Sorpresas (Recuerdos Parte 5)

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(N)

Hacienda Reyes

Septiembre de 2005

Ya 2 meses habían pasado desde que decidí meterme de lleno a trabajar en la administración de la Hacienda y la verdad es que cada día me encantaba más haber tomado esa decisión. Aunque no niego que han habido días de mucho estrés y presión por todo el trabajo fuerte que conlleva buscar posicionarnos como los mejores de la región, también hay días que son muy gratificantes reflexioné feliz mientras bajaba de la mano con mi pequeño ángel hacia el comedor listos para desayunar y cumplir con un nuevo día tanto laboral como escolar ya que Juan David hace poco había comenzado el kínder, llenándome de nostalgia y alegría al mismo tiempo debido a que mi pequeño hombrecito estaba creciendo muy rápido.

—¡Buenos días!

—¡Buenos días doña Normita! ¡Buenos días mi niño!

—¡Buenos días Itina! — respondió mi pequeño muy feliz

Señora, don Juanito salió muy rápido y sin desayunar porque tenía una reunión con unos posibles clientes. — comentó con un ligero reproche en su voz que me hizo sonreír ya que Quintina era como una mama gallina cuando se trataba de mi esposo o sus hermanos

Sí, me habló sobre ello. Son unos clientes vecinos muy importantes que están interesados en la nueva producción de concentrado que realizamos en la Hacienda, la cual inicialmente se hizo para abastecernos a nosotros mismos. Pero, al parecer es tan bueno que lo quieren adquirir y muy probablemente lo comercialicemos localmente— comenté mientras batallaba con mi hijo quien no se quedaba quieto en su sillita para desayunar y me estaba exasperando.

—Este niño cada vez exige más su puesto en la mesa sin ninguna restricción. ¡Juan David! — terminé por decirle con voz autoritaria para calmarlo y lograr colocarle el seguro, aunque lo único que conseguí es que llorara y con ello terminara exasperándome

—No se apure doña Normita, yo lo hago

—¡Gracias! — respondí aliviada cediéndole mi lugar

Con pesar, tome asiento en el comedor colocando mis codos sobre la mesa y mis manos sobre mi rostro sintiéndome un poco fatigada, sin energía ni paciencia para soportar este pequeño berrinche de mi hijo

—¿Le pasa algo señora?, la noto como cansada, ¿se siente mal?

—No te preocupes Quintina, todo está bien, solo es un ligero dolor de cabeza que tengo — contesté con una pequeña sonrisa para tranquilizarla.

Aunque, reflexionando un poco en lo que me acababa de decir, la verdad es que ya llevaba unos cuantos días sintiéndome extraña, con algunos malestares y sobre todo muy cansada.

—Ya quedó. Ahorita les traigo el desayuno. Hoy preparé su platillo favorito, arepas de queso.

—¡Que delicia! —respondí tratando de inyectarle animo a mi voz

La arepa se veía deliciosa y apetecible cuando la puso frente a mí, pero en el instante que intenté dar el primer bocado comencé a sentir un inmenso asco que me hizo levantarme y correr lo más rápido posible al baño más cercano, alertando con ello a Quintina quien salió detrás de mí.

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⏰ Última actualización: Apr 09, 2024 ⏰

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