Capitulo 2.

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Narra Alba Díaz.

Me quedé dormida, mierda.

Me pare y agarre lo primero que encontré, me fui.

Me senté en mis asientos, solo veo como las chicas se me van acercando.

─Sal, es mi asiento. ─Me empujó Sara.─

─No dice tu nombre, pelotuda. ─Respondí.─

Abrió la boca ofendida.

─No escuchaste, salte. ─Me empujo nuevamente.─

─No quiero vete a otro.─Dije.─

─Yo quiero ese. ─Me respondió.─

Gire y reste importancia.

─¡Salte te dije! ─Agarrándome.─

─Soltame. ─Dije.─

Me lanzo a un lado con la ayuda de su amigas.

Las mire.

─Saben mejor llevenselan afuera. ─Ordenó Sara.─

Agarraron mi brazo y me botaron afuera.

Lanzaron mi mochila.

Me levanté y fue hacia Sara, agarre su pelo.

─¿¡Que te pasa!? ¡sueltame!  ─Grito.─

─Ahora te haces la inocente. ─Dije.─

Su amigas me tiraron una piña.

─Eh que le hacen. ─Una voz de hombre invadió mi cabeza.─

No pude girar, Sara se subió encima mío dándome cachetadas, mientras le jalaba el cabello.

─Oye paren, pelotudas. ─Grito la voz masculina.─

Sentí como me la sacan de encima, y me ayudaban a pararme.

Me crucé con los ojos de Iván.

Esas pestañitas amo.

¿Por que es tan guapo?

Me levanté, seguramente hecha pija.

─Dale vamos te ayudo a lavarte, vamos. ─Me ofreció Iván.─

Agarro mi mochila y la puso en la mochila.

─¡Y yo! ¡Iván! ─Grito.─

─¿Tu que? ─Respondio.─

─Ayúdame, ella empezó. ─Dijo ─

─¡Es men..! ─No me dejó terminar─.

─Ivancito, ella me dijo que no me junte con vos, porque le gustas. ─Mintiendo.─

Iván me miró.

─N-no es mentira. ─Dije.─

Iván levantó la ceja confundido.

─Perdón, si no que ella empezó, tengo miedo, no quiero separarme de ti. ─Lo abrazo.─

─Iván, mírala pobrecita, a demás estamos de testigo, como está, la amenazó. ─Dijo Verónica su mejor amiga.─

Iván me miró suspendió su mentón.

Me llevo a un asiento de fuera del salón y me dio mi mochila.

─Gracias. ─Lo mire.─

Con lágrimas en los ojos, lo mire, solo asintió y entró

Agarre mi mochila y me fui al baño corriendo.

Me senté un inodoro, con tapa, y me puse a llorar.

¿Porque el universo es una mierda?

Tocó timbre y yo me quedé ahí, hasta la salida.

Tocó timbre para salida y me fui a mi casa.

Paso por un lugar oscuro, desconocido.

Una sombra invadió mi campo visual.

Me metí a una caja de esas, y vi a ¿¡Iván!?

El chico encapuchado, le entrego una bolsa.

─Esto es un kilo. ─Dijo el mino.─

─okey. ─Pago Iván y se subió.─¿Cuanto?

─Lo de siempre.─Respondio.─

Me fui corriendo.

Solo me fui a mi casa.

Cuando llegue, encontré a mi mamá en la mesa.

─¿Ya estarás buscando trabajo no? ─Me dijo

Me fui a mi cuarto.

─¡YA SABES! ─Grito desde la sala.─

Me encerré y me largué a llorar.

Así, hasta toda la noche.

De todas maneras nadie me preguntó que pasa, solo gemidos, proveniente del cuarto de mi mamá.

Como siempre.

Agarre mi mochila, decidida en irme.

No me lleve nada.

Salí de mi casa, Para irme a la plaza.

Donde allí me senté, todo oscuro, con solos los focos pequeños.

Subí mis piernas para esconderme en mis rodillas.

Sentí como se sentaban a mi lado y tocaban mi pierna.

─Hola, bonita. ─Dijo el desconocido.─

Me aleje un poco, toda incómoda.

─¿Porque te alejas? ─Pregunto.─

Puso su mano en mi muslo y agarro mi mentón.

─Que linda, te ves. ─Dijo.─

Mis lágrimas se deslizaban por mi mejilla.

Se vino encima mío succionando mi cuello.

Lo empujaba, pero no podía.

Mis lágrimas salían rápidamente.

No se porque no gritaba, no podía.

Le tiré una patada.

─¿Si? ─Dijo.─

Me dio una cachetada y me besó.

Mis lágrimas caían.

─Basta, porfavor, basta. ─Decía llorando.─

─¿¡Que te pasa, wacho!? ─Grito.─

Le dieron una piña en toda su nariz al pibe.

Gire y vi a Iván, lo abrace, el me puso atrás suyo.

─Vos qué te metes, Niñato. ─Dijo.─

─Iván, déjalo, andate. ─Dije empujándolo.─

Muy tarde le dieron una piña a el más.

El no se dejó y se lo devolvió.

Lo mire sorprendida.

Agarro mi muñeca y me obligó a caminar, me subió al auto.

Y avanzó.

─¿Te toco? ─Dijo con la mirada en frente.─

Asentí, con lágrimas.

─Que hijo de puta. ─Susurro.─

Vi como apretó el volante.

Llegamos a una casa grande, y muy bonita.

Me hizo pasar, el cual había una hombre en la sala.

Me escondió atrás de el.

─¿Quien es? ─Dijo aquel hombre.─

─Que te importa. ─respondió.─

Subimos arriba.

Pestañita; Spreen (Pausada) (Arreglandola)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora