El primer amor; [vmin]

❀3

Desayunaron panqueques. La madre de Taehyung decía que a los invitados hay que tratarlos como reyes.

Eran deliciosos, su abuelo le contó que su madre cocinaba delicioso y tenía razón. Nunca la conoció porque supo que ella había fallecido joven en un incendio junto con su esposo.

De sólo pensar que sabía con exactitud cómo morirían le daba ganas de advertirles, ¿afectaría demasiado su línea actual?

El padre de Taehyung se fue temprano a trabajar en el campo por lo que no desayunaron juntos. Taehyung tomó su mochila y le prestó a Jimin una. Debía estar preparado porque Taehyung decía que la escuela era muy difícil.

El camino a pie era cansado, debían salir temprano de casa porque se hacía cerca de media hora caminando, en el camino Taehyung le iba contando sobre algunas reglas que debía saber.

No se puede desafiar a los maestros o recibirás un castigo. Hay personas que tienen bastante influencia por lo que meterse con ellos era una muerte segura.

—¿Aquí a todos se les hace fácil matar? —preguntó Jimin.

—Sí, las cosas en el campo son muy diferentes. En la ciudad, si matan a alguien, la policía lo sabrá y harán una investigación, pero si aquí matan, probablemente no se darían cuenta porque tampoco nadie denuncia.

Jimin tenía miedo sobre eso. Taehyung le dijo que no hay nada que temer, pero sus palabras eran vacías.

Taehyung señaló una casa enorme, en el futuro esa casa será derribada gracias a la venta del terreno.

—Ahí vive uno de los hombres más ricos, su hijo es conocido por ser un matón por lo que tenemos que estar alejados.

Jimin lo entendió, su abuelo era un marginado.

—¿Qué hay de tus amigos?

—Hmmm… ¿por qué haces tantas preguntas?

Lo confirmó, pero se sintió aliviado porque no quería hablar con tanta gente. Hubiera sido más difícil si él fuera popular y todo el mundo quisiera estar con él.

—Sólo quería saber.

—Todos se burlan de mí, dicen que soy sucio y que vivo en un basurero, mi papá trabajó duro para conseguir un terreno más grande y muebles nuevos. Cree que si esas cosas cambian yo podré tener amigos —Taehyung suspiró y Jimin miró que estaba llorando y rápidamente se limpió—. Esto no está bien, los hombres no lloran, sólo debo soportarlo.

—No les tomes importancia, en el futuro no los volverás a ver porque ellos no eran relevantes en tu vida. Sólo necesitas un poco de confianza yo creo que eres increíble.

—¿De verdad? —Jimin asintió con la cabeza y Taehyung pensó que quizás tenía razón.

Llegaron a la escuela, era pequeña. Todos llevaban ropa diferente a la de ellos, se podía notar con facilidad quiénes tenían dinero y quiénes no, y para sorpresa de Jimin ellos eran los únicos que no llevaban uniforme.

—Tae, ¿por qué tú no usas uniforme?

—Porque mi papá no lo ha comprado, mamá dijo que haría uno, pero primero hizo las cortinas de la casa. No hace mucho que empecé la escuela.

Entraron al pequeño salón de clases en el que todos los miraban. Taehyung le dijo que no había problema y se sentó junto a él. El profesor era un hombre de treinta años y miró curioso a Jimin.

—Buenos días, parece que hay alguien nuevo. ¿Cuál es su nombre? —le preguntó

—Jimin —respondió Jimin.

—¿De dónde eres?

Jimin no supo qué contestar, pero Taehyung contestó por él.

—No tiene memoria, apareció en mi casa y está quedándose ahí. Vendrá conmigo a estudiar.

No le creyó, todos decían que Taehyung era un mentiroso así que el profesor creía lo mismo.

—Es cierto —Jimin habló cuando escuchó los murmullos de los compañeros—, no recuerdo nada de mi vida si acaso mi nombre.

Todos guardaron silencio y después estallaron en risas.

Al menos Jimin lo intentó. Ambos terminaron castigados. Hincados con una biblia en cada mano encerrados en un cuarto con imágenes de Jesús.

—¿Alguna vez habías estado aquí? —preguntó Jimin.

—Es mi lugar seguro —Taehyung se rio—. Estos brazos fuertes no son por trabajar en el campo.

Ambos se rieron. Continuaron hablando por horas, al parecer Taehyung casi no podía estudiar por estar castigado, a veces si no estaba encerrado ahí, le daban un golpe delante de todos sus compañeros. Era vergonzoso, pero Taehyung ya se había acostumbrado.

—¿Por qué dejas que te golpee?

—Bueno, si me defiendo me va a golpear más fuerte, sólo dejo que se desahogue. Quizás tuvo un mal día.

—De donde vengo los maestros no te pueden golpear.

Taehyung lo miró sorprendido.

—¿”De donde vienes”? ¿No perdiste la memoria?

—Tengo un recuerdo leve de lo que era mi vida.

—Vaya… —dijo asombrado.

Jimin nunca pensó que se llevaría tan bien con su abuelo de joven y Taehyung nunca pensó que podría tener un mejor amigo.