Bardock, Guts y Griffith fueron trasladados a la capital del reino, para que sus heridas fueran tratadas de mejor manera. Griffith fue el que menos lastimado salió de la contienda con Nosferatu Zodd.
Guts y Bardock se llevaron la peor parte, pero el último mencionado estaba es unas condiciones inhumanas; huesos rotos, cortes, golpes y dislocaciónes por todas las partes de cuerpo.—Es un milagro que sigas vivo— Hablo un impresionado doctor de Wyndham —Una persona común ya estaría dos metros bajo tierra.
Bardock estaba acostado boca arriba, escuchando las palabras del doctor, su cuerpo le dolía como el propio infierno. Era como sí múltiples cañones habrían sido disparados contra su cuerpo, hasta respirar le dolía.
—Creo que mi cuerpo es único — Pronunció sarcásticamente.
—¡Por supuesto! tu cuerpo es una joya, pero si no lo tratas como corresponde; tarde o temprano se rompera— Dijo bastante serio el doctor —Eres joven, Wyndham te puede dar varias oportunidades, podrías dejar la vida que llevas y comenzar con otra.
—Lo tendré en mente doctor, gracias— Hablo como si no le interesará la conversación que tenían, pero muy en el fondo las palabras que del doctor resonaban con fuerza en su interior —¿Cuando me darán de alta?
—Joven, usted entró por esa puerta hace sólo dos dias, su cuerpo necesita reposo— Contesto con una sonrisa el doctor —Bien, ahora las enfermeras te cambiarán las vendas ¡Enfermeras!— Grito a una puerta.
Un grupo de enfermeras entraron en la habitación, tenían casi la misma edad que él, pero una de ellas tenía más edad que las otras. Traían entre sus manos: un balde con agua, toallas y vendas, acercándose a él.
—¿Puedes sentarte?— Pregunto la que parecía ser la enfermera más experimentada.
—No, no puedo.
La enfermera le hizo una seña a otra para que la ayudara a levantarlo. Lo ayudaron a sentarse al borde de la cama. Su respiración era pesada, hasta le dolía cuando inhalado un poco de aire, un gemido de dolor se le escapo de su boca.
—¿Estas bien?— Pregunto la enfermera —¿Te puedes poner de pie?
Bardock solo asintió y con esfuerzo se puso de pie. Empezaron a retirar la venda que cubria su pecho, ahí pudo ver la herida que le provocó Zodd con una de sus garras, también vio que tenía una gran conmoción debajo de su axila derecha, determino que algunas de sus costillas se encontraban rotas —Ese monstruo no la sacara barata la próxima— Se juro sus palabras.
Otra enfermera se acercó, empezando a desatar una venda que le cubría su hombro izquierdo, lo tenía hinchado producto de la dislocación que sufrió por culpa del monstruo. Recordó como lo lanzaba hacia las columnas como si se tratara de un muñeco de trapo.
—D-disculpa— Alguien toco su espalda, al girar un poco vio a una chica de cabellos oscuros al igual que sus ojos y piel de porcelana —Nos retiraremos para que te desnudes— Hablo con timidez la chica, entregándole una toalla —Llamanos cuando estés listo ¿Si?
Solo se digno a asentir y veía como las enfermeras se retiraban solo para darle un momento de privacidad, empezó poco a poca a agacharse, doblar su torso le producía dolor, logró quitarse sus pantalones, seguido de su calzón, tapó su entrepierna con la toalla que le entregó la enfermera.
—¡Adelante!— Levantó su voz Bardock para que lo escucharan, cosa que funcionó.
Hicieron que se sentara en un pequeño banco, comenzando a bañarlo, se sentía muy incómodo al igual que las jóvenes enfermeras que tenían miedo de tocarlo, la más experimentada lo trataba como alguien más, empezando a lavarle el cabello.
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Bardock en Berserk
FanfictionLas Leyes de la Casualidad se alinearon. Para que un invitado de tierras desconocidas se adentre en este mundo...cruel y despiadado ¿Qué pasara ahora? Todos los personajes e historia pertenecen a Kentaro Miura y a Akira Toriyama.