08.

29 4 0
                                    

Después del incidente, Dan llamó a su representante, para que él lo excusara.

Aún no entendía nada de lo que había sucedido. Jenni no quiso hablar del asunto, así que él se limitó a limpiar sus heridas, y hacerla dormir.

Esa noche no durmió nada.

Por su cabeza rondaba la imagen de Ellie golpeando a Jenni. Sentía como la ira se subía hasta su cabeza, poniéndolo loco.

Espero que estés arrepentida. Y prepara tu mejor disculpa para mañana.

Dan no lo resistió y mandó el mensaje. Esperó a que le respondiera, pero no. No respondió.

Estoy hablando en serio. No me ignores, mañana nos veremos de todas maneras.

Oprimió enviar, con la esperanza de que le respondiera.

Así que te haces la difícil. Ok, no hay problema. Espero de todas maneras que te disculpes.

Sin respuestas. Ya se estaba cansando. ¿Y si estaba dormida? Eso era una probabilidad, pero de todas maneras él quería su respuesta.

Vio como Jenni se movió un poco en la cama. Sonrió recordando.

Había ido a la empresa donde la chica que le bajó los pantalones trabajaba.

La vio salir de un pasillo con una chica a su lado, y un chico del otro.

-¡Hey! -gritó Dan, llamando la atención de todos, menos la de la chica.

Viendo que no obtuvo resultados, corrió para quedar frente a ella. Si ella se movía a la izquierda él lo hacía, y si lo hacía a la derecha, él también.

La chica se molestó y lo pateó en la entrepierna. Y la única persona que lo socorrió fue ella.

Jenni.

Desde entonces salían a menudo, hasta establecer una relación amorosa seria. Aunque no todo fue fácil, pero de todas maneras lograron estar juntos.

Un timbre lo sacó de sus pensamientos.

No, morsa.

Y eso era lo único que él obtenía de Ellie.

~
Libny.

La bruja y el príncipe ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora