Capítulo IX

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Escritora

Habían sido unos días algo difíciles pues Mystoria está en celo ya cinco días llamando por Ecarlate quien había intentado entrar por todos lo medios a la habitación del Omega pero Zaphiri lo impedía siempre estaba detrás del Alfa pero eso no pudo impedir que Ecarlate cometa una locura. Luego de comer el Alfa le ofreció un té lo que Zaphiri no sabía es que aquel brebaje tenía un tranquilizante, una sonrisa malévola se asomó en los labios del otro Alfa, Zaphiri no entendía por que tenía sueño pero entró a su habitación sin dejar puesto el seguro algo que fue aprovechado por Ecarlate

—Bueno vamos a buscar las llaves...

Hizo un desastre en la habitación de Zaphiri pero encontró las llaves, sonrió de nuevo y fue hasta la habitación del Omega quien tenía una de sus camisas al mismo tiempo que se tocaba

—Hey...
—Alfa...
—Voy a cerrar la puerta

El omega asintió feliz, es así que Ecarlate cerró la puerta para luego acercarse a Mystoria y fundirse en esos suaves labios.

Ecarlate se sentía en el paraíso cuando empezó a besar al Omega, en medio del beso ambos soltaron un gemido al frotarse entre sí

—Bebé...
—Rápido Alfa te necesito...

Ecarlate le mostró media sonrisa mientras atacaba su cuello y colaba sus manos entre su ropa de dormir para tocar sus glúteos

—Estás tan mojado Bebé
—Por ti Alfa
—Creo que no necesitarás más preparación

Mystoria negó con descaro metió su mano en los sports del Alfa y tocó su miembro para luego relamer sus labios

—Eres muy grande Daddy~
—No me digas eso que no voy a aguantar mucho
—Vamos Daddy~ castiga a tu bebé~

Ecarlate lo empujó bruscamente a la cama a lo que Mystoria reaccionó con un jadeo de sorpresa, el Alfa se acomodó en medio de sus piernas

—Hoy serás mío bebé...
.
.
.

Dos horas después

Dos horas habían pasado, ni el Alfa, ni el omega querían detenerse ambos estaban en su mundo solo eran los dos. El cuerpo del omega estaba lleno de marcas incluida su cadera por que Ecarlate no medía su fuerza dejando huella en la cadera del Omega, el Alfa no se quedaba atrás tenía su espalda y hombros con rasguños

—Daddy~ ya no puedo más
—Sólo uno más
—Estoy lleno...
—Es la última lo prometo

Ecarlate conectó miradas con Mystoria y sus ojos cambiaron de color, inducido por el olor el Alfa se acercó al cuello del Omega quien movió su cuello para darle más acceso. Los colmillos del Alfa hormigueaban y sin pensarlo dos veces mordió el cuello del omega quien gimió al sentir el nudo junto con la marca

—Ahora serás mío para siempre
—Si Alfa

Al fin los dos quedaron rendidos en la cama, ambos agitados, tratando de recuperar el aliento Ecarlate se recosto en el pecho de Mystoria y él acarició el cabello del Alfa

—Eso fue increíble...

Ecarlate reaccionó en ese instante y enfocó su vista en los ojos de Mystoria, asustado se levantó de su pecho

—¿Pasa algo?
—Mystoria por Dios esto es grave...
—No entiendo Alfa...

Ecarlate se dio cuenta que ambos habían cedido a sus instintos pero Mystoria aún no salía del trance y si lo rechazaba ahora le haría mucho daño

—No es nada bebé, sólo me asusté al ver tus marcas
—Son las huellas de tu amor
—Si bebé

Ecarlate acarició el rostro de Mystoria y suspirando volvió a su posición sobre el pecho del Omega pronto sus ojos se cerraban

—Te amo Alfa
—Yo también bebé ahora duerme...

Mystoria empezó a cerrar los ojos y cuando Ecarlate sintió la respiración lenta del omega se levantó despacio y se acomodó en la cama

—¿Qué hice?
.
.
.

A la mañana siguiente

Mystoria despertó renovado, al querer levantarse sintió una punzada en la cadera y algo húmedo bajar entre sus piernas se giró encontrando al pelirrojo a su lado, se sentó asustado mirando el cuerpo del Alfa

—No, no
—Mmm...

Mystoria se quitó las cobijas viendo con horror las marcas que había dejado el Alfa en su cuerpo incluida su cadera y jadeo al ver las manos del Alfa marcadas

—Eres un bruto...
—Eso dolió

Mystoria pegó un salto al escuchar la voz del Alfa que aún tenía los ojos cerrados, tenía miedo, miedo de que el omega lo odie

—Al menos hubieras tenido algo de piedad con mi cuerpo mira como me dejaste
—Disculpa es que mi Alfa es algo salvaje cuando cede a sus instintos
—Agradezco a Dios que fuiste tu y no otro Alfa

Mystoria se levantó de la cama con las piernas temblando por la actividad con cuidado fue al baño y al mirarse al espejo soltó un grito que alertó a Ecarlate

—¿Qué pasa?
—M-me marcaste....
—¿Qué?
—¡SI! ¡MIRA!

Mystoria le mostró el cuello al Alfa quien vio la marca y sonrió pasando la punta de sus dedos en aquella cicatriz

—¿Qué haces?
—Ahora eres mío

Mystoria miró a través del espejo los ojos de Ecarlate y su sonrisa de victoria sintió la mano del Alfa tocar su cadera

—No seas pervertido
—Mystoria mis instintos están fuera de control, no se que me pasó
—¿Qué hiciste con Zaphiri?
—Lo drogue
—Dios...
—Yo lo siento, lo mejor será que me vaya

Ecarlate bajó la cabeza su temor era cierto el omega lo odiaba, entró a la habitación para recoger su ropa e irse a algún lugar para aliviar su dolor.

Mystoria no sabía que hacer estaba en una encrucijada, se miró otra vez al espejo en su cuello relucía aquella marca, suspiró agradecía mil veces que haya sido Ecarlate y no otro Alfa, sonrió, ambos estaban metidos en un grave problema pero debía compensar al Alfa se veía muy triste cuando salió.

Se vistió con cuidado para luego salir a la sala donde un Zaphiri desorientado regañaba a Ecarlate, Mystoria soltó una risita y se sentó a lado del Alfa

—No lo regañes
—¡Me drogo!
—Bueno yo tuve que ver algo en eso
—¿Cómo?
—Yo le di la droga por que quería estar a solas con él, no quería que te enojes
—¡Lo sabía! ¡Salen juntos!
—Así es

Mystoria le dio un beso en la mejilla mientras Zaphiri estaba celebrando que había ganado la apuesta con no se quien.

Continuará...

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Hola guapas espero les guste a pesar del tiempo que ha pasado

Amor eternoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora