[11] Besos consentidos

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Narra Lixie

Se rascaba la cabeza y movía mucho las piernas en señal de nerviosismo. Tuve que meditar su propuesta por unos segundos, pero al final tomé una decisión.

- Vale, ¿cuándo nos vemos?- pude ver su inmediata felicidad inundar sus ojos.

- ¿Te parece bien que sea mañana a las cinco de la tarde?- preguntó esta vez más tranquilo, pero aún notaba cierta inquietud en él.

- Claro.

Después de mi respuesta nos quedamos unos segundos viéndonos a los ojos, tenía que admitir que eran preciosos. Finalmente el se dio media vuelta para irse, no sin antes despedirse de mí antes de volver a su hogar.

El resto del día transcurrió normal, mi hermano me llamó y tuvimos una larga plática, le conté todo lo que ha transcurrido en todo este tiempo sin hablar con él. Jungkook me llamaba todas las semanas para comprobar que estuviera bien, y lo cierto era que me alegraba escuchar su voz.

Llegó la noche, me acosté y me dormí rápido, ya que estaba cansada. Cuando a la mañana siguiente me desperté eran las once de la mañana, me puse el pijama, ya que me gustaba dormir en ropa interior y fui al baño para lavarme las manos, la cara y los dientes. Fui hacia el salón para tumbarme en el sofá y ponerme a ver algunas películas. Las horas pasaron rápido y pronto me tuve qu empezar a arreglar para ver a Jimin. Miré la hora en un reloj que tenía cerca y ví que eran las cuatro de la tarde. Fui hacia el baño y me di una ducha. Salí y preparé uno de los conjuntos que más me gustaban.

Llegó la hora y estaba nerviosa, iba a ser mi primera cita con un chico. La puerta sonó y cuando fui a abrirla era Jimin con una camisa de cuadros azul con unos vaqueros del mismo color y unos zapatos negros.

- Lixie... estás preciosa- comentó asombrado mientras me hacia una inspección completa. Se le notaba nervioso por lo tenso que estaba, toqué su brazo y me miró a los ojos- ¿estás lista?

- Si, vámonos.

Estuvimos caminando por el pueblo mientras nos conocíamos mejor. Parece ser que a Jimin le gusta bailar, cantar y pasar tiempo con sus amigos. Yo también le conté sobre mis preferencias y otras muchas cosas. Al rato nos paramos en un banco para descansar un poco de la caminata. Habia unos frondosos árboles preciosos, niños con sus padres y sus madres mientras iban con más personas a un lugar determinado. A todo el mundo se le veía feliz.

- Los niños son encantadores, ¿no crees?- dijo Jimin de la nada.

- Si- contesté yo- todos parecen ser felices y no tener preocupaciones.

Ambos nos miramos a los ojos al mismo tiempo y nos quedamos embobados. Cada vez nos acercábamos más, y más, y más, hasta sentir las respiraciones de cada uno.

- ¿Me permite robarle un beso?

La pregunta me sorprendió. La manera tan cortés en la que lo dijo me encantó.

- Si.

Él atacó mis labios con dulzura y lento. Me puso una de sus manos en la espalda y nuestros cuerpos se acercaron más. A los segundos nos separamos y yo deseé que no se hubiera terminado nunca ese momento.

Dos horas después volví a mi casa acompañada de Jimin y cuando entré me quité toda la ropa, me puse el pijama y me quedé tranquila por el resto del día.

Continuará...

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⏰ Última actualización: May 26 ⏰

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