible utilizarlo. No había más remedio que hacer las cosas manualmente. Tenía experiencia en eso. ¿Qué tan difícil podría ser? Aunque había pasado mucho tiempo desde que hizo algo como eso...

«Roier había existido desde hace siglos, su sola presencia se podría considerar como un "ser divino". Así como él, habían otras estrellas que tenían conciencia propia e individualidad, eran muy poco comunes y que una naciera con tal particularidad era digna de celebración; los Dioses aman mucho  sus pequeñas estrellas. Sin embargo, nacer con conciencia era solitario pues todas las estrellas se quedaban solas hasta el fin de su existencia, viviendo en un vacío silencioso y deprimente; ni siquiera podían juntarse entre ellas, alejadas por kilómetros unas de otras. Las estrellas no poseen un propósito más allá de iluminar el cielo nocturno. El mito de los deseos a las estrellas sucedió cuando humanos de tiempos pasados pidieron la ayuda de los Dioses, siendo escuchados por las divinidades y recibiendo el "don" de las estrellas. En esos tiempo las estrellas podían convivir con los humanos, salir de su soledad y mezclarse entre ellos a la par que cumplían sus "deseos". Podían ser útiles y tenían un trabajo; un propósito que no fuese estar en el cielo, brillando en eterna soledad. Las estrellas estaban felices por tener compañía e hicieron a los humanos tener vidas más sencillas al cumplir sus deseos. Lamentablemente todo lo bueno suele terminar.

Los humanos, codiciando el poder que las estrellas podían ofrecer y el hecho de que eran criaturas cercanas a los Dioses, decidieron aprovechar ese beneficio. Los grandes líderes humanos tomaron a las estrellas y las esclavizaron, utilizando su poder y volviéndose seres avariciosos que cazaban a estas entidades, como si fuesen animales sin conciencia. Muchas estrellas fueron asesinadas, y otras decidieron abandonar ese mundo por mano propia. Los Dioses, al enterarse lo que sucedía, decidieron quitar a sus estrellas y devolverlas al cielo, a un lugar donde los humanos no pudieran alcanzarlas. Su avaricia condenó a la humanidad, y muy pronto los reinos, fundados con el sufrimiento de esos seres, cayeron. La sociedad avanzó y otras civilizaciones tomaron las tierras caídas, continuando con sus vidas y volviendo todo lo que sucedió como un mito o un simple cuento de hadas. Desde entonces los Dioses dejaron de intervenir en los deseos humanos, y las estrellas restantes se sumergieron en odio e indiferencia contra los mortales, decidiendo que nunca más confiarian en ellos. Y así paso el tiempo, donde todo siguió igual, hasta que cierta estrella rebelde decidió escuchar el deseo de un niño. La estrella más joven, nacida no hace muchos siglos, se vio conmovida por la petición de un niño ordinario. Pese a la oposición de los Dioses, esta estrella decidió acudir al llamado. Iba a correr el riesgo. ¿Qué tan malo podría ser? Esperaba al menos, que no fuese como la última vez.»

Poniendo manos a la obra, Roier empezó a limpiar todo lo que había en el suelo y que fuese basura a sus ojos. Su velocidad era increíble y en poco tiempo consiguió retirar todos los desechos que estaban esparcidos por el hogar, junto con los restos de basura qué quedaba por los muebles. La ropa sucia la coloco en una caja de cartón pues no encontró algo donde colocarla. Estaba seguro que si utilizaba su magia podría limpiar las prendas más rápido, así que las dejaría al último para que su poder se recargase un poco más. ¿Realmente utilizaría su escaso poder en algo como eso? Bueno, cada uno decide que hacer con sus habilidades.

Pepito, que había estado viendo todo desde su silla, se mostraba más que feliz. Había pasado tiempo desde que su casa estaba limpia. Él había intentado limpiar, pero era demasiado pequeño para recoger la basura, además de que más de una vez su papá lo regaño por "desordenar" sus pertenencias. “Yo sé donde tengo mis cosas Pepito, deja de moverlas.” Esperaba que su papá no se enojase con su Estrella por limpiar sus cosas. ¡Él lo defendería de ser así!

El día continuó con Roier limpiando y ordenando lo que tenía a su disposición. Las horas pasaron realmente rápido; habían muchísimas cosas por limpiar aún, pero al menos la sala y cocina estaban impecables. Quedaba poco tiempo para que Quackity regresará, y aun tenían mucho que discutir. Aun tenían demasiado trabajo por delante. Un paso a la vez.

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⏰ Última actualización: Mar 25 ⏰

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