epi1:el origen

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La noche caía sobre la mansión Lecter, cubriendo el ambiente con un manto de oscuridad y sombras. Hannibal, un niño apenas, yacía despierto en su cama, esperando el regreso de su padre con una sensación de temor que le oprimía el pecho. Sabía que cuando su padre llegaba a casa en estado de ebriedad, la violencia no tardaba en seguir.

El sonido de pasos pesados resonó en el pasillo, anunciando la llegada del patriarca Lecter. Hannibal se encogió en su cama, las lágrimas amenazando con desbordarse mientras su corazón latía con fuerza en su pecho. La puerta se abrió con un chirrido ominoso y su padre, con la mirada nublada por el alcohol y la ira, irrumpió en la habitación.

"¿Qué estás haciendo despierto a esta hora?", gruñó su padre, su aliento cargado de olor a alcohol. Sin esperar respuesta, se abalanzó hacia Hannibal con un puño cerrado, golpeándolo con fuerza en el rostro.

Hannibal sintió el dolor florecer en su mejilla, pero se negó a gritar. En su lugar, un fuego ardiente comenzó a arder en lo más profundo de su ser, alimentando su determinación y su sed de venganza. Cuando su padre se inclinó para golpearlo de nuevo, Hannibal se apartó con destreza y agarró un reloj que estaba cerca de su cama

El reloj se estrelló contra la cabeza de su padre con un sonido sordo, y el hombre cayó al suelo  tocándose la cabeza . Hannibal observó con ojos fríos y despiadados toma un cuchillo que había guardado y lo acuchillo al menos 30 veces hannibal se vio lleno de sangre y con la satisfacción de haberse liberado de su opresor inundando su ser.

Pero su sed de venganza aún no estaba saciada. Con manos  decididas, Hannibal se acercó a la cama donde su madre yacía dormida, su rostro marcado por la indiferencia y la complicidad. Sin una palabra, Hannibal con cuchillo en mano se abalanzó sobre su madre con una furia silenciosa y despiadada.

La sangre salpicó las paredes mientras Hannibal se sumergía en un frenesí de violencia, liberando años de dolor y sufrimiento en un único acto de brutalidad. Cuando la habitación quedó sumida en el silencio, Hannibal se quedó de pie entre los cadáveres de sus padres, su mente turbada por el horror

Después de lo sucedido Hannibal se deslizó por los pasillos de la mansión Lecter, su mente llena de una determinación fría y calculadora. Con manos temblorosas pero decididas, sacó un bidón de gasolina que había escondido en el cobertizo del jardín y lo llevó a la cocina.

Con movimientos precisos y rápidos, roció la gasolina por el suelo de la cocina y los muebles, creando un rastro inflamable que serpenteaba por toda la casa como una serpiente de fuego. El olor acre de la gasolina llenaba el aire, anunciando la llegada del juicio final.

Con un encendedor en mano, Hannibal recorrió la casa, encendiendo el fuego en cada habitación con una determinación fría y calculadora. Las llamas brotaban con un rugido voraz, devorando muebles, cortinas y recuerdos por igual mientras la mansión se convertía en un infierno ardiente.

Hannibal observó con una mezcla de fascinación y satisfacción mientras las llamas se extendían por toda la casa, transformando la mansión en un espectáculo de destrucción y caos. El crepitar del fuego se mezclaba con el sonido de los cristales estallando y el crujido de la madera ardiendo, creando una sinfonía de destrucción que llenaba el aire.

Sin una mirada atrás, Hannibal se alejó de la casa en llamas, su corazón latiendo con una mezcla de emoción y liberación. Había dejado atrás los fantasmas de su pasado, reduciendo a cenizas los recuerdos dolorosos que habían marcado su vida.

La noche estaba envuelta en un manto de oscuridad cuando un par de policías patrullaban las calles desiertas, sus luces intermitentes rompiendo la quietud de la noche. De repente, vieron a un niño caminando solo por la acera, su figura solitaria iluminada por la luz de las farolas.

"¿Qué tenemos aquí?", murmuró el oficial al volante mientras se detenían junto al niño

Hannibal, con el rostro sereno y las manos ensangrentadas, levantó la mirada hacia los policías con una expresión inexpresiva.

"¿Estás bien?", preguntó el oficial, observando con atención al niño.

Hannibal asintió con la cabeza lentamente, su mirada fija en la distancia. "No tengo a dónde ir", respondió con calma, su voz apenas un susurro en la noche.

El otro oficial frunció el ceño, notando la sangre en las manos de Hannibal. "¿Qué te ha pasado?", preguntó, su tono lleno de preocupación.

Hannibal guardó silencio por un momento, su mente reviviendo el caos y la destrucción que había dejado atrás en la mansión incendiada. "Un accidente", respondió finalmente, su voz tranquila pero cargada de un peso insondable.

Los policías intercambiaron miradas significativas, conscientes de que algo no cuadraba en la historia de Hannibal. "Te llevaremos a un lugar seguro", dijo el oficial al volante, abriendo la puerta trasera del coche patrulla.

Hannibal asintió en silencio, aceptando la ayuda sin protestar mientras subía al coche. Mientras se alejaban de la escena del crimen, Hannibal se encontró mirando por la ventana, preguntándose qué le depararía el futuro en el lugar al que lo llevaban.

 el origen de hannibal y Will Donde viven las historias. Descúbrelo ahora