Epílogo

198 39 6
                                    

—Es bueno verte aquí, te extrañaba. —Me dijo Sir. Pentious siseando. Yo suspiré encogiéndome de hombros y miré al cielo. Era azul y tenía muchísimas nubes. El aire era puro y todo era hermoso. La gente era dulce y bondadosa. Definitivamente no entendía por qué yo estaba aquí. —¿Te redimiste?

—Claro que no… —Metí mis manos en mis bolsillos y miré mis tiradores: azules con dorado. —… Pero sí fui bueno por una persona. Me sacrifiqué por alguien que amo, como tú. —Sonreí.

Después de recibir una buena lanza en el cuello, obviamente fallecí y como fue un sacrificio, aparecí en un lindo y hermoso día soleado. Creí que mi alma estaría condenada, pero la princesa Charlie apareció en las puertas del cielo de visita, y me abrazó con fuerza. Explicó que cuando apareció, liquidó a Alastor e intentó salvarme pero ya era tarde. Cuando recibió la carta de Sir. Pentious diciéndole que llegué, vino de inmediato a verme, junto con Vaggie. Ambas están bien.
Lástima que el alma de Charlie está condenada por el pecado original, y al ser la princesa del infierno, tampoco dejaría a sus súbditos. ¿Vaggie? Ella ya no cree más en el cielo como tal, prefiere estar junto con la princesa y ser su guardiana.

Esperaba una relación así para nosotros. Pero no. Sabía que no era posible tenerla.
No quise preguntar por ti, porque ya no sabía qué te pasaría si yo no estuviese, pero por el ánimo de Charlie, sé que estás bien.
Niffty se quedó en el hotel tras su alma ser liberada. Adora la mugre que hay ahí.
Mi bar ya no está por ninguna parte, y Vaggie dijo que se notaba mi amargura allá.

Charlie explicó que a medida del tiempo, mis acciones empezaron a mejorar gracias a mi protección hacia ti, y entendí que era que a veces las personas que amamos nos hacen buenas personas. Eso es honorable según Vaggie.

Conocí a una muchacha parecida a ti. Sir. Pentious me la presentó. Su nombre es Molly y no aborda sobre su pasado, pero es muy positiva.

Admito que te extraño mucho. Y me haces falta. Cada día es algo difícil. No puedo evitar ir a las puertas del cielo y esperarte, viendo a la gente entrar y que ninguna seas tú.

¿Tengo que esperar que vuelvas a morir? Es cruel desear tu muerte.

Aquí hay muchas cosas: hay helado y agua saborizada. Pero no hay alcohol. Eso al principio me inquietó, pero tras cuatro meses rehabilitándome, me ayudó a lograr vivir aquí tomando agua.

Es extraño que la gente aquí sea tan amable. Todos los días me saludan y me preguntan cómo estoy. Me hablan con una sonrisa no burlona. Y estoy agradecido. Me encantaría que estuvieras aquí para ver todo.

—¡Chicos! —gritó Molly acercándose a nosotros. Me giré y la miré. —¡Vengan, vengan! Llegó alguien de mi familia. —Nos tomó de las manos y volamos hacia la entrada.

Y allí te vi, parado, hablando con el ángel de la entrada que tiene nombre de marica y parece uno.
Te veías diferente: tenías un traje no–erótico blanco con rayas azules. Solo tenías dos brazos, y bueno— tus brazos inferiores fueron remplazados por alas de ángel.

Molly fue corriendo a ti y te abrazó con fuerza.
—¡Hermano, cuánto tiempo! —exclamó. Yo la miré sorprendido y luego te miré. Ahí habíamos cruzados miradas. Me quedaste mirando y cuando finalmente te separaste de ella, me viniste a abrazar a mí.
Cerré los ojos, sonriente y esperé todo el tiempo que puedo estar abrazado tuyo. Cuando nos separamos, me atreví: te tomé de la cara y te besé.

Porque si tú te vas y yo me voy, podemos estar juntos.

—Yo también te amo, Anthony —te dije. Y ahí, fuimos felices. Porque tú eres mi paraíso.

Lo que pasaría si te fueras | HuskerdustDonde viven las historias. Descúbrelo ahora