Capitulo 3

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Estaba sentada con Zoé y Luna animando a Cedric, gritaba efusivamente su nombre como le prometí, aunque apreciaba a Harry yo quería que ganara Cedric.

Todos nos estábamos poniendo nerviosos, ni Harry ni Cedric llegaban y ya llevaban mucho tiempo en el laberinto, mi cabeza daba vueltas, esto no terminaría bien, lo sabía, no sé cómo pero sabía que algo sucedería.

—Ey, tranquila Nere, verás que Cedric ganará— me animo Zoé sonriéndome

—No, no, algo anda mal, Zoé ¡algo no está bien!— me desespere jalándome el pelo angustiada

—Tranquila— habló Luna tomándome de la mano

—Me siento mal, no sé qué me pasa— murmuré al borde de las lágrimas

Los gritos empezaron, ellos había llegado y desesperaba me levanté de mi lugar para buscar a Cedric

—¡te dije que estaría bien! Vamos a celebrar— Zoé me tomó de la mano corriendo con Cedric

La sorpresa fue cuando llegamos mirando a Harry sujetando a Cedric llorando con su cuerpo sin vida.

Me tape la boca quedándome inmóvil escuchando a Luna murmurar cosas y a Zoé gritar horrorizada.

Corrí a tirarme en el suelo llorando y gritando en el pecho de Cedric junto a su padre, besaba su rostro y lo acariciaba con alguna esperanza pero sin respuesta, no tenía cabeza para nada más a pesar del gran alboroto que estaba sucediendo a mi alrededor.

Unos brazos me sujetaron pero luchaba para seguir con Cedric, no quería apartarme del el, mirando a Malfoy tomándome fuertemente de la cintura

—¡Suéltame estúpido!, ¡suéltame!— gritaba molesta tratando de sacarme— ¡te lo ruego suéltame, quiero abrazarlo!— seguí gritando mirando como Nott me sujeto ya sin esperanza de liberarme

La cabeza me daba vueltas mientras gritaba sin control terminando perdiendo las fuerzas rindiéndome de seguir gritando para terminar desmayándome.

No comía, me la pasaba acostada, no tenía ánimos de absolutamente nada, Cedric ya no estaba, no cruzaría la puerta para invitarme a comer, invitarme a dar la vuelta, invitarme a leer otro libro juntos, practicar hechizos o platicar, Zoé me intentaba dar ánimos pero era inútil ni siquiera ella tenía ánimos de nada terminando por acostarse a mi lado hundiéndonos en nuestra propia miseria.

Cuando ella se iba con el Ravenclaw yo huía con Luna, a la biblioteca o con Myrtle tratando de quitarme este dolor.

Todos ahora me miraban con Lástima, no quería hablar con nadie que no fuera Zoé y mi hermano, perdí a mi hermano por culpa de Voldemort, yo creía en Harry, creía en su inocencia y que él no es el culpable.

Estaba tratando de leer un libro en la biblioteca pero no me concentraba, leer libros nunca me encantó del todo, aunque todos pensaban que si todo es mentira, no soy como Hermione que podría leerse un libro al día.

Mis intereses aunque eran aprender no se centraban es eso, me gustaban otras cosas.

—¿cómo has estado?— me sobresalté al escuchar a Harry sentándose en la silla de mi lado

—Lo mejor que puedo, intento sobrellevar esto— contesté recargando en la mesa

—Todos lo intentamos, esto es difícil, llevo tiempo que quería hablar contigo—

—Yo no tengo ganas de hablar Harry, me siento mal— susurré sin ánimos

—Nunca tienes ganas de hablar pero no me importa, llevamos tiempo hablando me gustas, quiero una oportunidad con tigo— me tomó de la mano besándome en los labios rápidamente

—Estás loco— grité susurrando levantándome de la mesa— Cedric acaba de fallecer, no me interesa un novio— dejé claro mirándolo a los ojos

—Entiendo eso, pero, nos gustamos, podríamos intentarlo, Cedric estaría feliz si tú lo está— insistió levantándose conmigo

—No quiero Harry, no me siento lista— susurré mirando a los lados sin querer llamar la atención

—¿por qué no te sientes lista?, no tenemos que formalizar nada, es tu oportunidad, ya nadie te molestará, yo me encargaré de eso, solo sé mi novia— me dijo intentando tomarme de la mano

—No me interesa un guardaespaldas Potter, no me interesas y mi hermano acaba de fallecer, no iré por allí con un novio—

—No me importa, haz lo que quieras, no te lo volveré a decir, soy el elegido después de todo— diciendo eso se salió de la biblioteca

A Cedric nunca le termino de caer bien Harry, yo tampoco nunca pude olvidar lo que me hizo, no quería una relación ni con él ni con nadie.

Las demás casas se fueron por fin de Hogwarts, tampoco me gustaba mucho la idea de volver a casa pero no había otra cosa por hacer.

—Lamento lo de Cedric— escuché la voz de Malfoy mientras me sentaba a observar al atardecer en el lago

—No seas mentiroso, no lo lamentas— resoplé sin ánimos

—Lamento que estés llorando por qué al idiota se le ocurrió morir— soltó sentándose a mi lado

—El único idiota e insoportable aquí eres tú Malfoy, Cedric era todo para mí— hablé molesto por sus palabras

—Solo digo que deberías dejar de llorar, te ves muy... mal— me miró un momento a mí y mi ropa desgastada

—Lamento no cumplir tus estándares señor perfecto— resoplé— no me a quedado tiempo de arreglarme para el funeral de mi hermano—

—No creo que sea normal desmayarse dos veces seguidas— replicó mirando el pasto

—Yo estoy bien, las cosas pasan por algo y aprenderé a vivir con esto, nos vemos después de vacaciones Malfoy— me levanté sonriéndole un poco para alejarme de allí

Claramente tendría que aprender a sobrellevar la muerte de Cedric, no me quedaba otra opción y solo tenía una solución por que nada de lo que sucedía es justo, Cedric era una persona amable, respetable, admirable, bondadoso y justo, lo único que aquí no es justo es la vida.

Nerea Lovegood (D.M) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora