Marcus
Si, estoy siendo un hijo de puta, pero de alguna manera tengo que lograr que se aleje de mi aunque me duela.— Estás cometiendo un error— me dice Marco— lo sé, pero tenemos un hijo que proteger— hablé tomando whisky.
— Sabes que Cen se pone fuera de frio cuando se trata de tí— vuelve a él— que demonios me ocultas Lasserre!!!— gritó ella, molesta y roja y la cólera.
Marco se va dejando una palmada en mi hombro.
— Dime, quieres que me vaya con Kai?— pregunta insultada— está bien, me voy...pero dime a que costo tengo que romper mi matrimonio!!!!— gritó.
Cennet
Nuestras miradas estaban discutiendo mientras la ira corría por las venas. Quería que me fuera, ok lo hago, pero porque.— Solo vayanse— dijo y le dí una cachetada— ¡¿Habla joder, estás callado no hablas, me tratas como mierda?!— grité, a este punto mi garganta dolía.
— Me tienen amenazado con matarlos Roig entiende?!— exclama. Lo sabía, claro que lo sabía— ya no— dije.
— Pensaste que no me iba a enterar?— pregunté calmada. Era lógico, me olía algo y por eso tuve que usar los métodos que me tiene prohibido.
Me acerqué y lo sentí temblar cuando lo abracé.
— Vas a seguir pensando en alejarte de nosotros, sabes que no puedes escapar de mí— dije y puse una mano en su miembro.
Pasé la lengua por mis labios y sentí su pene crecer en el acto. Chupe sus labios y le dí una ligera mordida a su lengua.
— Cen...detente— demanda y desabrocho su pantalón— es hora de que aprendas— dije y saqué de mi bolsillo unas esposas y una venda.
— Que no puedes alejarte de mi— le dije y le puse las esposas, lo tiré en el sofá y vendé sus ojos. Sentía sus gruñidos cuando me alejé para quedar completamente desnuda.
— Escucha bien, Lasserre— dije en su oído mientras ponía la puta de su masculinidad en mi entrada ya lista para él.
— Tu eres mío, vayas a dónde vayas— dije y lo metí de golpe logrando que soltara un gemido— muevete de una buena vez— gruñe.
Como la esposa obediente que soy empecé a dar pequeños saltos.
— Déjame tocarte Cen— implora— claro que no bebé— dije y me moví más rápido en busca de mi orgasmo y el suyo.
Hasta que por fin pasa.
Le quité la venda y las esposas.
— Hola amor— dije con una sonrisa— deberías sacar este lado tuyo más seguido— me dice y está vez estoy debajo de el.
Sin medir una palabra me embiste otra vez, arqueo mi espalda por la sensación que me causó.
— Marcus— gemí— yo te domino pequeña hada, recuerda que estás a mi merced— habló mientras seguía con sus movimientos veloces.
Estaba cansada.
— Marcus, necesito hablar contigo— escuchamos la voz desesperada de Marco al otro lado de la puerta.
Me vestí y salí como si nada hubiera pasado.
— ¡Cen!— grita Gelma— le conté del embarazo, no dijo nada simplemente se fue— me dice.
— Estoy contigo pase lo que pase mi vida— dije y la abracé. Se que debe morirse de miedo, eh pasado por eso ya.
Escuché a mi bebé llorar y fui a verlo, al conectar sus ojos con los míos me regaló una sonrisa.
Es lo más hermoso que tengo.
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En la Mafia el amor, en el Amor la infancia
RandomEran 99 problemas y una solución, esa solución en cuestión de minutos se volvió otro problema. En ese momento solo pasó por mi cabeza huir...solo tenía 18 años en aquel entonces, ahora tengo 23 y no me arrepiento de nada.