Capitulo III.

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Me observan en un silencio incómodo y las miradas qué me dirigen solo son de asombroso, comienzo a incomodarme y entonces el profesor Alec, cómo se había presentado hace poco toma la palabra.

—Es un gran honor tener a la hija del Ministro y de la Segunda heredera en esta escuela, bienvenida— Me da una sonrisa qué demuestra calma y me dirijo a la fila nuevamente.

—Joven Kang, ¿vendrá a presentarse?.—

Abro mis enormes ojos color gris, cómo una pequeña tormenta al saber qué el es mi tan halagado enemigo, da igual, solo he venido a este lugar con el único objetivo de triunfar para hacer sentir orgullosa a mi madre y por fin sentirme amada por ella y tener su aprobación.

El chico se acerca hasta quedar en el centro de todos nosotros y ahora lo escaneo bien, alto calculo una altura de 1.90 piel color porcelana, ojos muy lindos color un tanto extraño parecen color dorado pero lo dudo, musculoso y una bella sonrisa he de mencionar.

—Un gusto, mi nombre es Kang Dooshik único hijo del Coronel del FBI, legión desde los seis, capitán a los trece y teniente a mis diecisiete—Dice el hombre frente a mi mirándome fijamente mientras sonríe.— Un gusto conocer a personas qué tienen el mismo estatus qué yo.

Se gira para mirar a los demás lo cuáles están impactando a por aquello, no es un secreto para todos saber qué nuestras familias son contrarias y existe una rivalidad.

—Un gusto señorita Morgan— Me saluda mientras se encamina hacia mi y otro compañero se presenta.—He de mencionar qué todas aquellas cosas qué he oído de usted no le hace justicia a lo hermosa qué es.

Lo ignoro antes de seguir prestando atención y él se sitúa aún lado de mi, al terminar todo esto nos dirigimos a la cafetería de la institución, estaba nerviosa y mis manos sudaban, jamás había convivido con personas qué me vieran cómo su igual, siempre era superior a ellos o eso me hacían sentir.

Al recoger mi almuerzo me acercó a una mesa sola y comienzo a degustar mi almuerzo, sin embargo aquel chico de oyuelos se acerca a mi, con mucha confianza.

—Disculpa, me sentaré contigo si no te molesta.—Dijo con una sonrisa en su rostro mientras tomaba asiento frente a mi.

Negué y decidí ignorarlo, era demasiado parlanchín.

—Eres realmente hermosa, tienes unos ojos demasiado hermosos cómo una increíble tormenta y tú cabello azabache encaja completamente con tú rostro, el cuál permíteme halagar qué parece el de una Ninfa.

Lo mire con una ceja arqueada mientras él seguía escaneando mi rostro.

—Lo sé, siempre me repiten lo mismo, no soy una modelito, halaga mis logros o mi inteligencia, no seas superficial.—Aquello lo solté sin pensar.

El me miro sorprendido pero sonrió.

—Fue culpa mía, lo siento—Se disculpo apenado—No quería hacerla sentir incómoda.

Negué y me levante para dejar mi charola en su lugar, siendo seguida por aquel castaño, el cuál parecía un cachorro siguiendo a su dueño.

Se planteó frente a mi de golpe después de dejar mi charola y encaminarme al patio principal.

—No me gusta ser ignorado, mucho menos por alguien cómo tú.

Al decir aquello me hizo fruncir el ceño, ¿Quien se cree qué es?

—¿Alguien cómo yo?, por supuesto no lo pensé antes—- Hablo mientras llevó mi mano izquierda a mi frente— Eres tan inferior a mi qué piensas qué sentarte conmigo te hace tener el mismo estatus.

El solo sonrió de lado antes de acercarme a mi y agacharse a mi altura.

—No seas patética, ambos sabemos qué estás molesta por qué estás hablando con el hijo del enemigo número uno de tú padre, alguien qué se cree mejor a los demás cuándo no lo es.

Aquello me hizo molestar, nadie hablaría mal de mi padre frente a mi, me giro de inmediato para plantarle un golpe en su nariz, escuchó los jadeos a mis espaldas y los ignoro para tomar mi cabello en una coleta alta y ponerme en posición de defensa.

—Vamos grandote, golpéame, no hablarás de mi padre así cómo así, el tiene algo qué tú no, alguien qué esta dispuesta a defenderlo ante todo.

Parece sorprendido pero me regala una sonrisa.

—No te golpeare jamás, hasta luego patética—Gruño molesta, los directivos nos citaron después de eso advirtiéndonos, qué no volvamos a recurrir a eso y aquel joven se disculpó por su falta de modales y yo solo lo ignoré.

Al llegar a casa mi madre está frente a la mansión principal mirándome seria, mierda, pienso desanimada, papá me regañara.

—Supe lo qué pasó hoy en la escuela, ___, golpeaste a ese chico, una gran hazaña para un soldado cómo tú—Habla con seguridad para acercarse a mi y acariciar mi rostro de manera gentil, lo qué hace me hace sorprender.—Por ello te daré un regalo.

Un hombre se acerca a mi y me entrega unas llaves antes de hacerme un saludo militar a lo cual correspondo.

—En tú cumpleaños pediste un auto, el cual no se te regalo por qué fuiste ascendidas teniente pero por la hazaña de hoy aquí lo tienes.—-Habla encaminándonos a todos los autos qué están estacionados—McLaren MCL36, modelo 2024, blindado, con sistema automático, coraza anti explosiva, equipo inteligente de defensa integrado con diseño exclusivo, color negro.

Chillo emocionada para comenzar a verlo por todos lados y sonrió entusiasmada.

—Felicidades mi pequeña Ninfa, no me has decepcionado—Se marcha dejándome sola y asombrada.

Jamás había sido así conmigo, estoy feliz, conseguí dos victorias en un día y papá llegará mañana de su misión en Moscú.

Juegos de seducción.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora