Capituló IV.

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Kang Dooshik.

Jamás entendí el por qué compararme con una chica la cuál ni siquiera conozco sin embargo mis padres me han dado la tarea de superarla y no comprendo el por qué hasta hace poco, era la hija de un ministro muy influyente incluso más qué mi padre por aquello necesitaba ser mejor qué ella, para qué mi padre llenara sus expectativas en mi.

Le pregunté a mi padre ¿quien es ella?, ¿ de qué familia proviene? Y aún recuerdo sus palabras.

Es una línea de hombres provenientes de Noruega quienes llegaron a América hace más de treinta años. Han estado siempre en pro de la humanidad son muy peculiares, inteligentes, independientes. La belleza es una cualidad es muy común en ellos —Continúa— Solo es un legado lleno de hombres, sin embargo al nacer ella rompió la línea, es la primera mujer Morgan, nacida en una jerarquía llena de hombres, no pasan desapercibidos debido al qué el bello de sus ojos qué portan en el iris no se lo permiten.

Toma un descanso antes de continuar y mirarme fijamente.

____ Lilith Morgan Martínez. " La diosa, orgullo familiar"

•Ninfa de ojos Tormenta.
•Soldado destacado.
•Experta en sistema inteligente.
•Experta en combate.
•Manipuladora.
•Experta en espionaje, camuflaje y métodos de evasión.
•Experta en todo tipo de armas.
•Arma letal, peligrosa y poderosa.
•La mejor de su clase.

—Es peligrosa hijo, no solo por su belleza si no también por su gran poder.—Explica serio,—Te engatusará.

—Lo dudo mucho, es una simple humana, al igual qué tú y yo, además ni siquiera la conozco.—Antes de continuar acerca una foto de aquella mujer hacia mi y su belleza es descomunal.

—La belleza femenina es más letal qué un cuchillo de doble filo y ella... Ella es un arma mortal, un ser mitológico, una diosa, la cuál será la protagonista de todas tus leyendas si caes en sus manos.

Aquello me hizo sorprender de sobre manera, aquella mujer tiene el factor de qué la miren aún qué las personas no lo quieran, su belleza es inigualable, es algo Perfecto y placentero a la vista de cuál quiera, es un deleite para la vista y es tan jodidamente atractiva, es el diablo disfrazado de mujer y sus ojos te guían a una tormenta de la cuál jamás podrás escapar y eso es tan excitante qué me asusta.

Una mujer tan bella cómo peligrosa es la perdición de cualquier hombre qué está dispuesto a poner el mundo de rodillas por ella.

Me dirijo a mi habitación con la fotografía de aquella mujercilla en mi manos, me dirijo a mi escritorio y comienzo a pintar el rostro de aquella mujer, al terminar miro la pintura qué he echo y me doy cuenta qué ninguna pintura le hará justicia a la belleza de aquella mujer.

Me dirijo a mi habitación con la fotografía de aquella mujercilla en mi manos, me dirijo a mi escritorio y comienzo a pintar el rostro de aquella mujer, al terminar miro la pintura qué he echo y me doy cuenta qué ninguna pintura le hará justicia a...

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