𝙩𝙬𝙤

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Llegó a su casa y cuando llegó no había nadie, su madre se había ido a trabajar y supuso que la llamaría cuando estuviera de camino.

Subió a su habitación y dejó su mochila con sus cosas, se cambió para ponerse una camisa y un short fresco, aún no se acostumbraba del todo, el clima de Puerto Rico era más caluroso que el de España y ella era una persona a la que le gustaba más el frío.

Salió al pequeño jardín que había en su casa y se sentó en la silla de madera que colgaba, sujetada por el tejado. Miró al cielo, estaba por atardecer, le encantaba admirar el paisaje en silencio. En realidad Luna tenía un alma de fiesta, le encantaba salir los findes a discotecas y pasar las noches con sus amigas, bailando y sintiendo la música resonar en su cuerpo, pero trataba de mantener un equilibrio con la paz y el silencio, le gustaba también la soledad, escribir, dibujar, no estaba mal relajarse un poco de vez en cuando.

La brisa calurosa impactaba contra su rostro, moviendo sutilmente los pocos cabellos sueltos que llevaba, al tenerlo recogido en una bonita pinza azul.

¿Qué cojones había pasado?

A Luna se le estaba haciendo imposible no pensar en aquella castaña de ojos azules, ni siquiera la conocía, apenas y sabía su nombre y ya se la quería llevar a la cama.

Ridícula

Fue lo único que la pelinegra pensó, para tomar su libreta y un lápiz, comenzó a dibujar el bonito paisaje. Su libreta estaba llena de bocetos y poemas, además de que tenía escritas en algunas páginas frases de canciones que le gustaban. Definitivamente su pasión giraba entorno al arte, nunca tuvo dudas de que quería dedicarse a algo relacionado con ello.

El tiempo le acabó pasando por encima, ya había oscurecido. Se dirigió al interior de su casa cuando escuchó la puerta abrirse, su madre acababa de llegar y se saludaron.

-¿Cómo te ha ido? -su madre dejó sus cosas en el sofá y se sentó.

-Bastante bien, conocí a una chica bastante amable, se llama Olivia -cruzó sus brazos y habló mirando a su madre con una sutil sonrisa.

-Te dije que el cambio te haría bien -su madre sonrió- sabes que aún tienes un par de amigas que también se mudaron aquí a Puerto Rico.

-Lo sé, tal vez salga este finde con ellas -la pelinegra miró a la pared y se acordó de sus dos amigas que hacía unos años se mudaron, Alba y Raquel - hace mucho que no las veo -volvió a mirar a su madre.

-Bueno, subiré a ducharme -se levantó del sofá.

-Haré lo mismo, hace mucha calor hoy, bueno todos los días en general -su madre soltó una pequeña risa al oír eso- haré la cena luego.

Se echó en su cama, estaba relajada. Miró su móvil y abrió instagram, aún conservaba sus conversaciones con sus amigas que ahora estaban aquí. Le volvió a escribir a Alba para saber si harían algo el finde de aquella semana. La otra chica le contestó casi de inmediato, "claro que sí, será nuestra primera vez saliendo las tres juntas de fiesta. Aquí en pr hay discotecas muy buenas".

Pues ya tenía planes, sonrió y apagó su móvil.

...

-Iremos a esa discoteca de aquí cerca mañana -habló sentada en la cafetería.

-¿Cuánto tiempo más piensas tener a todas dando vueltas por ti? -Mariana hizo una mueca de disgusto, realmente no le gustaba que su amiga juagara así con las demás.

Victoria solo se encogió de hombros y no le dio importancia. Ya era viernes, la ojiazul se encontraba junto a sus amigos Mauro y Mariana en la cafetería de la escuela.

LUNA Y SOL (Young Miko)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora