『01』

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.⋆La rutina.⋆

Narra Jhaen.

Las horas transcurren tan lento, tic... toc, tic, lo cual se confunde con la voz del profesor de historia, habla sobre no, no me molestaré en leer el tema de algo que no me interesa en absoluto, y luego ¿de qué me serviría?

Con la hora de la salida, me hizo preguntas acerca de lo peor. ¿Estar involucrado en clases con un profesor de 80 años, o al abandonar el aula donde estarán diversos jóvenes que no saben cómo guiar su vida, riendo, compartiendo entre sí cuando muchos son unos hipócritas y además hablando sobre sus mentiras?

Con toda la serenidad del mundo salgo de mi aula y comienzo a bajar las escaleras. Al llegar abajo me encuentro con uno de los pocos amigos que tengo, de hecho, mi mejor amigo.

Él es un chico más alto que yo y bastante delgado. Su cabello largo rizado color negro, tés blanca con pecas por donde quier y ojos color marrón claros. Tiene un hermano mellizo que es todo lo contrario, su cabello es rojizo y ojos color topacio, pero no hablaré más de él.

En cambio, mi persona, como ya lo dije, soy un poco más baja, práctico ejercicio y mi cuerpo no está nada mal. Mi cabello llega a mis hombros y es liso de color castaño claro, ojos azules con cierta mezcla con el verde, con un cierto parecido a mi madre... Y ya. 

Salimos de la escuela, ambos con audífonos escuchando música, no cruzamos palabras algunas, ambos caminamos con dirección a nuestras casas, ambos vivimos en el mismo edificio, él unos pisos más abajo que yo.

Nunca nos agradó ir en bus escolar, es algo ladilloso tener que esperar a que todos bajen, ya que vivimos en la última estación, pero a 15 minutos de la escuela, ¿qué más da caminar?

Ambos llegamos y subimos al ascensor, en ese momento él me quitó los audífonos e imité la acción.

—Jhaen hoy tendré que dejarte, solo me dejaron algunas tareas y no quiero volver a reprobar el año otra vez.

—Bien, si terminas antes me avisas.

—Tienes que tomarte así que sea un día de descanso, tu cuerpo, aunque esté acostumbrado, lo llevas al extremo.

—Nah, no me interesa eso... Lo dices porque eres un flojo.

—¿Cómo me llamaste? 

—¿Deletreo? F-l-o-j-o. 

Él me intenta hacer una llave, pero fui más rápido e hice lo mismo, pero lo logré con éxito. 

—Voy a hablar con mamá Jani, quiero que me enseñe defensa personal.

—Ya te dije que ella no me ha enseñado, es mi tío cada vez que voy a visitarlo o él viene.

—Bro que malo eres, te he rogado para que me pases el número de tu prima Lisset y simplemente no quieres. 

Inale un poco de aire para tranquilizarme.— Ella es más que mi prima, es mi hermana y más que eso no hay palabras y no pienso dejar que se enrede con un bueno para nada y mujeriego.

—Tonterías, ¿Sabes? Así reforzamos la amistad Paul piensa yo siendo novio de tu prima hermana ¿En qué me convertiría? ¡Hermano! En tu cuñado, no me pongas etiquetas, simplemente son etapas y ella es un año menor que nosotros tampoco estoy cometiendo un crimen.

—No, ya te lo dije Ares mi prima no. Además, ¿Que eres homosexual? ¿Gay? Hermano, ella es full parecida a mí. 

—Mentira, y te voy a demostrar que no son: uno es mujer, dos ella tiene tetas y un buen culo, tres tiene el cabello negro, cuatro sus ojos son verdes.

—Acabas de decir cosas tan obvias, y obvio va a tener los ojos verdes si su madre y su padre los tienen de ese color. ¿De qué color los esperabas, negros? Y su color de cabello es porque el negro es un gen dominante.

—Bueno, su hermana los tiene... Parecido a los tuyos.

—Ya no interesa el tema, es no y punto.

El ascensor llega hasta su piso bajo sin decir más nada, y yo presioné el botón hasta mi piso, pero quedé con algo de intriga sobre el tema. ¿Qué pensará ella de él? Así es que decidí escribirle a Lisset.

Hola enana, ¿Todo bien? 

De una vez guardé mi celular, ya que llegué a mi piso. Caminé hasta el fondo del pasillo. Busqué mis llaves en mi bolso, pero no las encontré. Luego, en mi mochila y nada, le marqué a Ares, pero no las tenía y mi madre no regresa hasta la noche.

—Perfecto.

Todo bien por aquí, señor Jhaen. ¿Volviste a olvidar las llaves? 

Reí un poco al leer el mensaje, es algo común en mí.

No fea, esta vez las dejé en un lugar guardado.

Envié el mensaje y luego me puse de pie y fui a casa de la vecina Rud una señora de la tercera edad, ya que mamá las dejó allí ayer porque siempre tenía el mismo incidente.

Al ya encontrarme dentro de mi hogar, fui a mi habitación y comencé a desvestirme. Dejé todo por allí regado. Más tarde arreglaré todo en su lugar. Tomé un baño, comí algo, reposé y conversé un rato con Lisset y luego salí a hacer mis ejercicios.

Pero no sin antes enviarle un mensaje a mamá y contarle.

Love Me Like Used To. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora