LUNA Y SOL (Young Miko)

𝙣𝙞𝙣𝙚

-Buenos días -Victoria se sentó en la mesa de la cocina.

-Hasta que despiertas -dijo Juan- ¿cómo te fue ayer? -frunció el ceño cuando vio a su hermana sonriendo.

-Genial

-¿Qué hiciste?

-Cero dramas, seguí tu consejo de ir despacio.

-Claro, despacio a tu manera -se sentó enfrente de la castaña.

-Bueno pero todo salió bien, solo nos besamos.

-¿Y? -Juan alzó una ceja esperando que su hermana le dijera algo más.

-Nada más -su hermano la miró incrédulo- te lo juro que no pasó nada más.

-Y bueno, ¿qué piensas hacer ahora?

-Dejar que fluya y lo que salga -se encogió de hombros.

-Por una vez en la vida, me parece bien que lo hagas -Victoria se rio.

-Tú y yo ya sabemos qué es lo que pasará, lo de siempre -la castaña terminó de comer y se levantó, Juan dejó de sonreír al oír eso y suspiró.

-Sí -murmuró con desánimo. No quería perder las esperanzas, a penas estaba comenzando a funcionar lo de Luna y Victoria. No se quería frustrar antes de tiempo.

...

-¿Alguien me explica por qué Vicky está comiendo con Luna y Olivia? -Riri se giró a mirarlas y luego volvió a ver a Mauro y a Mariana.

-No sé, pero tengo miedo -dijo la otra.

-Se habrán llevado bien el sábado -contestó Mauro.

-Miedo me da lo que haya pasado -añadió Mariana.

-Uff Mari, tú estás bien preocupada -le dijo la morena.

-Solo no quiero que las cosas acaben mal, Luna no se ve mala gente.

-Luna ya es bien consciente de como es Vicky, yo no me preocuparía tanto.

-Si Mari tiene razón en algo, es en que Vic debería salir de ese bucle como sea -le contestó Mauro.

-Tarde o temprano se dará cuenta de que no le conviene seguir así -dijo Riri.

-Dios te oiga y ponga los pies en la tierra -añadió la otra.

-Hacía mucho que no hablábamos -dijo Victoria.

-¡Verdad! Hacía muchos meses -respondió Olivia.

-¿Eráis amigas? -preguntó la pelinegra, las otras dos se miraron y se rieron.

-Bueno, algo así -contestó la de ojos azules.

-Ah, ya lo pillo -rodó los ojos y sonrió.

-Pero cero malas vibras, tú sabes, yo te la dejo para ti -le dijo la morena a su amiga.

-Ni que me estuvieran regalando -Vicky frunció el ceño y Luna rio.

¿Dejársela para ella? Luna no contestó a aquello, ¿qué se supone que debía decir? No era ese tipo de persona atrevida ni le gustaba soltar barbaridades, ni mucho menos reclamaría a Victoria como "suya", porque no lo era y seguramente jamás lo sería, estaba bien con ello porque no era lo que Luna precisamente quería.

Se quedó en sus pensamientos unos momentos, dudando, ¿realmente la atracción que sentía por Victoria era genuina? Sabía que existía mucha tensión entre las dos, y era consciente de la única manera que había para romperla, pero no le gustaría ir rápido, porque no se quería arrepentir de sus acciones si no las pensaba dos veces. Aunque no podía ocultar que la castaña la hacía no querer tomarse su tiempo, actuaba por impulsos si estaba con ella y le daban ganas de ir a más, definitivamente iba a perder la cabeza.