[Prólogo]

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Es algo irónico para muchos, que dos personas completamente diferentes se complementaban tan bien de un momento a otro.

Las personas que miraban a Miguel siempre se preguntaban cómo alguien con su carácter de mierda, lograba congeniar tan bien con el de Luis, no habría que ser un genio para decir que ambos eran diferentes desde los zapatos hasta el cabello.

Mientras Miguel solia cargar siempre con los lentes oscuros, ocultando sus ojos, Luis siempre dejaba ver sus ojos verdes que aún contra todo pronóstico, lograban transmitir la felicidad que esté sentía de forma genuina.

Al menos eso pensaban los demás, pero mientras tanto, Luis había logrado convivir con Miguel, de formas poco convencionales, pero lo había logrado.

Para nada investigo su IP, ni saco todo su historial con solo saber su cuenta de tiktok, solo quería conocerlo porque le parecía un chico que solía ocultar su verdadero ser y eso le recordaba de cierta forma a él en un pasado.

Ambos chicos de preparatoria estaban sentados en las bancas del patio de su escuela, Luis conversaba sobre como habían baneado a varios de la legión hulk de su grupo de SDLG, mientras que Miguel escuchaba, aunque a él los temas con los seguidores de la grasa le parecían muy poco basado como las cuentas que subían cosas de free fire en tiktok.

Hasta que vio directamente el rostro del contrario, aún con sus lentes oscuros, lograba notar el pequeño piercing que yacía tranquilamente en su ceja izquierda, lo que le hacía preguntarse como hizo eso.

No hace mucho que lo notaba, de hecho desde que lo conoció sabía que ese piercing lo tenía con la duda, ¿En qué momento lo hizo? ¿Lo hizo cuando era menor de edad? Ambos ya tenían 18 años, por lo que ya eran prácticamente personas legales, pero también en su mente tenía la pregunta de que su madre lo dejaría hacerse lo mismo.

Daba igual si se hacía uno, porque su madre no lo notaría nunca, de notarlo tendría que estar soltera para volver a enfocarse en él.

Luis noto como el otro se encontraba distraído, no prestándole atención a lo que decía, a decir verdad ya estaba algo acostumbrado a esa acción, Miguel solia perderse en sus propios pensamientos y para sacarlo de ahí resultaba algo complicado.

—papu, ¿Estás bien?— pregunto moviendo la mano frente a la cara del otro, Miguel volteo la cara, no sabía si por la vergüenza de haber sido notado o porque Luis le estaba llamando.

—si, eh, solo divagaba un poco.

—si, te perdiste por un rato— Luis podía ver cómo el cuello del otro se empezaba a tornar rojizo, quizás estaba avergonzado por haber sido cachado haciendo tal acción —como te decía, todos comenzaron a buscar a quienes habían compartido las cosas de la legión y...

—¿Desde cuándo tienes ese piercing en tu ceja?— interrumpió el otro tan de la nada, cosa que saco a Luis de su conversación para tocarse su ceja confundido, Miguel teme que quizás no haya sido buena idea hablar sobre ese tema —perdón, no era mi intención, sino quieres hablar de eso, no hay problema, yo solo tengo curiosidad.

—no hay pex papu, de verdad— habla Luis al momento que nota que Miguel vuelve a verlo directamente, se coloca algo nervioso porque no le ha contado a nadie sobre eso —bueno, si no mal recuerdo fue a los 15 años que decidí tener un piercing, no sabía en dónde poner el primero, tampoco sabía si mi mamá me iba a dejar.

—¿Tu mamá te dejo tenerlo?

—ese paso fue difícil, tarde mucho tiempo para convencerla, pero antes de ser parte de la grasa, me sentía como el emo aesthetic, quitando la parte aesthetic porque eso no iba conmigo.

Luis se ríe ante el recuerdo de su yo de los 15 años, porque había dicho que ser emo no era una fase, pero luego se vicio con los llamados “momos” y resultó ser una fase.

—el punto fue que me dio permiso, ella firmo los papeles de que estaba de acuerdo y la chica que lo puso no fue muy brusca, me convenció tanto tener uno que después pedí tres más.

—¿Tres? ¿Osea que tienes cuatro de esos metalitos?— Miguel se sentía extraño ante esa información y no sabía porque le estaba gustando la idea en si.

—bueno, la ceja fue uno, me perfore las orejas, uno en cada oreja y el último...— Luis comenzó a dudar sobre soltar ese dato, porque no era una zona donde se viera muy común un piercing, pero la campana del receso sonó interrumpiendo el momento —supongo que lo contaré más tarde, en mi casa, de paso te enseño una foto que mi mamá tomo de ese momento.

—ok si, no pasa nada— Miguel se quedó con la duda, ¿Dónde estaba el último?

Quizás y solo quizás, estaba dispuesto a llegar tan lejos para ver dónde estaba el último pedazo de metal en el cuerpo de Luis.

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Y de pronto un accidente (una canción de Skillet)

Nos dio como resultado (Daeen escribiendo otra cosa para un fandom)

Y no, antes de que me funen, solo quiero decir, me sale mejor escribir las cosas que dibujarlas, ahí la cago cada que puedo y escribiendo no pasa eso a no ser que escriba feo, pero confío en mi poder sobre la escritura.

En fin, no esperen que sea muy largo, muy probablemente lo dejo en una sola parte porque si, pienso hacer algo NSFW, eso sí quieren leer algo horny.

También tiene muchas cosas que no van de acuerdo a sus personalidades, así que no se, juzguen y disfruten, hago esto nomás x los jajaja

Baiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii

Curiosidad [PanafrescoxPapulince]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora