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Por otra parte...

Llegaba el pálido a su departamento que le asignaron, de acuerdo al un contrato que firmo.

Se sentía solo, pues sus tardes habían cambiado desde que conoció al menor, eran más divertidas y amenas.

Pero ahora...

Estaba solo, molesto, irritado, fastidiado.

Tenía muchas emociones encontradas, no sabía qué su trabajo fuera tan difícil, quien le hubiera dicho que en poco tiempo su vida daría un giro de 180° grados.

Si le dijera a su yo del pasado, que caidria como un loco adolescente por un chico más joven, estaria demente.

—-Porque acepte este trabajo—- dijo pensativo mientras veía un retrato familiar donde salía el, sus padres y hermana menor.

Aun recuerda aquel momento cuando lo asignaron a su puesto actual.

Flash Black

Se encontraba un joven azabache en la oficina del director de la ANSP, se sentía ansioso, ya que era su primer misión fuera de campo.

Ahí lo vio entrar un hombre mayor posiblemente unos 40 años, mirada imponente, barba y bigote, llevaba una traje.

Tomo asiento y le indico hacer lo mismo.

—Nombre — menciono con una voz grave y seria

—Min Yoongi,señor— respondió firme

—Interesante — murmuró bajo — Sabe, ¿porque esta aquí?— cuestiono cruzando sus manos

—para una misión importante — acato serio y firme.

— Exactamente, su misión será infiltrarse en Corea del sur, su nuevo empleo será maestro allá hay un colega que lo ayudará, debe obtener información importante sobre cualquier cosa que escuche, ¿ Entendido? — pregunto firme

— Si señor,  pero...— dedujo pensativo — Mi familia, ¿Qué pasará con ellos? — cuestiono intrigado y preocupado

—No te preocupes,  estarán bien con nosotros mientras hagas tu trabajo correcto,  de lo contrario ya sabes su destino y el tuyo— amenazó

El pálido vio la mirada intimidante de su jefe y sintió un escalofrío recorrer su cuerpo,  simplemente obedeció.

—Si señor, lose perfectamente — respondió sin titubeo

—Puedes irte, más tarde te darán la información correspondiente y lo que tienes que hacer— informo y le indico salir

Yoongi agacho la cabeza haciendo una reverencia y  salió de la oficina.

Días después se encontraba con un rubio llamado park jimin, el colega que lo ayudaría.

Le enseñaba la ciudad y decidieron parar en un bar, lugar donde conocería al dueño de su delirio y de su corazón.

Y ahí estaba él,  tan ingenuo,tan joven y delicado, cual cervatillo indefenso, con sus ojos grandes, mirada profunda como la galaxia, esos labios finos y suaves.

Toda una obra maestra

Nunca creyó qué conocería el amor, si es que se le puede decir así, o simple atracción.

Pues en toda su vida, había conocido solo orden, abusos, gritos, disparos.

Con todo eso, había perdido la poca empatia hacia los demás, pero al conocer al menor su mundo cambió.

Fin del flash Black.

Qué me hiciste jungkook...— dijo pensativo y arrojo la fotografía al suelo, quebrandose en pedazos.

Sabía que cualquier decisión que tomara llevaría consecuencias.

Había caído en su propia trampa de enamorarse, ahora no sabía como salir de esta.

—Espero me perdones jungkook — dijo pensativo y  melancólico

Al día siguiente...

Yoongi se presentó en la dirección hablar con el director.

—Valla lamento tu decisión, espero algún día vuelvas y se solucione tu problema — menciono el hombre dándole apoyo al azabache.

— No se preocupe,  fue de gran ayuda su apoyo — menciono el joven amable y se despidió de el.

Yoongi caminaba por los pasillos de la escuela mirando a los demás chicos en sus clases, se detuvo a ver si estaba Jungkook pero no había rastro de él, pensó que tal vez había faltado por su culpa, así que simplemente lo dejo ir.

Sería peor su despedida al verlo y se lamentaria, así sería mejor.

—Adiós jungkook— murmuró por lo bajo mientras tomaba su maleta y caminaba por los pasillos vacíos de la escuela, recordando por última vez a su amado.

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