2| Mojito

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Si te fueras, estaría perdido en un mar de desesperación. Bueno, en realidad sería de monotonía. Volvería a sucumbir en el silencio y en el alcohol, más de lo que ya lo hago, todo para olvidar que le pertenezco a——

—¡Husk, mi querido peludo amigo! —Lo miré con cara de pocos amigos. Él. Le pertenezco a él. Siempre de ese porte tan alto y tan imponente.

—¿Qué quieres? —gruñí. Alastor miró a los lados por unos momentos y fijó su mirada en mí.

—Nada en particular, solo quería saber qué te traes con Angel.

—¿Te incumbe?

—Por supuesto que sí.

—Estoy seguro que no…

—Bueno, todo lo que te pasa, me incumbe… —Se acercó a mi rostro, amenazante. Sentí la presión de las cadenas de mi merced. —… Después de todo… —lo interrumpí, intentando alejarme a la defensiva.

—¡Sí, ya entendí! —Parece que Alastor estaba de buen humor hoy, ya que volvió a alejarse unos pasos, manteniendo su infinita sonrisa. —En fin, ¿Qué pasa con Angel?

—Bueno, estoy interesado en saber más del overlord que lo posee —dijo.

—¿Valentino?

—Exacto, después de todo es uno de los Vees… Y me interesa saber más de él. —Se apoyó en su micrófono.

—Creí que no te interesaba saber nada de Vox… —Afilé mi mirada. —… Y eso incluye a Valentino.

—¿Realmente lo incluye? No sé… Creo que son dos personas diferentes. —Mantuve silencio, mirando a Alastor que seguía observando a cualquier lugar menos a mí. Entrecerré los ojos, no sé qué tan buena idea es que esté interesado en Valentino, y el hecho que pregunte por Angel, me hace creer que lo va a involucrar. Quiere llegar a Valentino a través de Angel, o mejor dicho: llegar a Vox a través de Valentino y por eso necesita a Angel.

—Sea lo que planees, no me metas… —Aclaré mi garganta. —… Por favor.

—Oh, estoy seguro que esa decisión no pasa por ti. —Me acarició el pelaje de la mejilla y caminó algunos pasos. —Necesito que vayas a buscar a Angel… Y no te preocupes, tus ojos serán mis ojos. —Si no conociera a Alastor, pensaría en cualquier cosa obvia, o pensaría alguna mierda de la amistad con la que tanto insiste Charlie, pero no, yo lo conozco, y sé que quiere analizar algún punto débil. Es una buena estrategia investigar a Angel, ya que es uno de los mejores trabajos de Valentino. No te digo que su empresa se basa en Angel, pero es el que más popularidad y publicidad tiene. Valentino en parte, lo necesita. Necesita de Angel. Y me perturba que Alastor pretenda necesitarlo también. Porque una cosa es Valentino, que durante el trabajo lo domina, y otra totalmente es Alastor… No tienes poder de decisión, y va más allá de ponerte en cuatro. A Alastor no le interesaba eso. Y yo mejor que nadie lo sabía. —En fin, ya sabes dónde está el estudio.

—No, no lo sé.

—Averígualo —dijo obvio y se giró. —Gracias, Husk, siempre puedo contar contigo. —Entrecerré los ojos al verlo irse.

Cuando era un Overlord Alastor era agradable, carismático y siempre era bueno jugar a las cartas con él, ya que no era gran experto. Hasta que él propuso hacer una apuesta. Ahí entendí que él siempre me dejaba ganar con tal de aprender mis movimientos, y apenas elegí la carta errónea… Una cadena me comenzó a ahorcar.

—No puedo creer que esté haciendo esto —me quejé mirando el gran edificio. Cuando entré, me acerqué a la recepcionista que estaba sentada centrada en la pantalla de su celular. —¿En qué piso está Angel Dust? —Me miró de arriba a abajo y volvió la vista a su celular.

—En el nueve —contestó. Se notaba que no le pegaban tanto.

Cuando llegué al piso indicado, caminé en aquel pasillo. Habían demasiadas puertas. Se escuchaban gemidos y gritos en todas, iba a tardar horas así.
Hasta que sentí el vello de mi nuca erizarse. Mi nariz se fue empalagando ante el olor de aquel perfume. ¿Era un perfume? Era demasiado fuerte y dulce. Muy intenso. Arrugué mi nariz y mis pasos de dirigieron a la puerta del fondo del pasillo. Ni siquiera estaba caminando, mis pies se movían solos, arrastrándose hacia aquella puerta roja. La empujé y ahí lo vi: una pollia gigante fumando un cigarrillo largo con un humo rojo.
Varios demonios se giraron a verme y yo simplemente te busqué con la mirada, encontrándote en esa cama con forma de corazón que era parte de la escenografía.

—Ey, minino, ¿por qué interrumpes mi show? —preguntó irritada la polilla. Entrecerré los ojos y no pude evitar sacar mis garras. Valentino.

—Estoy buscando a Angel… —dije. Todas las miradas se centraron en el arácnido que se encogió en su lugar. Valentino finalmente se giró a verme y luego a Angel, haciendo que este lo mire asustado. Dudé si decir quién lo buscaba en realidad. —… Voy a quedarme aquí, no haré nada, pueden seguir. —Miré a otro lado inquieto y el rodaje volvió.

—Oh caro, per favore non farmi niente —pronunció suavemente Angel, retorciéndose entre los brazos de aquel furro enorme y fornido. Eso es… ¿Italiano? Lo habla muy bien. —Mi sento così solo stasera e mi sono comportato male~. —Abrió las piernas, sonriendo seductor. Podía ver una lencería negra con encaje en su cuerpo, aunque el pelaje de su pecho seguía intacto. Noté que tenía un corazón grabado en él.
El furro lo agarró del cabello y lo estampó contra la cama, restregando su erección contra el trasero de Angel. —Oh~, è così grande.

Desvié la mirada. No podía soportar viéndote así. Ese no eras tú. No lo podía creer. No lo quería creer. Me daba rabia que alguien te estuviera tratando así solo porque se le antojaba. Miré a Valentino que se limitaba a fumar con un semblante serio, notaba que estaba tenso. Quizá mi presencia lo ponía tenso. Y es que, bueno, aunque nunca nos conocimos a profundidad, no quita que nos conocemos.

Lo que pasaría si te fueras | HuskerdustDonde viven las historias. Descúbrelo ahora