Furia de huracan.

173 13 0
                                    

Era una tarde calurosa y soleada en el bosque de Pandora, en medio de entre los arboles paseaba una joven Na'vi, de corto cabello, levemente sacudido en la suave brisa del bosque, sus ojos soñadores y su sonrisa contemplaba las maravillas que el entorno le podía brindar, cada sensación la llenaba internamente de gozo y paz.

Tan inmersa iba en sus pensamientos que no noto cuando intento pasar por una cuerda atada en el suelo, esto la hizo tropezar e ir directamente al suelo, yendo de cara al lodo.

Ella al voltearse vio que la cuerda estaba atada de ambos extremos a unos palos enterrados en el piso, claramente era una trampa para ella, esto la puso pensativa, no vio a nadie, pero al agudizar sus oídos logro escuchar unos murmullos cerca.

"no puedo creer que cayera"

"cinco dedos en los pies y muy torpe"

"ella siempre anda caminando en las nubes"

Eran murmullos y le seguían más, ella se miró las manos enlodadas, a diferencia de los demás Na'vi ella tenía cinco dedos en cada mano y cada pie, eso sumado a que siempre se perdía en sus pensamientos y como las cosas simples la desconectaban de la realidad le daban razones a los demás para burlarse de ella.

Ella odiaba esos ámbitos de sí misma, pero a la vez no pensaba en una forma de solucionarlo, tampoco es que quisiera solucionarlo, a pesar de todo amaba esas sensaciones, como la despegaban del piso y podía sentirse en un paraíso personal.

Tras un rato de pensamientos se volvio a poner de pie y fue de regreso a su hogar, se limpió levemente el polvo, en el trayecto a su hogar alcanzo a divisar un grupo de niños jugando en un pastizal una en específico le logro sacar una sonrisa.

Se trataba de una niña, apenas pasaba los seis años y tenía su cabello acomodado en varias trenzas y una tierna sonrisa que con sus ojitos dorados iluminaban el ambiente.

Misma niña sonrió de par en par acercándose a la muchacha y con una risilla salto para abrazar a la mayor.

- ¡Kiri! - saludo la chiquilla abrazándola, apenas le llegaba a la cintura.

-hola Tuk- devolvió el saludo y el abrazo- ¿sabes si papa y mama ya llegaron? - pregunto viendo a los ojos a la menor.

-aun no, pero confió en que regresaran, ellos son muy fuertes- declaro con gracia Tuk, luego jalo la mano de la mayor hasta una casa elevada- preparemos la cena para ellos, estarán muy contentos- insistió y con una risilla leve Kiri fue tras ella.

Ambas prepararon la cena de su familia, Kiri se encargó de poner al fuego unas larvas muy carnosas, y aderezarlos con un polvo de plantas picantes, era el favorito de su padre, Tuk por otro lado hacia una papilla de frutas y les sacaba las semillas, preparando el plato predilecto de su madre.

Ellas ya tenían todo listo y emplatado, estaban esperando en su hogar mientras conversaban de lo que habían hecho, para Kiri le era muy difícil esconder información a su hermana, pero era lo mejor para no preocuparla.

Conforme iba pasando el tiempo más se acercaba el ocaso que daba pie al eclipse estaba más cerca y la preocupación de ambas hermanas crecía mientras la comida se enfriaba, cuando ya estaba helado y el fuego se había extinguido ambas tenían la mirada baja mientras aun esperaban.

-Kiri...

-dime Tuk- la llamo de vuelta, viendo como tenía la tristeza en su carita.

- ¿crees que ellos lleguen a salvo? - pregunto preocupada la menor, agacho sus orejitas contra la cabeza y veía con nostalgia la ceniza que quedo del fuego.

Los Hermanos QuaritchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora