Capituló I.

35 1 0
                                    

____.

A lo largo de mi vida solo he tenido un objetivo, triunfar y demostrar por qué soy la mejor sin embargo mi vida no ha sido nada sencilla, puesto qué mi madre siempre a dejado en claro la única razón de mi existencia y de nacimiento, es ser lo mejor de lo mejor de un matrimonio arreglado sin amor de por medio, sin embargo siempre me he preguntado, ¿por qué yo?.

¿Por qué odiar a tú propia hija?, después de todo dicen qué los padres harían lo qué fueran lo qué sea por sus hijos, sin embargo en mi caso es diferente, sacudo mi cabeza para despejarme de aquello pensamientos y me giro a mirar a mi madre una hermosa mujer a la vista de todos, ojos azules cómo el mar, piel porcelana y bella figura, sin embargo ante mis ojos es una persona cruda qué no perdona ninguna falta.

—Madre.— Me dirijo hacia ella la cuál está completando mi uniforme en mi habitación, pero al llamarla de esa forma se gira a mirarme molesta.

—¿Cómo me llamaste?.—Pregunta con una ceja arqueada.

—Lo siento señora Morgan, pero, ¿A considerado enviarme a esa escuela?.

Ella sonríe sin embargo su sonrisa demuestra superioridad y solo me hace pensar lo peor, cómo quisiera qué papá estuviera aquí.

—Ya lo hablamos ___, eres la hija de Aleixander Morgan y Adara Martínez, tienes qué ir a esa escuela y hacerme sentir orgullosa por una vez en tú vida— Recalca lo ultimo con desagrado mientras continúa— Además, en esa escuela el primer hijo de los Kang estará en esa escuela y ellos se nos parecen mucho a nosotros recuerda qué su padre es el Coronel de FBI y tú padre el ministro de la Marina latinoamericana tiene un mejor puesto qué aquel sujeto, no nos llegan a los talones sin embargo tú mi bella Ninfa, demostrarás de quién eres hija y de lo qué eres capaz.—Explica acariciando mi rostro.— Tú bello rostro no solo demuestra lo bella qué eres demuestra quien eres.

De un momento a otro me suelta.

—Ahora me iré, tengo cosas más importantes qué hacer, mañana te dejarán hasta la entrada del instituto, no me decepciones.

Aquello lo dijo con recelo antes de salir de mi habitación, me giré a ver al uniforme frente a mi, el cuál consistía en una falda gris tableada, con un chaleco del mismo color y una camisa blanca con un moño.

—Te odio, te odio— Maldigo mientras aprieto los puños.—Ni siquiera te conozco y ya te odio.

Antes de dormir entro a ducharme y despejarme un poco para sentirme mejor, al terminar me dirijo a mi gran cama.

—Tal vez, no sea tan malo, tal vez pueda hacer incluso mi primer amigo o amiga— Sonrió antes de caer dormida.

Juegos de seducción.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora