21 Formas de Decir Te Amo [HYUNLIX]

Capítulo 2

Dicen que de amor al odio hay solo una delgada línea.

¿Qué hay de la línea entre amar a alguien platónicamente y románticamente? ¿Cuál es la diferencia entre querer tener a un amigo de por vida y querer compartir toda tu vida teniendo a esa persona a tu lado?

El amor es un sentimiento complicado, si me lo preguntan, ¿cómo haces para irte a dormir una noche pensando en esa persona como un amigo y a la mañana despertarte sintiendo que el latir de tu corazón ahora depende de ella?

¿Cuándo pasó a ser algo más? ¿Cuál abrazo se sintió diferente? ¿Qué mirada fue más profunda que la anterior? ¿Cómo le digo a mi corazón que deje de sentirse así?

Un gran problema del amor es que cuando se vuelve real, se desgasta, y es la única manera de desenamorarse. Si el amor vive solo de ilusión, es difícil que se desgaste, ¿por qué? Porque todo lo que no podemos tener es aún más precioso. No hay un desgaste de la idea de lo que es precioso. Todos dicen que duele más lo que no pudo ser que algo que fue y se terminó. Lo que no pudo ser, siempre pincha en algún rincón de nuestro ser.

Cuando te enamoras de alguien que ya es cercano a ti, no puedes volver a pensar igual de esa persona y quedan dos opciones, vivir en silencio o declararte, arriesgando dos cosas: ser rechazado, que sea mutuo y luego el amor se desgaste.

En los museos, las reliquias o las pinturas no se pueden tocar para evitar que se rompan, pero sobre todo por el desgaste que implica.

A veces, es mejor no tener algo que podemos romper, que podemos desgastar; se aprecia mejor desde la distancia.

Si estás enamorado de tu mejor amigo, entonces podrás apreciarlo todos los días y evitarás romperlo, romper tu ilusión.

Si a Hyunjin le gusta Felix, entonces puede admirarlo desde cerca, puede tenerlo todos los días a su lado, y nunca perderlo si no le dice cómo se siente. Si la suerte está de su lado, quizás hasta un día deje de sentirse así.

O quizás a este punto ya se dio cuenta de que está demasiado enamorado como para que eso cambie. Pero quiere tener esperanza.

Verán, hasta el año pasado, Hyunjin consideraba que el amor que le tenía a Felix era platónico, amor amistoso.

La primera vez que notó que algo no era normal fue cuando estaban en un acto escolar y toda su atención estaba en lo bonitas que se veían las pecas de Felix, sin pecas aún sería hermoso pensó. Se detuvo un segundo, ¿eso piensan los amigos de los otros?, como sea, las pecas lo hacen aún más hermoso de lo que ya es. De pronto, Felix se volteó y Hyunjin tenía su vista demasiado fija en él como para disimular, sin embargo, se volteó avergonzado y cuando volvió a dar un vistazo, Felix le sonrió. Su corazón estalló en su pecho.

Luego, se encontró mirando a Felix dormir, al menos así corría menos riesgo de ser descubierto. Noche tras noche miraba a su amigo dormir, sus labios entreabiertos y respirando tranquilamente. Siempre dormían abrazados y con sus frentes pegadas, Hyunjin estaba ya acostumbrado a dormir así pero últimamente se tomaba su tiempo para apreciar el momento, para ver a Felix y sentir su pulso alterarse.

La situación empeoró porque llegó un momento donde verlo dormir no bastaba, y Hyunjin se había obsesionado con cada detalle de Felix: cómo se tocaba el pelo mientras estudiaba y recitaba en voz baja los textos; la manera en la que acomodaba su uniforme la noche antes de ir a la escuela; cómo arrugaba la nariz cuando alguien decía algo que no era de su agrado; si alguna canción le gustaba, murmuraría la letra por días y días; la forma en la que buscaba tener contacto físico con él cada vez que estaban cerca y como su cuerpo se relajaría de inmediato, así como todas las noches le pediría cariñitos para poder dormirse; cuando se enojaba movía su lengua hacia un lado y luego se mordía los labios, riendo incrédulo; siempre ponía los cereales antes que la leche y así Hyunjin comenzó a preparar el desayuno todas las mañanas, asegurándose de hacerlo de la misma forma que Felix y después le daría su cuchara favorita –solo había dos de ellas, una en la casa de cada uno–, como su tono de voz cambiaba al tomar seguridad cuando hablaba de algo que le interesaba o como sus ojos brillaban cuando el mayor accedía a jugar videojuegos con él; y así, infinidades de cosas que Felix hacía que podrían pasar desapercibidas para cualquiera excepto para Hyunjin.