En las puertas principales del IAD se podía divisar un Volkswagen azul llegando. Dentro, estaba Gabo observando las instalaciones.
El edificio principal contaba con 3 pisos, el primero con el salón de bienvenida, cuarto de limpieza, baños y la cafetería. En el segundo estaban todas las clases, matemáticas, literatura y biología. En el último piso se encontraban las oficinas y salas de profesores, o al menos eso decía el mapa online.
A los lados se veían 2 edificios más. En la izquierda, un gimnasio grande donde entrenaba el equipo de voleibol del IAD, las Fénix. El equipo lleva alrededor de 10 años activos, ganando el campeonato juvenil nacional 3 veces.
El edificio restante, el cual era el más grande era el de los Halcones Dorados. Contaba con los vestidores, con las duchas necesarias, 1 cancha para los entrenamientos y otra para los partidos. En un edificio pequeño se encontraba el "Lab", lugar donde se hacían ejercicios mucho más técnicos y se llevaba la cuenta de las estadísticas de los jugadores. Por último había un pequeño gimnasio con máquinas básicas. Todo decorado con dorado, naranja y rojo.
-Ya llegamos Gabo- Dijo Vitto sacando a Gabo de su asombro. Los 2 se bajaron y caminaron a la entrada, donde los esperaba un hombre.
Era Francisco, exjugador de los halcones y director técnico actual.
-Hola Gabo, soy Francisco- Dijo extendiéndole la mano a Gabo.
-Es un gusto, señor- Dijo el joven aceptando en saludo, con clara admiración.
-Decime profe, no me gusta que me digan señor, me hace sentir viejo- Dijo Francisco con humor.
-Me gustaría enseñarte todas las instalaciones, pero estoy muy ocupado. Solo dirígete a la habitación 3, ahí están tus compañeros de cuarto, te ayudarán.- Dijo Francisco antes de dejar a Gabo e irse con Vitto.
Gabo se pasó toda la tarde conociendo el edificio principal, o más bien intentando encontrar la habitación 3, que por fin logró encontrar.
Gabo tocó la puerta y un chico le abrió.
-Hola, ¿Tú debes ser el nuevo halcón no?- Preguntó un chico con energía.
-Eh, sí, soy yo, me llamo Gabo.- Respondió Gabo con algo de timidez.
De la nada, el chico se apartó y otro joven apareció con una taza de confeti, llenándole la cara a Gabo.
-Me llamo Dede.- Dijo un chico con melena y acento brasileño.
-Y yo Ricky, de México hermanito.- Dijo Ricky con una sonrisa.
Gabo dejó sus cosas en la cama libre de la habitación y los volvió a ver.
-Y bueno, un gusto.- Dijo Gabo con una leve sonrisa. Adaptarse a algo fuera de Álamo Seco era difícil para él.
Ricky se acercó a él con un par de cosas en una caja.
-Toma, Francisco nos dijo que te diéramos esto. Dede y yo vamos a estar en la cafetería por si quieres ir.- Dijo Rick.
Una vez que sus nuevos compañeros se fueron, Gabo analizó la caja que le dieron.
Lo primero que vio fue un carnet que especificaba datos como su nombre y su centro educativo. Luego, vió un teléfono con unas cuantas aplicaciones.
Por último, había una camisa de fútbol. La parte de adelante era rojo, con diseños de lunares dorados en los laterales, aparte de que las líneas de los hombros y el cuello eran del mismo color.
El escudo estaba presente, un halcón que inspiraba respeto a los rivales. En la parte de atrás estaba escrito el nombre "GABO" con el número diez.-Esto es como un sueño hecho realidad...- Pensó Gabo antes de guardar todo menos su teléfono en el cajón.
Se dirigió a la cafetería que había pasado recientemente, quería conocer un poco más a sus compañeros de cuarto, quería llevarse bien con ellos.
En la cancha de entrenamiento, se encontraba el delantero del equipo, Lorenzo Guevara, junto con el cinco, Camilo.
-Mira esto, Camilo.- Dijo Lorenzo con claro ego.
El nueve levantó la pelota y le pego de volea, marcando gol de cancha a cancha.
-Por eso eres el nueve, Lorenzo- Dijo Camilo, sorprendido por las habilidades de su amigo.
-Obvio, todos en el equipo lo saben, esperemos que el nuevo diez sepa respetar al mejor halcón- Pensó Lorenzo levantando la pelota, preparándose para irse a su casa.
En el camino a la salida del IAD, encontró con una chica de diez y siete años.
-Hola mi amor, ¿cómo te fue en el entrenamiento?- Preguntó la chica con cariño.
Ella era la novia de Lorenzo, Martina, actual estrella de las Fénix. Llevaba ya seis meses con Lorenzo.
-Hola Martina, ¿qué pasa?- Preguntó el nueve sin tanto interés.
Martina se vio indignada, pero rápidamente cambió su cara.
-Hoy cumplimos 6 meses, guapo, te traje un regalo- La chica le dio una pequeña caja, la cual Lorenzo abriría.
Dentro, estaban unos botines negros con diseños dorados. Si bien los usaría, puesto que estaban bonitos, no se mostró muy alegre.
-Gracias, Martina. Me tengo que ir, adiós.- Seguido de esto, dejó a Martina hablando sola.
Fin del capítulo.
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Ad Gloriam Volant || O11CE
DiversosGabo es un joven de 16 años, con un sueño, jugar en los halcones dorados. Debido a su gran talento para el juego de la pelota, el IAD se fija en el y es llevado a volar hacía la gloria. (Más centrada en el fútbol y en los partidos)