𝙨𝙞𝙭

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Luna estaba en la biblioteca de su escuela, era miércoles y ya había pasado una semana desde que salió con sus compañeras de clase, estaba buscando un libro para poder terminar su tarea.

Ella misma sabía que la había cagado luego de demostrar en presencia de Victoria que no había estado borracha, y se las había arreglado toda una semana entera para evitar que la castaña pudiese hablar con ella.

Al día siguiente le había contado todo a Alba cuando fue a su casa, y esta simplemente le dijo "a menos que te vayas del país, tarde o temprano te va a reclamar una explicación". Luna en verdad tenía fe en que si evitaba lo más que pudiera a la castaña, esta se rendiría y la dejaría tranquila.

Pero al parecer Victoria estaba demasiado empeñada en encontrar el momento perfecto para hablar con la pelinegra, y cuando vio que Olivia estaba en la cafetería junto a otras chicas y Luna no estaba, supuso que debía estar en cualquier otro lugar de la escuela, momento perfecto para poder hablar con ella a solas.

-Me debes una explicación -la pelinegra se quedó parada cuando escuchó aquella voz detrás de ella.

Mierda, ahora sí que la había cagado.

Se giró y efectivamente, Victoria la estaba mirando con una cara de molestia, se generó un sentimiento de incomodidad y tensión en todo su cuerpo.

-¿De qué? -dijo, aunque sabía a la perfección sobre qué quería hablar la castaña, quien se le acercó más.

-Sabes bien a lo que me refiero, ¿me vas a poner otra excusa o me dirás la verdad?

-Mejor olvida lo que pasó.

-Pero mami, dime la verdad.

-Mira Victoria, ni yo sé bien que pasó, olvídalo.

-¿Estabas a punto de besarme y me vas a decir que no sabes por qué lo hiciste? -frunció el ceño y la pelinegra solo pudo asentir con la cabeza.

-No es para tanto, no pasó nada -tuvo intención de irse, pero como siempre, la castaña la detuvo tomando su brazo y acercándola a ella.

-Si me querías besar solo dímelo y yo lo hago -sus ojos azules se clavaban en los ojos verdes de Luna, esta tragó pesado.

-Ya te he dicho que no quiero -en su cara se formó una leve expresión de molestia y confusión.

-Deja de mentir, en el fondo sé que quieres -sonrió maliciosamente- creo que deberías dejarte llevar por un momento.

Victoria tomó un mechón de pelo de Luna y comenzó a jugar con el mientras se acercaba más a ella. La pelinegra por un momento se volvió a sentir como en la fiesta, la mirada de la castaña era profunda y la sentía realmente cerca. Dios, esa chica de alguna manera encontraba la manera de confundirla.

Tal vez no estaba mal del todo, por experimentar un poco no perdía nada, ¿verdad?

Cerró los ojos, esperando a lo que sabía que vendría, sentía la respiración de Victoria muy cerca de ella y sintió como sus manos pasaban por su cintura. No sabía ni qué hacer.

-¿Luna? Ya tenemos que irnos -Olivia entró a la biblioteca buscando a su amiga.

La pelinegra sintió como Victoria alejó su rostro y abrió sus ojos.

-Hoy te salvas -le sonrió- pero como te pille otro día no te me vas a escapar.

La castaña soltó la cintura de Luna y esta salió de detrás de la estantería para ir con su amiga.

-Se te ve nerviosa, ¿estás bien?

-Todo bien, aunque no he encontrado el libro que necesitaba, supongo que tendré que buscar por mi cuenta.

LUNA Y SOL (Young Miko)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora