Jaemin esperaba ansiosamente escuchar de Jeno al próximo día, pero no esperaba que fuera la primera cosa en la mañana, después de momentos de haberse sentado. El intercom sonó y el nombre de Jeno apareció en la pantalla y las entrañas de Jaemin vibraron en deslumbro mientras levantaba el teléfono.
"Buenos días, extraño," dijo, intentando sonar amistoso y no coqueto.
"Hey," La voz de Jeno nunca fallaba en hacerlo temblar. "¿Estás súper ocupado hoy o tienes unos minutos libres?"
Jaemin miró su bandeja de entrada llena. "No estoy tan ocupado," mintió. "¿Por qué? ¿Qué necesitas?"
"¿Estarías dispuesto a ayudarme a configurar el A/V para esta presentación?" Jeno preguntó, con un terrible tono de disculpa. "Siempre que intento hacer algo así, algo sale mal. Quería ser precavido hoy."
Eso hizo reír a Jaemin. "Está bien, ya subo," dijo. "¿Tienes todo el equipo listo?"
"¡Sí! Es, uh, una montaña gigante en la mesa de conferencias." Jaemin rió de nuevo, y Jeno lo acompañó. "Gracias, Jaemin, eres un salvavidas."
Jeno ya estaba en la sala de conferencias cuando Jaemin llegó ahí, sus notas distribuidas en un lado de la mesa y la montaña de equipo en el otro. Alzó la mirada cuando Jaemin entró, y Jaemin sintió una cachetada en la cara por tanta guapura. Jeno estaba vestido totalmente contrario a la noche anterior, su traje impecable y bien cortado, su corbata anudada firmemente contra su cuello, su cabello peinado de lado y sus gafas no se veían en ningún lado. Lucía como un supermodelo y Jaemin intentó no quedársele viendo.
"Lindo peinado," dijo al cerrar la puerta y dirigirse hacia el equipo.
Una mano inmediatamente subió, pasando por este. "Oh, sí, lo olvidé," Jeno murmuró. "¿Te gusta? Tú me diste la idea."
Espera, ¿en serio? Jaemin ladeó su cabeza. "¿Cómo dices?"
"Anoche, cuando viniste, tu cabello estaba..." Jeno hizo un gesto vago con sus manos hacia arriba. "No sé, pensé que te hacía ver mayor." Se encogió de hombros. "Tengo cara de niño, a veces necesito un poco de ayuda para que me tomen en serio. Me tomó mucho el darme cuenta." Sus ojos vagaron hasta el cabello de Jaemin y bajaron de nuevo. "Creo que se te veía mejor a ti," murmuró.
Jaemin intentó no sonreír –era la primera vez que Jeno hacia un comentario de su aspecto– y palmeó el hombro de Jeno. "Te ves genial," dijo sinceramente.
"Muy profesional." Quería dejar su mano allí, tal vez acurrucarse a un lado de Jeno, pero se abstuvo. "Entonces... ¿De qué trata la presentación?"
Se alejó de ahí, comenzando a trabajar con el equipo. Jeno se encogió de hombros. "Demostración de productos a un cliente potencial," explicó. "Uno grande. Mandarán a una docena de representantes y si lo echo a perder, perdemos el negocio." Miró hacia arriba, su sonrisa apretando sus ojos. "Sin presiones."
"Claro," Jaemin asintió, su estómago torciéndose de una manera distinta. "Y... Ya sabes, ¿dormiste bien?"
"Ha." Jeno comenzó a reunir sus notas. Jaemin observó sus manos deslizarse sobre los papeles mientras las suyas estaban ocupadas desenredando cables. "Como tres horas, más o menos. Sólo tengo que durar hasta la hora de comida; ya que me he quedado hasta tarde toda esta semana me iré temprano." Se quedó quieto, cerrando sus ojos y soltando un largo suspiro. "Bueno. Iré por el perfil del cliente. Ya regreso."
Salió. Su distracción desapareció y Jaemin comenzó a trabajar en el equipo audio visual. El equipo era bastante moderno y nuevo, pero no lo suficiente para hacerle la vida fácil incluso si era mejor tenerlo permanentemente fijo en la sala de conferencias, tenían que cargarlo con un carrito y configurarlo siempre que alguien tuviera una reunión. Jaemin nunca había sido enviado a configurar un A/V antes, pero no era difícil saber cómo hacerlo.