Kim Dokja se enamora perdidamente de Yoo Joonghyuk, pero no logra ser correspondido. Kim Dokja apesta en el romance. No importa, SP también apesta.
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: Yᴏᴏ Jᴏᴏɴɢʜʏᴜᴋ ɴᴏ ᴄᴏʀʀᴇsᴘᴏɴᴅᴇ ᴀ ᴋɪᴍ Dᴏᴋᴊᴀ, ᴀʟsᴏ Sᴇᴄʀᴇᴛɪᴠᴇ Pʟᴏᴛᴇʀ sᴀʟᴠᴀᴊᴇ ᴀᴘᴀʀᴇᴄᴇ.
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Kim Dokja era bastante consciente de sí mismo en la mayoría de las cosas, salvo algunas excepciones. Tenía habilidades interpersonales superiores a la media, si tuviera que decirlo él mismo, e incluso si sus habilidades intrapersonales eran un poco malas, no necesitaba un chamán que le dijera que su vida era una mierda.
Él lo sabía, hace siglos, y cuando sucedió, se lo tomó todo con calma.
Kim Dokja no creía en lo sobrenatural. Claro, le encantaba leer novelas de fantasía, pero eso no significaba que creyera en ellas. Nunca se le había pasado por la cabeza acudir a un chamán e incluso cuando lo mencionaba, lo consideraba una pérdida de tiempo y dinero.
Pero no fue hasta que Yoo Joonghyuk cedió a sus constantes molestias y les permitió visitar su ciudad natal. Fue un pequeño viaje, tres noches, dos días, solo ellos tres, Kim Dokja, Han Sooyoung y Yoo Joonghyuk.
Técnicamente no era su ciudad natal, pero era donde se alojaba su maestro y había empezado a llamarla su ciudad natal.
Han Sooyoung fue quien mencionó el tema. Dijo que quería despedirse adecuadamente de Kim Dokja antes de que partiera para realizar su servicio militar obligatorio, y Yoo Joonghyuk estuvo de acuerdo.
Era un bonito pueblo costero, con muchos mariscos, buen clima, una linda vista; un lugar perfecto para un pequeño viaje, lejos de la ajetreada vida urbana.
Han Sooyoung amenazó, insistió, se quejó, hizo berrinches e incluso lo sobornó para que visitara al chamán local de quien había oído hablar de los aldeanos, finalmente, Kim Dokja cedió y los tres fueron a visitar al chamán.
Kim Dokja no estaba exactamente impresionado por la dama de mediana edad sentada frente al santuario, con un abanico extendido ante su rostro mientras se balanceaba en el lugar, tarareando una melodía suave y monótona.
Han Sooyoung fue quien lo empujó al suelo y luego tomó asiento a su derecha mientras Yoo Joonghyuk se sentaba a su izquierda, ella puso algo de dinero en el cuenco dorado y le dijo al chamán que Kim Dokja necesitaba una lectura sobre su vida amorosa, él no necesitaba nada. Pensó que esto era una pérdida de dinero.
"Niño", la chamán cerró su abanico y lo agitó hacia su cabeza. "Una energía siniestra te rodea, te envuelve, se filtra en todo lo que tocas, lo destruye".
Han Sooyoung escuchó con entusiasmo, por supuesto. Fue una experiencia de la vida real que pudo aprovechar para sus novelas. Yoo Joonghyuk tenía la cara en blanco, pero Kim Dokja conocía los matices de su expresión y podía decir que pensaba que todo esto era una tontería.
