❁9

185 41 31
                                    


A la mañana siguiente Taehyung debía limpiar la hierba seca que había afuera para poder tener al ganado ahí, pero Taehyung no quiso y se fue a la escuela. Jimin lo siguió, sabía que eso los metería en problemas, pero no quería dejar a Taehyung solo y que vaya a cometer una locura y tampoco quería limpiar afuera con tanto Sol.

—Esto nos meterá en problemas —dijo Jimin—. No eres un chico problemático.

—No, no lo soy, pero tampoco soy lo que ellos quieren que sea.

Jimin estaba comenzando a creer que posiblemente él estaba ahí como Pepito grillo estaba para Pinocho, él era su consejero. Debía ser lo mejor para Taehyung y no para sí mismo. Si era cierto lo que decía Jungkook posiblemente en un futuro él ya no exista.

—Bien, me limitaré a seguirte y a apoyarte —Taehyung detuvo su paso y se giró a darle un fuerte abrazo a Jimin.

—Gracias Jimin —Taehyung siguió su camino abrazando a Jimin del brazo—, sonará loco, pero siempre le he pedido a Dios alguien como tú. Alguien que siempre esté de mi lado y que no me vea mal. Me gusta estar contigo, eres así como un ángel enviado del cielo.

Jimin de pronto se sintió extraño, las palabras de Jungkook pidiéndole que quitara del camino a Taehyung llegaron de golpe. Por culpa de él ahora se sentía extraño el afecto de su abuelo.

Llegaron a la escuela en la que fueron abucheados, era como si el pueblo entero supiera que Taehyung ya no debía estar ahí. Seguramente su padre se los dijo. Jimin no sabía qué hacer, supuso que Taehyung había tenido demasiado de todo, porque lo vio llorando. Taehyung no lloraba, él no lloraba delante de los demás porque eso significa que es débil.

¿Pero qué tan fuerte se tiene que ser para soportar que serás infeliz por el resto de tu vida?

Iba a salir corriendo pero el cuerpo del profesor lo detuvo, Taehyung lo vio enorme como si fuera un gigante y él se hubiera encogido.

Lo agarró del cuello de la camisa y lo aventó afuera haciendo que cayera al suelo, luego miró a Jimin y repitió lo mismo. No les dijo nada, solo les cerró la puerta. Jimin quiso ayudar a Taehyung a levantarse del suelo, pero él no quiso y se quedó llorando ahí sentado.

—¿Estás bien?

—Soy un inútil —dijo Taehyung entre lágrimas y Jimin lo abrazó.

—No digas eso, Tae, eres muy bueno en todo, esta no será tu vida de por vida, va a cambiar, te lo aseguro.

—¿Cómo puedes saber eso? —Taehyung lo miró a los ojos, su rostro estaba empapado y rojo. Jimin le sonrió.

—Nadie sabe ni puede saber lo que pasará en el futuro, pero serás feliz, porque yo me encargaré de eso.

Taehyung hizo un puchero y abrazó a Jimin con fuerza.

—Te quiero.

Se fueron al bosque para que Taehyung se calmara y ahí se quedaron mirando como pasaba el agua del río.

—¿No crees que todo sería mejor si fuéramos parte de este río? —preguntó Taehyung mientras mojaba sus pies.

—Creo que todo sería mejor si fuéramos cualquier cosa menos nosotros —dijo Jimin y después soltó un suspiro.

Su vida se volvió más complicada, antes sólo debía prepararse para un exámen, pero ahora debía preocuparse por Taehyung y el futuro.

—¿Cómo te fue con Jungkook? —preguntó Taehyung.

—Bien, tuvimos una plática bastante interesante.

—¿Puedo saber sobre qué?

Jimin se quedó callado pensando en qué de todo lo que hablaron debía decirle o si podría inventar alguna mentira que no fuera tan grande.

—Bueno… sí.

—Ya sé.

—¿Qué sabes?

—Jungkook te dijo que soy una mala persona —Taehyung rio—, sí lo soy, Jimin, a veces creo que merezco esto.

—¿Por qué dices eso? Tae, eres el ser más dulce que existe, no podría pensar que eres malo cuando todo lo que haces lo haces de buen corazón.

Taehyung se sintió bastante avergonzado y sus mejillas se encendieron.

—¿De verdad piensas eso de mí? —Taehyung se empezó a reír mientras sus lágrimas caían—. Dios mío, no puedo dejar de llorar aunque lo intente, me he vuelto un llorón.

Jimin rio y limpió las lágrimas de Taehyung.

—Está bien que llores, Tae, vamos a casa para que podamos limpiar.

En el camino miró a Jungkook escondido en uno de los árboles y le hizo una seña con la mano para que no dijera nada. Seguramente iba a ver a Emma, pensó Jimin.

Al llegar estaba su padre y madre limpiando. Su padre se levantó y agarró a Taehyung de la oreja y lo llevó adentro a la fuerza. Taehyung se quejó y Jimin iba a ir detrás de ellos, pero su bisabuela lo detuvo.

—¡¿Por qué se fueron?! ¡Taehyung ya no puede ir a la escuela! —su voz era bastante molesta, como oír a su propia madre regañarlo.

—Porque es lo que él quiere, sólo estoy aquí por él —y Jimin nunca se quedaba callado a pesar de que su mamá le decía que no debía contestar.

Ella le dio una cachetada fuerte a Jimin y él se quedó petrificado cubriendo su mejilla. Salió el padre de Taehyung y fue directo con Jimin.

—No te quiero en mi casa.

Jimin se quedó boquiabierto.

—No tengo a dónde ir —exclamó aún con la mano en la mejilla.

—Ese no es nuestro problema.

—Cariño, no lo corras. Es importante para nuestro hijo —su madre intentó convencerlo, pero el señor Kim era más estricto.

—Es mala influencia para él, desde que está aquí, no llega a la casa, sale de noche, llega borracho y no nos obedece.

—Es que Taehyung es joven, no debemos quitarle el derecho de divertirse.

—Ya no quiero que salgas con esas mujeres tampoco —se fue a la entrada de la casa muy enojado, su mujer se quedó de pie bastante triste—. Ahora ya nadie quiere obedecerme —entró a su casa aventando la puerta.

—Señora, ¿está bien?

—Será mejor que te vayas, ya escuchaste a mi esposo —ella estaba llorando—. Lo siento.

Jimin se quedó parado sin decir nada y el esposo salió con la escopeta.

—¡Fuera de mi casa! —gritó apuntando a Jimin, Taehyung salió de su habitación y jaló a su papá para que no fuera a disparar y salió un disparo al suelo.

Jimin corrió al bosque aterrado huyendo de ahí. Corrió entre todos los árboles, golpeándose con algunas ramas y arbustos hasta llegar al río en el que se detuvo a agarrar aire.

—Te lo dije —Jungkook estaba sentado del otro lado del río—. Que tuvieras cuidado con los Kim.

—¿Eres un fantasma? ¿O por qué siempre apareces de la nada? —preguntó Jimin y se agachó a mojar su rostro.

—Solo estaba aquí, si quieres puedes quedarte en mi casa, vivo solo y somos amigos.

—Y supongo que casualmente también escuchaste todo.

Jungkook agarró la soga y se balanceó, cruzó el río y se paró justo delante de Jimin.

—Puede que sí te esté siguiendo.

—Lo sé, se ve que no tienes nada qué hacer.

—Así es, no tengo nada qué hacer y me encanta meterme en los asuntos ajenos y más si se trata de viajeros en el tiempo. Ven, te llevaré a mi casa, te mostraré tu habitación.

—¿Debería confiar en ti?

—No es la primera vez que confías en mí —dijo Jungkook sonriendo.

Él tenía mucha razón.

El primer amor; [vmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora