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La pareja se quedó en frente de la puerta, aún sin entrar.

— Buster, tienes tiempo de irte.

— Fangie, no creo que tu tía sea tan mala.— repitió por al menos tercera vez al día. Había pasado a por Fang como últimamente hacía, y qué sorpresa se llevó al saber que estaba invitado a su casa a comer.

— Buster, no sabes-

Antes de que ninguno pudiera decir algo más, la puerta frente a ellos fue abierta por la mujer de la que hablaban. Pam lucía una encantadora sonrisa, para alivio de Buster y para asustar en el caso Fang.

— ¡Hola, queridos! Pasad, pasad, lo tengo todo listo.— les animó la mujer, extrañamos animada. Buster asintió con la misma emoción, siendo seguido por Fang quién no entendía nada de lo que ocurría, hasta que entraron al salón.

Cómo no.

Lo que solía ser un salón estaba decorado siniestramente, con un círculo de sal en el centro y un libro de aquellos que su tía tenía en "la zona prohibida" en medio. Además de que las luces anaranjadas en vez de luz artificial le daban un aire algo tétrico al lugar. Y, bueno, cabe resaltar que había una mesa con pinzas quirúrgicas y varias minicuchillas que preferían no saber para qué servirían.

— ¡Bienvenidos a mi sala de exorcismo!

— Tía Pam, esto es el salón.

— Ya no, Fangie.— habló la mujer, ahora tranquila.— He estado pensándolo, y este muchacho no tiene la culpa de... tener un ser maligno en su interior. Así que, después de mucho buscar, ¡encontré la forma de extirparlo! No me des las gracias, amor.

— ¿C-Cómo exorcismo?— Buster, quién al principio estaba muy emocionado por la actitud de la tía de su novio, ahora estaba asustado por la señora. ¿Le iba a extirpar algo? Él se sentía bien, de maravilla. Se escondió detrás de su pareja, en busca de protección.

— Exorcismo, cariño, para quitarte tu alma escorpiana. ¿Crees que te dejaría andar con mi sobrino con eso dentro? No, chico, no.

Fang, quien había estado en silencio todo ese tiempo, miró a su tía con la ceja alzada.

— ¿Y cómo se supone que vamos a hacer eso?

Buster lo miró con los ojos muy abiertos, con miedo de que Fang apoyara esa idea loca, aunque se tranquilizó al verlo con una mueca más disgustada que de acuerdo.

— Pues mira, usaremos una piedra canalizada con energía positiva, pasándola por el cuerpo de tu novio, hasta encontrar la zona que la torne oscura. ¡Entonces eliminaremos esa parte! No es peligroso, ni nada, me saqué un título de enfermería online, así que no te preocupes.

— Tía Pam...— el menor se alejó de su novio, acercándose a su tía y apretando los hombros de esta.— Lo único que tendrás que extirpar es mi presencia de esta casa si no aceptas que Buster es mi novio, con o sin esa absurda energía maligna. ¿Y qué si la tiene? Es bueno conmigo.

— Fang... Él es malvado, juega con tu cabeza, ¡y también te ha hecho pensar eso! Déjame ayudarte, bebé.— la mujer lo miró con súplica, como si no estuviera intentando matar al chico tras ellos.

— Oigan, no quiero morir hoy.

— Cállate ser del mal, por culpa de tu signo tuve días infernales y-

— Tía Pam, lo siento mucho, pero me voy hasta que aceptes que... quiero a Buster tal como es.— le cortó Fang, apartándose de su tía y dirigiéndose nuevamente hacia su novio. No quería pelear con su única familia, y sabía que darlo todo por amor era estúpido, pero eso ya no era solo su relación con Buster, si no el hecho de juzgar a una persona solo por su signo. ¿Cuántas veces las predicciones de su mes según su signo del zodiaco habían sido erróneas? ¡A veces ni siquiera coincidía su personalidad con la que se supone debía tener! Desde que conoció el signo de Buster, había estado pensando más sobre el asunto y reflexionando sobre ello. Era totalmente estúpido.

Se dió la vuelta, tomando la mano de su novio, quien lo miraba algo asustado y salieron de su casa, dirigiéndose hacia quién sabe dónde, ignorando los gritos de Pam de fondo.

[...]

— Gracias, Buster. Prometo que no será mucho, solo hasta que ella vuelva en sí o que Maisie me responda.— agradeció el menor, saliendo de la habitación de Buster con el pijama puesto. El mayor estaba cocinando la comida en la cocina cuando se dio la vuelta para ver a su chico.

— Fangie, quédate cuanto quieras.— terminó de poner la comida en los platos y los movió a la mesa, donde Fang ya estaba sentado.— Sabes que no me molestas.

El menor solo asintió, centrándose en comer. ¿Por qué se había llevado a Buster sabiendo cómo era su tía? ¿Acaso de verdad tenía esperanza de que cambiara de golpe? Rió amargamente, pinchando los espaguetis en el plato.

— Bebé, ¿ocurre algo?

Fang levantó la cabeza, viendo la cara preocupada de su novio frente a él. ¿Enserio Buster tenía un ser del mal en su interior? El menor lo miró con un berrinche involuntario, cerrando los ojos con cansancio.

— Solo estoy cansado, Buster. ¿Puedo ir a dormir ya?

— Fang, no tienes que pedirme permiso para dormir, ¿no quieres comer algo? No has probado bocado.

— Después como, solo quiero descansar un poco.— dijo, levantándose de la mesa para ir a darle un corto beso al mayor antes de escabullirse en la habitación, enterrándose entre las mantas.

No quería pensar, así que intentó bloquear todos los pensamientos que asaltaban su mente y se concentró en el aroma de su mayor. ¿Cómo iba a ser Buster malo? Era la mejor que había conocido nunca, con diferencia.

Estaba apunto de dormirse cuando el dueño de sus pensamientos entró a la habitación también, abrazándolo en la cama.

— Fang, ¿seguro estás bien? Si es por lo de hoy-

— Claro que es por lo de hoy.— cortó, dándose la vuelta entre los brazos de su pareja para abrazarse a su pecho. Buster, por su parte, enterró su nariz en el cabello del contrario y aspiró su aroma, acercándolo más a él.

— Fangie, no importa, lo entenderá, supongo. Si es por mí, me lo estoy tomando como una anécdota que contarles a nuestros nietos, así que no te preocupes.— rió suavemente, bajando su cabeza y apartando un poco a Fang, estando cara a cara.— Te quiero, y que tu tía sea un poco rara no me importa.

Los ojos de Fang se abrieron, aunque enseguida se volvieron a cerrar cuando Buster juntó sus labios y se subió a su regazo, profundizando el beso poco a poco.

— ¿Cómo reaccionaría tu tía si descubre que saco mi lado malvado en tí, bebé?— el mayor dejó sus labios para atacar su cuello, susurrando aquellas palabras contra la piel contraria, haciendo que el chico jadeara por su voz.

— Buster, sal de ahí.

El mayor rió, apartándose de su cuerpo y dejándose caer a su lado.

— Ni que estuviera dentro.— murmuró, guiñándole un ojo y pasando un brazo por el torso contrario. Fang lo golpeó, sonrojándose para luego abrazarlo de vuelto.

— Buenas noches, Buster.

— Todavía es por la tarde.

— Shh, buenas noches, Buster.

amo a pam que su actitud aquí no afecte en nada porfa jsjsjsj

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Escorpio ♥︎ BustangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora