Capitulo 15

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Cennet
— Cen estás verdaderamente loca— dijo Karin riendo como loca— Karin no da risa— hablo Gelma— ahí vamos Gelm estoy viva— le digo y ella suspira rendida.

— Te lo dejo pasar esta vez— dijo ella y le besé el cachete— por cierto Yanet volvió a la casa— Karin hablo tomando un trago del vino que no se en que momento lo cogió.

— Espera un poco— dije— ¡Puta y ese vino de dónde salió!— exclamé— en serio? Te estamos diciendo que Yanet tocó la puerta de la casa y dices eso!— dijo Gelma.

— No le digan dónde vivo, mañana ella no va a joder más— hablé serena— no la vas a matar verdad?— me pregunta Krin llegando al tema.

— Krin...yo no, la mafia sí— respondí y jadearon todas— ¡Cen eso no lo vamos a permitir!— dijo Krin— llevo mucho tiempo con esa mujer encima— le digo y llega mi esposo.

— Hola a todas, me puedo llevar a mi esposa un momento?— pregunta él— claro, toda tuya— respondieron todas y subí con el.

— Que pasa?— le pregunto— túmbate— me dice— eh? Estás loco las chicas me esperan abajo— le digo y cuando voy de salida me agarra el ante brazo y me tira a la cama.

Mierda.

Estando casada con el me di cuenta que me encanta que me domine, muy pocas veces tenemos un sexo normal.

— Que tienes, pareces perro en celo— le digo y ataca mi cuello— tranquila, las chicas se fueron— me dice y suelto una risa.

Dejarme llevar por Marcus siempre fue fácil, sabe dónde tocar, lamer o meter para dejarme delirando.

— Dime Cennet que se te antoja hoy?— me pregunta al oído y deja un beso detrás de este— maldita sea Marcus, solo follame de una buena vez— dije harta de la situación.

— Después me dices perro en celo a mi— dijo mientras quitaba la bragueta del pantalón— me lo contagiaste ahora hazte cargo— dije y gemi al sentir su hombría chocar en mi sexo.

— Entonces Cen...— dijo y entró de una— estúpido— le dije y aumentaron sus movimientos— joder Marcus— gemí y a mis oídos llegaron sus gemidos desesperados.

No sé cuántas horas después de sexo desenfrenado nos quedamos viendo películas encima de la cama.

— Cen— dijo y se acomodó en mi pecho— que pasa?— le pregunto acariciando su oreja— quiero ser padre— me dijo y sentí como mis músculos se tensaban.

— Un bebé?— le pregunto— se que quizás todavía recuerdas con frecuencia la perdida de nuestro primer hijo que yo ni siquiera estuve presente— me dice.

— Pero nena, quiero todo contigo ahora, estoy aquí y nunca me voy a ir— dijo muy seguro de sus palabras— eres mafioso— concluí.

— Marc hoy puedes estar y mañana no, entonces que haría yo con un bebé sola en este mundo— dije— no creas que voy a morir tan fácil— me  dice.

Me puse de pie y me encerré en el baño, habia pensado en un bebé con Marcus pero tengo miedo, mi primer embarazo fue horrible y aunque no estuve sola me sentí muy sola en ese entonces.

— Cen, lo siento, no quería ponerte mala— me dice a través de la puerta, entonces salí y lo abracé— dame tiempo— le digo y me abraza de vuelta.

— Todo el que quieras mi reina— me dice y besa mi frente. Después de eso se fue y no volvió hasta la madrugada.

— Dónde te metiste?— le pregunto, venía tambaleándose, borracho notablemente— estaba trabajando— me dice tartamudeando.

Me acerqué, lo olí, era alcohol y algo de...

— Droga— afirmé. Lo deje plantado en la sala y yo no dormí en la misma habitación que el, esto no se lo voy a perdonar...así quiere que le dé un hijo, está loco.

Al otro día escuché los gritos de Marcus provenientes de la sala, la cabeza me dolía y los ojos igual.

— No toquen a mi mujer entendido!!!— gritó al teléfono y negué con la cabeza, me tomé una pastilla y subí al cuarto otra vez.

— Cennet— me llama— llegaste borracho y drogado, me quieres explicar porque?— le pregunto un poco molesta.

— Perfecto ahora estás molesta— me dice— ¡Que quieres que haga, una fiesta maldito desgraciado!— le grité ya no aguante más.

— Solo fue una vez— me dice y río irónica, me acerqué— vuelve a llegar así y más nunca me vas a ver en esta casa y luego de esto llega el divorcio— dije fría y me largue de su lado.

Llamé a las chicas y les dije que quería verlas, las extraño y a veces necesito aire limpio de matrimonio.

— Krin, vamos?— le pregunto a la chica— a dónde Cen?— me pregunta ella— con las chicas— le digo y ella asiente, espere porque se vistiera y salimos al café.

— Hola nenas— dijo Gelma y nos dimos un abrazo entre todas— entonces, nos traen algun tema interesante?— pregunta Karin.

Así entre todas pasamos una tarde excelente, logré olvidarme por un momento de que mi vida de casada se estaba convirtiendo en una mierda desde que me pidió tener un hijo.

No lo dije porque la tarde estaba muy alegre. De regreso a casa le conté todo a Krin y terminé llorando con ella de consuelo.

En la Mafia el amor, en el Amor la infanciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora