Ricky debía admitir, que la compañía de Gyuvin no le sentaba tan mal, y que de hecho, la energía del contrario parecía ser algún tipo de virus contagioso, puesto que solo bastaba un par de segundos al lado del castaño, para sentirse con tanta energía como para correr una maratón. Seungeon incluso decía que el castaño parecía más un shot de expresso para Shen, que un compañero de equipo
Justamente esa mañana, ambos habían decidido llegar un poco más temprano a clase, más que nada para terminar de organizar algunos detalles de su exposición
“Creó que si conseguimos un libro contable como ejemplo real, podemos exponer con claridad la diferencia de valores entre estas épocas donde la crisis mundial fue un poco más dura” Señalaba el castaño, los ojos fijos en el monitor de su laptop, con las gafas resbalando milímetro a milímetro de su rostro, mientras el rubio lo miraba con atención.
“Bueno, podrías ir a mi casa esta tarde, le pediré algunos archivos a mi padre e incluso nos podría ayudar” Sonrió el rubio, tomando un poco de su malteada de fresa “Solo que, tendría que ser algo tarde, tengo que ayudar en la frutería”
“Suena bien, Ricky” El castaño asintió, separando sus ojos del dispositivo, para mirar al contrario con una sonrisa “No es que me quiera aprovechar de tu apellido verdad, pero los Shen son bien conocidos en este ambiente y creo que nos sería de mucha ayuda”
“Dios, Gyuvin, que malo eres para coquetear” Una voz a sus espaldas los asusto a ambos, haciéndolos voltear y encontrándose con la sonrisa burlona de Seungeon, y un tímido pero igualmente divertido Yunseo tras de él “Qué no se te olvide que estamos comprometidos”
Un brazo de Seungeon se colocó sobre el hombro de Ricky, abrazando su cuello en lo que parecía ser un acto de posesión “Qué asco Geon, primero me casaría con un árbol de limones qué contigo” El rubio golpe a su mejor amigo en las costillas, haciendo qué el contrario apretará su cuello en respuesta y despeinará sus finos cabellos, soltandolo únicamente para robarle lo poco de bebida qué le quedaba
“Hola Seungeon, hola Yunseo” el castaño habló, algo sonrojado por las palabras del mayor, incapaz de volver a ver rubio.
Entre charlas estúpidas, burlas los unos a otros y pláticas casuales de los proyectos en los que trabajaban, el ambiente pesado y vergonzoso había pasado, despertando por completo al rubio en el camino justo antes de que la clase diera inicio.
Ricky había logrado intercambiar números con Gyuvin para pasarle su dirección, y sería mentir el decir que la sonrisa que mantuvo en su rostro el resto del día, no era culpa del castaño
*
El sol estaba a un par de horas de esconderse tras el horizonte, y los rayos de luz parecían extremadamente cálidos e invasores para los cristales de la frutería de la familia Shen.
Pese a que no hacía calor en el ambiente, Ricky se sentía somnoliento, sus párpados pesaban cada segundo más, y no podía evitar parpadear con lentitud. El cansancio de su horario universitario y las horas que había pasado dentro del local, estaban apoderándose lentamente de su cuerpo, haciéndole casi imposible mantenerse consciente.
“Vamos Ricky… Ya casi llega Gyuvin” Se dijo a sí mismo, acomodándose de mejor manera en el taburete bien acomodado tras el mostrador, intentando con todas sus fuerzas no caer dormido.
No podía
No ahora
Sin embargo, no podemos controlar las reacciones de nuestro cuerpo, no siempre, y mucho menos cuando este se aferra con tanta fuerza.
Y así, con la cabeza recostada sobre el mostrador, el rubio por fin se dejó llevar por el sueño, durmiendo al instante.
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Shen Xiǎo Māo vs The Mangos - Ryuvin
FanfictionLa familia Shen había tenido por siglos esa pequeña bendición, donde todos los varones de la familia se transformaban en gatos al caer dormidos. ¿La única manera de romper ese hechizo? Nada, solo esperar a la mayoría de edad y rogar no quedarse dorm...