𝖶𝖤𝖳 𝖭𝖨𝖦𝖧𝖳𝖬𝖠𝖱𝖤¹ › 𝙅𝘼𝙆𝙀𝙒𝙊𝙉

𝟣𝟢 ── 𝖫𝖺𝗌𝗍 𝗇𝗂𝗀𝗁𝗍.

Jungwon yacía en su cama encogido e intimidado por la manera en que Jake daba vueltas en la habitación.

Su madre ya había subido a darle las buenas noches, esperando que no tuviese una pesadilla en esa última noche con el medicamento, mientras Jake se ocultaba en el baño para limpiar la sangre de su nariz, se despidió de ella desde dentro. La señora Shim acarició el cabello de Jungwon y luego bajó las escaleras, hacia el perfecto e imperturbable silencio de su habitación, con la inocente idea de que Jake vigilaría a Jungwon durante la noche.

Jake se giró hacia Jungwon luego de encontrar algo dentro de su clóset que Jungwon no alcanzó a distinguir.

—Decidí que seré un poco más amable contigo ¿Sabes? —Jake alzó el objeto de su mano. Una botella de lubricante—. Para que veas que soy un buen chico.

El mayor dio un paso más hacia él, pero Jungwon retrocedió aún más en su cama.

—No me hagas nada, por favor —Jungwon pidió en voz alta y atemorizada.

Pero Jake no escuchó. Agarró su pie y tiró de este acercándolo hacia su cuerpo.

La figura de Jake era inmensa desde ese ángulo. Jungwon sentía mucho miedo cuando el mayor estaba sobre él haciéndolo desaparecer bajo su cuerpo, recordándole sus aterradoras pesadillas.

—Por favor, Jake, no me hagas nada —pidió de nuevo cuando el rostro del rubio se acercó a su cuello.

—Ya no me llamas hyung —el rubio sacó su lengua y lamió con la punta el lóbulo de su oreja—, ¿No me respetas?

¿Cómo podría?, pensó Jungwon, asqueado cuando la piel bajo su oreja se erizó. Pero no contestó.

Las manos de Jake se deslizaron bajo su camiseta, para subirla a través de sus brazos y cabeza hasta quitársela con brusquedad, luego bajó acariciando su piel pasando por sus pezones, sintiendo como Jungwon temblaba bajo su tacto. Su piel era tan suave y tibia, su estómago liso y vulnerable, ese pequeño ombligo le hacía agua la boca. Sus dedos agarraron el borde de su pantalón para bajarlo.

—¡Jake, no lo hagas, no me gusta no poder moverme, es-...! —el menor alzó su voz, pero el mayor le cubrió la boca de inmediato con la mano.

—No grites... —advirtió viendo los ojos marrones de Jungwon, cristalizados por las lágrimas inminentes—, si gritas no me importara una mierda de lo que me digas.

Jungwon suspiró temblorosamente cuando Jake le quitó la mano de la boca.

—¿Por qué me haces esto? —cuestionó en un susurro.

—¿Por qué hago qué? —Jake soltó una risa irónica—, ¿Tan novato eres como para no darte cuenta?

Jake observó al menor esperando alguna clase de respuesta que no llegó nunca.

—¿Me harás decirlo? ¿En serio? Eres un chico muy difícil, más de lo que pensé, pero sé que no eres tan inocente como aparentas ¿Crees que no sé qué te gusto?

Sus manos grandes sujetaron el rostro del menor, acercándose a su rostro hasta que sus narices se tocaron.

—¿No te gusto Jungwon? Respóndeme.

—No me... gustas... —el menor apretó sus ojos, negándose a mirarlo.

—No mientas —gruñó Jake sujetando su mandíbula con fuerza—, ¿Crees que no me doy cuenta de cómo me miras? Tu cuerpo habla por sí solo cuando te toco, tus orgasmos ¿De quién crees que son? Son todos míos, ¿O acaso piensas en ese idiota de Jay?

—No hables de él... solo... déjalo en paz —sus lágrimas salieron de entre sus párpados, mojando su mejillas abultadas por los dedos de Jake.

—Apuesto a que dejarías que él te folle como una perra ¿Verdad? Deberías ser más como Sunoo, a esa zorra la tengo en la palma de mi mano, cuando yo lo decida, me lo voy a follar de la misma forma en que lo hago contigo.

—No les hagas nada, por favor, Jake, solo déjalos...

—No me ofreces nada a cambio de no hacerles nada.

—¿Acaso conmigo no es suficiente? —Jungwon sollozó—, no les hagas daño.

Jake soltó su rostro y se alejó de él dejando su cuerpo libre.

—Sabía que te gusto, incluso no puedes soportar la idea de que me folle a Sunoo —una risa ronca y burlona salió de su garganta—, duerme tranquilo, esta será tu última noche.

Jungwon se sentó sobre la cama y se puso su camiseta de nuevo para luego acostarse bajo las mantas de su cama como si fuesen un refugio. Dejando salir sus lágrimas silenciosamente.

No tendría fin, pero necesitaba proteger a sus amigos. A Jay. Ni la muerte era una opción porque Jake actuaría con mayor razón si él no estaba. Prefería mil veces perder a sus amigos a que por su culpa Jake les haga daño.

Escuchó los movimientos del rubio en la habitación, sus ropas deslizándose, cuando de pronto, su manta fue levantada y el calor del cuerpo de Jake lo rodeó desde atrás, completamente desnudo y amenazador.

Jungwon se encogió, sin embargo, Jake abrazó su cintura y lo presionó con fuerza contra su pecho y entrepierna.

—Buenas noches, hermanito... —murmuró en su nuca.