ᶜᵃᵖⁱᵗᵘˡᵒ ᶜᵘᵃᵗʳᵒ

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— ¿Es necesario que yo este ahí? — Pregunto el alfa mientras le terminaban de arreglar el traje

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— ¿Es necesario que yo este ahí? — Pregunto el alfa mientras le terminaban de arreglar el traje.

— Te verás maleducado si no bajas a saludar a la familia Lee, después de que los saludes puedes irte. — Explicó su madre.

Christopher no tuvo más opción que ir a recibir a la familia Lee del Reino vecino.

— Majestad, la familia Lee ha llegado.

— En unos momentos bajaremos.

Terminaron de arreglar a Christopher y salieron de la habitación.

"Que no haya venido, por favor Luna te lo pido, que no haya venido"

Ya en la entrada, los reyes Lee pasaron.

— ¡Reina Bang! Tiempo sin verla. — Dijo la reina Lee, quien era una omega.

— Es un gusto volver a vernos, reina Lee. — Respondió con amabilidad. — También me da gusto verlo, rey Lee.

— Lo mismo digo, reina Bang.

Christopher suspiro aliviado, no había rastros de aquella chica.

— ¡Príncipe Christopher! — Grito una voz femenina.

Tal vez cantó victoria muy rápido.

Se preguntarán, ¿quién es la chica y por qué Christopher no quiere verla?

La chica es la única hija de los reyes Lee: Eunsaem.

La familia Lee es una de las cercanas a la familia Bang, por lo que se conocen desde pequeños, la chica siempre había sido muuuy cariñosa con Christopher y hasta cierto punto el lo podía tolerar.

No la veía desde hace dos años, por lo que había olvidado como se sentía su insistencia, parecía que nunca iba a cambiar.

— Princesa Lee. — La omega abrazó al alfa, tanto que este se preguntaba de donde tenía tanta fuerza. — Es... un placer volver a verla.

— Yo también lo extrañe mucho, príncipe Bang. — Dijo, separándose del príncipe.

— Bueno. — Hablo la reina Bang. — ¿Quieren pasar al jardín a tomar algo de té?

— Sería un placer.

Christopher aprovecho que todos estaban distraídos para ir a las escaleras, cuando iba a subir el primer escalón, la Eunsaem habló

— Príncipe Bang, ¿no va ha acompañarnos?

— Lo siento, tengo cosas que hacer. — Se iba ir pero la omega otra vez habló.

— ¿Lo puedo acompañar? — Preguntó entusiasmada.

— No puede. — Respondió rápido. — Lo quiero decir es que estaría aburrida.

— No lo estaré. — Corrió hacia donde él y enlazó su brazo con el del alfa. — Vamos

Este le sonrió incómodo y prosiguió a subir.

Pero algo que el alfa no noto, fueron los ojos marrones que observaban la escena receloso.

Pero algo que el alfa no noto, fueron los ojos marrones que observaban la escena receloso

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El principe y el sirviente ┋ChanminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora