Prólogo

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Nicolas.

Iba manejando de regreso a mi casa en la que viví toda mi infancia, adolescencia y ahora parte de mi adultez. Hoy me reencontraría con mi familia después de llevar dos años sin verlos tras irme a la universidad, regresaba por las vacaciones de verano, pasaría tres meses con mi familia y estaba dispuesto a disfrutar cada día de esos tres meses. Extrañaba mucho los gritos de mamá, a papá y su pasividad, y mi querida abuela que siempre me malcriaba. Un sonido me saco de mis pensamientos, era mi teléfono celular sonando, mire la pantalla y sonreí era mamá llamando. Lo tome para contestar y active el manos libre.

—Hola, mamá.

—Cariño, ¿Cómo estás? ¿Por dónde vienes?

—Estoy bien, mamá. Voy por la Av. Principal, en una hora llegare, no te preocupes.

—Ok cariño, estoy tan emocionada, por fin voy a ver a mi bebé.

Por más que tuviera 22 años y fuera todo un hombre, para mamá siempre iba a ser su bebé.

Negué con la cabeza aunque sabía que no me podía ver y respondí:

—Mamá tu bebé, ya no es tan bebé. Tengo 22 años.

—Cariño tu siempre serás mi bebé, tengas la edad que tengas. —Oí una voz que llamaba a mamá y de inmediato la reconocí, era papá.

—Cariño, te tengo que dejar, tu padre no puede vivir sin mí. Nos vemos después. Maneja con cuidado. ¡Te amo!

—Ok, adiós mamá. También te amo.

Finalice la llamada, me quite el manos libre y me concentre en la carretera que por lo general tenía muchas curvas. Terminando una curva vi a lo lejos una gran roca bloqueando el camino, baje la velocidad, me deslice al otro lado de la carretera en donde encontré un espacio para poder pasar sin problemas.

Que inconciencia una roca en mitad de la carretera, pensé.

Después de media hora de recorrido, me aburrí. Prendí el reproductor de música, metí mi cd favorito de Coldplay y empezó a sonar Yellow, seguía el ritmo de la música mientras maneja. Estaba terminando de salir de una curva cuando perdí el control del auto, frene y lo único que escuche fue el chirrido de los neumáticos, ni siquiera la canción que se estaba reproduciendo. Parecía como si la carretera estuviera mojada y resbaladiza porque no lograba mantener la dirección del auto, cuando salí de la curva, impacte con una roca enorme que estaba justo en la salida de la curva. El auto rodo y empezó a caer por la colina. El airbag no se activó y salí disparado contra el volante, golpee mi cabeza contra el vidrio delantero y mi pierna izquierda queda atrapada, pero no sabía dónde; no podía ver. No sentía nada, solo podía oír el sonido de mi corazón latiendo fuertemente a punto de salir de mi pecho. No quería morir, pensaba mientras iba cayendo. Cerré los ojos con fuerza y sentí el impacto cuando el coche llego al final de la colina y dejo de caer. Abrí los ojos y empecé a moverme, pero un fuerte dolor en mi pierna izquierda me hizo retroceder, empecé a buscar cómo sacarla de donde había quedado atrapada pero dentro del auto estaba oscuro y ya estaba anocheciendo, por lo que no lograba ver muy bien y solo podía mover mi brazo derecho porque el hueso del brazo izquierdo se había partido y se sostenía solo de la piel.


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