Capítulo 3.-Madre de dragones.-

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Narrador omnisciente.

Rhaenyra toma la delantera con Syrax, Alyrya grita con euforia. Su pimpollo le estaba ganando. La linea final era Dragonstone. Atticus siente la emoción de su jinete, a pesar de su gran tamaño intenta moverse aún mas deprisa. Le es, imposible.

-Vamos, bebé.-Pide Alyrya moviendo las riendas.

Al parecer, Atticus entendió. Movió su cola con fuerza haciendo que la reina se sujete con fuerza de las riendas mientras el dragón tomaba otro camino. De lejos veían Dragonstone. Rhaenyra perdió de vista a su madre. Al aterrizar en el castillo, bufó al ver ya a su madre.

-¡¿En serio?! Iba ganando. Hiciste trampa.-Recriminó la adolecente mientras bajaba.

-¡¿Cómo podría?! Literalmente veníamos en el aire. No es como que pueda correr más rápido. No podrás ganarme nunca, pequeño pimpollo.

-No es justo.-Chilló caprichosa haciendo reír a la reina.

Alyrya sintió una puntada en el vientre que la hizo dejar de reír.

-Vamos a la fortaleza. Te doy ventaja.-Le dijo.

Rhaenyra nuevamente se montó en Syrax y emprendió vuelo. La reina sintió que sus piernas se mojaban. Debió orinar antes de salir.

-¡No puede ser!-Bramó.

Levantó su vestido para ver y efectivamente se había orinado.

-¡Auch!-Bramó al sentir una patada.-No fue nada amable.

Atticus también gruñó. Alyrya se montó aún sintiendo molestia en su intimidad. La silla de montar le molestaba. Atticus por suerte fue rápido, llegando al castillo vio a Rhaenyra festejar junto a Sir Christopher y su padre que las esperaban.

-¡Gané!-Chilló sacandose el guante con la boca.-¿Cómo te quedó el ojo, mami?

-Niña insolente.-Fue lo primero que Alyrya dijo cuando bajó de Atticus.

Paró bruscamente al sentir otra vez una patada, esta vez, demasiado dolorosa.

-Oh.-Rhaegar comentó.-Ven, cielo. Parece ser hora.

-¿Hora? No. En lo absoluto. Me oriné hace un momento.-Le susurró.-El bebé patea mucho y no aguanté.-Comentó avergonzada.

Rhaegar sintió ternura por su esposa que ya estando de ocho lunas y con una hija, no supo diferenciar que su parto estaba empezando. Alyrya odiaba parir. Rhaenyra fue muy dolorosa y cuando se enteró de su nuevo embarazo no estaba feliz. No porque no amara a sus bebés sino, porque era doloroso y tenía miedo.

-Ou.-Alyrya se sostuvo de Rhaegar cuando la patada del bebé la dejó sin aire y mareada.

-Es hora.-Sir Christopher dijo.

-No.-Alyrya se negaba.-No es hora.

-Sí lo es, amor. Déjame que te lleve.

-¡No!-Alyrya gritó con susto.-No puede ser cierto. No quiero.-Pidió a su esposo.-No quiero. No quiero. No quiero.

-Tranquila, amor. Sostendré tu mano.

-¿Lo prometes?-Pregunta cuando la levanta en sus brazos.

-Siempre.

Allyster la veía desde lejos sintiendo cierta pena por ella y su dolor. Le gustaría sostener su mano y limpiar su frente. Pero ella no era su esposa y ese, no era su bebé.

Rhaegar se paseó por los pasillos con una Alyrya respirando agitada y con fuerza. Las damas de compañía de la reina pronto tuvieron todo listo en sus aposentos. Alyrya no supo cuando cambiaron su vestido de montar a un camisón.

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⏰ Última actualización: May 19 ⏰

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Por Siempre Mi Reina ||Allyster Hightower.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora