En los pasillos de Hogwarts, Draco Malfoy, ahora profesor de pociones, oculta un secreto oscuro: su obsesión por su estudiante, Harry Potter. Mientras lucha por mantener su amor prohibido en secreto, se enfrenta a un dilema que pondrá a prueba su le...
Draco, con una mirada ardiente, se acercó a Harry, cuyo corazón latía con fuerza en su pecho mientras lo observaba con anticipación. Sin apartar la mirada de los ojos de Harry, Draco comenzó a desabrochar el cinturón de su pantalón con manos seguras y decididas.
Cada movimiento era una promesa de placer, y Harry se sentía hipnotizado por la habilidad y la confianza de Draco. Una vez que el cinturón cayó al suelo con un suave tintineo, Draco se inclinó hacia adelante, dejando un beso fugaz en los labios de Harry antes de deslizar lentamente los pantalones por sus piernas.
Harry tragó saliva nerviosamente, sintiendo la tensión crecer en el aire mientras Draco lo desnudaba con una pasión ardiente. Cada gesto, cada contacto, encendía el fuego del deseo dentro de él, haciéndolo anhelar más de la ardiente conexión que compartían.
Finalmente, Harry se encontró completamente desnudo ante Draco, su piel expuesta y vibrante con la anticipación del placer inminente. Los ojos de Draco brillaban con una lujuria intensa mientras admiraba el cuerpo de Harry, su mirada recorriendo cada centímetro de su piel con devoción y deseo.
Con un susurro de placer, Draco comenzó a morder suavemente las esquinas del cuello de Harry, sus dientes dejando marcas sutiles en la piel sensible. Cada mordisco era una descarga eléctrica de excitación, haciendo que Harry se estremeciera de placer bajo el contacto de Draco.
Los labios de Harry se entreabrieron en un gemido ahogado mientras sentía las caricias ardientes de Draco en su cuello, su cuerpo vibrando con el éxtasis del momento. Cada mordisco despertaba una nueva ola de deseo en lo más profundo de su ser, y él se encontraba completamente rendido al placer que Draco le proporcionaba.
Draco continuó su exploración con habilidad y dedicación, sus movimientos alternando entre suaves caricias y mordiscos juguetones. Harry se aferraba a las sábanas con fuerza, arqueando su cuerpo hacia Draco en busca de más contacto, más placer.
El calor entre ellos era palpable, la habitación cargada con la electricidad del deseo compartido. En ese momento, no había nada más en el mundo excepto el ardiente vínculo entre Draco y Harry, una conexión que los envolvía en un torbellino de pasión y éxtasis sin fin
Con una determinación palpable, Draco exploró cada rincón del cuerpo de Harry con manos expertas y ardientes, sus dedos trazando senderos de fuego sobre su piel sensible. Cada caricia era un tributo al deseo compartido, cada contacto un eco del éxtasis que los consumía por completo.
Sus manos se deslizaron con suavidad por los hombros de Harry, descendiendo lentamente por su espalda hasta llegar a la curva de sus caderas. Cada toque era una invitación al placer, un recordatorio constante de la pasión que ardía entre ellos y que los unía en un vínculo eterno de deseo y amor.
Los suspiros suaves de Harry llenaban la habitación mientras Draco continuaba su exploración, sus manos hábiles y seguras dejando un rastro de sensaciones eléctricas en su camino. Cada contacto era una revelación, cada caricia una expresión del profundo afecto que sentía por el joven mago frente a él.
Draco se tomó su tiempo para saborear cada momento, disfrutando de la textura suave y sedosa de la piel de Harry bajo sus dedos. Cada centímetro era un tesoro que explorar, una fuente inagotable de placer y pasión que los envolvía en un torbellino de emociones abrumadoras.
El tiempo parecía detenerse mientras los dos se entregaban al placer del contacto íntimo, perdidos en un mundo de sensaciones y emociones. En ese momento, no había nada más en el mundo excepto el vínculo ardiente entre Draco y Harry, una conexión que los unía en un abrazo apasionado de deseo y amor compartido.
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