Trato

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Abro los ojos como platos.
- ¿Que te pasa?- me pregunta Ruslana
- Una polla - dije sin apartar la mirada del mensaje- Juanjo quiere que nos veamos.
- Si hombre, ¿donde?
- No sé, le voy a preguntar.
- ¿Oye no me iras a dejar sola aquí no?
- Me ha dicho que en el parque de la plaza.
- Eres de lo que no hay.
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Me siento en un banco del parque, uno en el que hay sombra y no hace tanto calor.
Me acomodo mientras espero a Juanjo, me entretenía ver a los niños jugar en el parque, me recordaba a mi infancia.

Visualicé en la entrada del parque a una figura, que por su forma de andar deduje que era Juanjo.

- Hola.
Juanjo permanecio de pie y visiblemente incómodo.
- Hola, ¿que pasa? Te puedes sentar y eso, que no muerdo.
- Martin, no puedo más. Lo que pasó ayer fue un error ¿vale?. Soy hetero, completamente hetero, no me gustan los chicos, así que hagamos un trato.

En ese preciso momento se pudo escuchar al corazón de Martin romperse en mil pedazos, aun así, el menor se armo de valor y puso su mejor cara.

- Un trato, ajá, ¿y de qué trata?
- Mira, vamos a olvidar todo, no le vamos a contar esto a nadie, nadie es nadie, vamos a hacer como si nunca fuimos a esa fiesta y ya está, ¿trato?

Martin estaba conteniendo las ganas de llorar, él realmente pensó que el maño le iba a pedir perdón y se iban a volver a besar o algo, se sentía destrozado.

- Ah, claro, pues por supuesto osea no significó nada así que mejor olvidarlo, sí.

Actué muy bien esa frase, porque en ese momento me quería tirar de un quinto piso, pero tuve que sonreír y decir eso porque yo era el único que se había enamorado.
Se levantó para irse, pero le detuve agarrándole del brazo.
- ¿No sentiste ningún tipo de química? ¿Enserio?
Juanjo sintió la sangre viajar hacia sus mofletes, estaba muy colorado.
- No, no me gustan los chicos.
Se dio la vuelta y se fue.

Me quede un rato mas meditando en el banco, dejando que mis pensamientos fluyan, y llegué a una conclusión: soy gilipollas.
Esque es verdad, solo me enamoro de cabrones, que te dejan fatal.
Pero en verdad también sentía que Juanjo era distinto, mas bueno y empatico, aunque no me lo estuviera demostrando.

Volví al restaurante con Ruslana, fui a su residencia a llorarle a Juanjo un rato y despues me fui al hotel, pues al dia siguiente tenia los dieciséisavos de la copa de Zaragoza.
Llegue a la habitación, me puse el pijama y me tumbé dispuesto a dormir.
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Lunes
6:45 am
Me da el viento en la cara mientras troto por los alrededores del hotel.
Ya casi es verano, pero este año estaba haciendo mas frio que de costumbre.
El temporizador del reloj suena.
"Objetivo cumplido"
"5km"

Me siento en el banco que mas cerca estaba de mi, e intento visualizar las jugadas que intentaré hacer en el partido.
Pero no puedo.

Juanjo aparece en mi mente cada dos por tres.
Bajo la cabeza abatido, no podía quitármelo de la cabeza.
¿Me habrá hecho un amarre o algo así? Esque Juanjo es el tipico pijorro chulo y yo me estaba sintiendo atraído por el desde que lo vi.
Me quite todo eso de la cabeza, solo tenia que aceptarlo.
"Juanjo me gusta, mucho, pero no puedo estar con el porque es hetero, aunque me haya metido la lengua hasta la campanilla, es hetero"- me dije a mi mismo.
"No, es hetero y ya, no imagines cosas, hetero y punto.- me autoconvencí.
Tenia algo que me hacia imposible tragar la idea de que Juanjo era hetero, pero si es lo que el cree hay que aceptarlo.

Me levanto del banco para contemplar las vistas, pues de tanto pensar no me había dado cuenta del lugar tan hermoso en el que estaba.
Había llegado a un mirador que hay cerca del hotel, en el cual se puede ver toda Zaragoza desde lo alto y hay mucha naturaleza.
"Imagina estar aquí con Juanjo de picnic"
Joder, esto es mas difícil de lo que creía.
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"Mirandés"
Observo la pancarta enorme que hay en el lado este del estadio.

- Madre mia, su afición va enserio - dice Alex mientras calentamos.
- Hombre, nosotros al venir de un pueblo tan pequeño no vamos a tener eso- dice Felix.
- Bueno, pues algo podrían hacer, solo nos han venido a ver ancianos y paisanos de Zaragoza, madre mia. - dice Alex

Era verdad, su afición era mucho mas buena que la nuestra, pues solo podrían venir los que tuvieran el presupuesto necesario para permitírselo.
Nuestro pueblo es un pueblo de la sierra de Bilbao, muy pequeño y de clase obrera, muy poca gente se podía permitir un viaje a Zaragoza solo para ver un partido.
Pero yo no me dejaba llevar por la gente que hay en el campo, ya que he sido seguidor del amorebieta desde pequeño y recuerdo perfectamente ver todos los partidos con mi padre y mi hermana en la tele, así que me reconfortaba pensar que había gente de mi pueblo viéndome.

Terminamos de calentar y el entrenador da las explicaciones para el partido.
Eneko se había recuperado de la lesión y yo seria suplente, deseaba poder entrar para jugar aunque fueran 5 miserables minutos.

"¿Te imaginas que Juanjo esté viendo el partido?"
Puta voz interior, hay que pensar en ganar no en el chico guapo con el que note una conexión desde el momento en el que lo vi y con el cual me lie en unos baños vip de una discoteca.
Madre mia.
¿Que coño me pasa?
Me siento en el banquillo y me acomodo.
Un sonido fuerte de silbato me devuelve a la realidad.

Empieza el partido.
Partidazo mas bien dicho, íbamos muy igualados en la liga.
"Para partidazo Juanjo"
Puta voz interior.

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