Capitulo dieciséis: Papá puede arreglarlo.

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Cumpliendo sus deberes como futuros reyes, Viserys envío a Rhaenyra y Laenor a visitar las tierras de los ríos, se llevaron con ellos únicamente a Jacaerys y Lucerys, dejando a Joffrey con Laena y Daemon para que lo cuiden en Driftmark. Así que, Viserys se haría cargo de sus hijos.

¿Qué tan difícil sería? Sus hijos eran unos ángeles, además, estaban creciendo ya no harían mas travesuras. Aegon con once, Helaena con nueve y Aemond con ocho. Si, será fácil, ya ha pasado tiempo con ellos antes. Lyonel, no está muy seguro, pero tonterías, si puede reinar en paz, también puede controlar a sus dragoncitos.

"¡Papá!" Aemond entró a sus aposentos corriendo "¡Se robaron a Luke! Tenemos que avisar a los soldados, para que lo busquen." Su pequeño hijo venía vestido con ropa de entrenamiento, con una espada de madera en la mano y un escudo igual, que hizo sonreír a Viserys. "Yo iré con ellos. Para traer al hijo de mi hermana, así ella no estará triste."

"Y tú tampoco, ¿verdad?" Viserys abrió sus brazos y dejó que Aemond suba a sentarse en su regazo. "Lykiri, nēda azantys ñuhe, ryptes ēlī, naejot memēbagon (Calma, mi valiente caballero, escúchame primero, antes de marchar.)" Aemond lo miró, asintiendo suavemente. "Lucerys, fue con sus padres y su hermano mayor, a las Tierras de los Ríos, para estar en aburridas reuniones."

"Oh, ¿No hay Nyra?" Viserys niega y deja un suave beso en el cabello de su hijo, que sonríe. "¿Entonces, solo estas tú para cuidarnos?" Preguntó estaba vez con una voz cuidadosa.

"Bueno, las niñeras también ayudarán." Informa, y mira a la puerta, esperando que alguna aparezca "¿Te escapaste?"

"Si" anuncia con orgullo, Viserys suspira, será una larga semana. "Papi"

"¿Si, rūso ñuhe? (Mi niño)" Aemond se acuesta en su pecho y esconde su cabecita en el espacio de su cuello.

"¿Me puedo quedar contigo, todo el día? Es que mi siento mal." Viserys, siente que debería negarse, pero la triste de voz de su niño, pone fin a cualquier negación.

"Por supuesto que si mi niño." Afirma "Verás que nos vamos a divertir en el consejo."

*****

Oh, si, Aemond se iba divertir mucho, pero no lo había solo, traerá a sus hermanos con él.

"¡Si, voy a quitarme esto!" Su papá asiente y lo baja.

"Sin correr, puedes caerte." Aemond asintió, porque no le gusta cuando se cae y se lastima, el Maestre siempre le pone cosas que arden.

Va a sus aposentos y le pide a su doncella que le quite esta "armadura". Cuando está listo, va primero a los aposentos de su hermana, Helaena esta sentada, practicando puntadas, mientras escucha cantar a sus grillos.

"Hela, Rhaenyra se fue y papá nos cuida" informa, su hermana lo mira confusa ". ¿Quieres divertirte en el consejo? Podemos traer a tu araña." Helaena sonrió y asintió.

"Así podre mostrarle a papá, a mi nuevo amigo." Se levantó avanzando a una de sus mesas, la abrió y metió la mano sacando una araña. "La encontré con Jace, mientras jugábamos en el bosque de los dioses."

"Vamos por Aegon." Cuando entraron en los aposentos de su hermano, todo era un caos.

Las doncellas corrían de un lado a otro, moviendo, levantando y buscando, mientras Aegon estaba sentado, hecho un mar de lagrimas en la cama.

"¿Qué sucede?" Pregunta Helaena, a la mujer que está a cargo de Aegon desde que nació.

"El príncipe, perdió el juguete que le regaló el rey por su onomástico" el objeto en particular, era un peluche, que su padre mandó hacer, tenía la forma exacta de Sunfyre, era de terciopelo amarillo con partes hechas de hilos de oro, para hacerlo aún más igual, al dragón. Basta de decir, que Aegon lo amó, desde el primer instante.

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⏰ Última actualización: Aug 28 ⏰

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