𝗰𝗲𝗿𝗼. the butterfly

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créditos por el hermoso gif a:
LadyBlu3e

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  Isaac Lahey:

 
De niño soñaba con ser un ave.

  Me perdí en mis pensamientos, recordando haber volado con total libertad y aún manteniendo fresco el sentimiento de tranquilidad al posar encima de un árbol, observando a cada persona caminar debajo de mis alas, incluido mi padre.

  En mis sueños, solía observarlo detenidamente por unos instantes, pero al verlo de espaldas, mi mente me convencía de que era el mismo de antes, el padre que verdaderamente me amó. Mis alas se agitaban ligeramente, reteniendo la felicidad dentro de mi pequeño cuerpo. Todo parecía ser sereno y un tanto mágico, como si fuera el paraíso del que solían hablarnos al mencionar a Dios. Era perfecto. Hasta que él se volteaba y sucedía: sus ojos se clavaban furiosos en los míos, sus cejas fruncidas, sus labios apretados volviéndose más finos que una hoja, el tono de piel de su rostro tornándose roja. Parecía estar molesto conmigo por algo en especial. Siempre intentaba escapar de su intensa mirada, huir de sus manos, de él, pero nunca lo conseguía.

  Al despertar, me encontraba con el amargo sabor de la desesperación, invadiendo cada entraña de mi escuálido cuerpo. Los sueños siempre acababa de la misma manera: conmigo encerrado en una jaula.

  Pero mi pesadilla no terminaba al abrir los ojos, porque ese era el instante en que recordaba que aún seguía encerrado en el refrigerador y afuera de este, con un padre que había dejado de amarme hacía tiempo.

  Me observé en el espejo retrovisor de la máquina cuando quité aquellos pensamientos de mi cabeza.

  Se veía peor de lo que en realidad dolía.

  La música de mis auriculares cambió al tiempo en que mis delgados dedos acariciaron el moretón que rodeaba mi ojo casi entumecido. Había soportado cosas peores, pero todas sus acciones comenzaban a tornarse más oscuras, como si de alguna forma su odio hacia mí hubiese incrementado con el pasar de los años. Y yo seguía sin entender el porqué.

  Bajé el volumen de la musica antes de aspiré el aire fresco de la noche mientras mis ojos cerrados se movían entre la oscuridad. Aún no me acostumbraba a tanta soledad, era irónico pensarlo ya que mi vida se trataba de eso. Volví a abrir mis ojos y sentí que la humedad de ellos se congelaba, lo que me obligó a cerrarlos y abrirlos varias veces, hasta que logré acostumbrarme. Sorbí mi nariz antes de tragar con dificultad y seguir con mi trabajo.

  La noche había llegado antes de lo esperado, y cuando comenzó a helar, me arrepentí de no haber traído mis guantes azules con rayas horizontales de color gris. Mis manos solían entumecerse en estos días, incluso cuando se encontraban en movimiento constantemente, debido al trabajo con maquinaria. Recordé que mi madre solía decirme lo fría que era mi piel, incluso cuando estábamos a punto de derretirnos en verano. Jamás pensé mucho en ello, hasta que mi padre comenzó a encerrarme en el congelador, donde al buscar calor corporal, me encontraba tiritando aún más.

⌈❜#...𝗛𝗜𝗟𝗢 𝗥𝗢𝗝𝗢...#❛⌋ - Isaac Lahey Donde viven las historias. Descúbrelo ahora