Las Leyes de la Casualidad se alinearon. Para que un invitado de tierras desconocidas se adentre en este mundo...cruel y despiadado
¿Qué pasara ahora?
Todos los personajes e historia pertenecen a Kentaro Miura y a Akira Toriyama.
Todo en el mundo estaba a los gritos, su Líder, el corazón de la Banda del Halcón; se encontraba herido al ser alcanzado por esa condenada flecha. Todo el mundo se bajo de sus caballos yendo ah auxiliar a Griffith. Casca y Helen eran las más afectadas, sus rostros temerosos dejaban ver la situación. Bardock fue el primero en reaccionar, él sabía que algo muy extraño había pasado, ¿Una flecha perdida?¿Un accidente? Rápidamente las descarto.
—¡Hagan un perímetro!— Ordenó —¡Rodéenlos!¡Protejan a la princesa!¡Quiero sus ojos en todas partes!
Rápidamente el Escuadron en Refuerzos siguió las órdenes de Bardock, rodeando a Griffith y a la princesa Charlotte. Casca y Helen fueron a ver la delicada situación de Griffith. La princesa por otro lado se descompuso, esta experiencia la estaba aterrando.
—¡Griffith!¡¿Te encuentras bien?!— Grito una asustada Casca, recostando a Griffith en sus muslos.
—¡No muevas la flecha!— Advirtió Helen a Casca, sus ojos se posaron en el impacto —Le dio en el corazón— Penso con terror.
Guts no estaba en sus casillas, quería respuestas. Rápidamente fue hacia la princesa, sin medir su fuerza la tomó de los hombros.
—¡Ey!¡¿Qué sucedió?!— Le grito en la cara —¡¿De donde vino esa flecha?!
Charlotte al ver el rostro lleno de ira de aquel mercenario la aterro. También el agarre de aquel peli-negro la lastimaba.
—Y... yo no lo sé— Respondió en lágrimas —¡Eso duele! Sueltame.
Alguien más se acercó, empujando con fuerza a Guts. Bardock tampoco estaba bien, su cabeza le empezaba a doler como si recibiera martillazos.
—¡Tarado!¡La asustas!— Grito, apartando a Guts de la princesa. Sus ojos se posaron en Charlotte —Princesa necesito que me diga todo lo que vio.
—Yo n-no lo sé— Tartamudeo —Todo paso muy rápido.
Bardock distinguió que la princesa estaba en un estado de shock —Pippin ayudala a bajar del caballo, su bienestar es lo que importa ahora.
Se acercó a las dos mujeres, queriendo saber la delicada situación del Halcón. Pero al ver mejor a Griffith lo vio como si nada le hubiera pasado.
—¿Como esta?— Pregunto Bardock a su enamorada, pero se le hizo un nudo en la garganta al verla.
—Esto no es bueno... puede que haya atravesado el corazón— Aviso entre lágrimas Helen.
—¡No!¡No puede ser!— Negó Casca empezando a llorar.
A lo lejos de toda la escena. El arquero de la armada del Dragón Blanco estaba con el corazón acelerado, Julius le iba a dar una exquisita recompensa.
—La punta de esa flecha estaba sumergida en veneno de carabal. Todo lo que necesita es un pequeño rasguño, y lo único que podrán hacer esos idiotas es verlo morir.
Pero algo extraordinario sucedió, la mano de Griffith poco a poco empezaba a levantarse.
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