☹︎—El misterio de por qué
diablos todos están de mal humor.
[🌊]Annabeth había llegado deprisa junto a los demás chicos,estos la miraron extrañados por semenjante acto,¿por qué había llegado tan agitada?.
Se sacaron de dudas al escuchar como ella tan asustada decía que abrieran las ventanas y era absurdo,ya que literalmente estaban celladas completamente.
El grupo estaba desesperado,así que la única opción que tuvieron fue empujar la ventana de hasta atrás fuertemente para que luego esta cayera y el que manejaba se alertara y preparara para avisarle a los demás.Los chicos trataron de salir aunque el intento fue en vano,porque una furia pasó volando al rededor del transporte rompiendo varias ventanas y casi matando a los pobres e indefensos de Percy,Grover y Evan.
Annabeth preocupada y enojada,defendió a los chicos con lo que traía en manos y tuvieron oportunidad de escapar rápidamente de ahí.
Los cuatro chicos iban caminando por un bosque,obviamente alertados de si había una criatura que los matara a toda costa.Aunque quien no venía muy al pendiente era Evan,que tropezó con una piedra y se rajó toda la mejilla haciendo que le saliera una sangre indescontrolable,así que pronto Annabeth lo ayudó y le dió agua tan siquiera para que se limpiara toda la sangre que le brotaba.
—Más adelante,esto se convierte en un sendero de sátiros–comentó Grover respecto al lugar en el que estaban–
—¿Qué es eso?–preguntó Percy con curiosidad–
—Es un camino a través de la naturaleza.Los sátiros exploradores los usan–explica Grover–
—¿Les encanta mucho la naturaleza,no?–pregunta Evan uniéndose a la conversación–
—Exacto,es nuestro hogar en si.
—Acá será más difícil rastrearnos,es genial y todo eso de la naturaleza,¿pero dónde encontraremos un teléfono?–comentó de la nada Percy a lo cual todos lo voltearon a ver–
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𝐂𝐮𝐫𝐥𝐲 𝐡𝐚𝐢𝐫-𝐏𝐞𝐫𝐜𝐲 𝐉𝐚𝐜𝐤𝐬𝐨𝐧
Fanfiction-Mi chico de cabello rizado... ↯Percy Jackson sólo sabía una cosa,que definitivamente iba a morir intentando encontrar el rayo maestro y que amaba con toda su alma al niño de los Converse sucios y desgastados. Y Evan Hernández sólo sabía que amaba a...