Capitulo cinco.

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Después de que el nudo bajara, los besos y lamidas por parte del Alpha no faltaron, sin embargo, ninguno fue en la boca. Era la forma romántica y melosa de Alastor de demostrar que se sentía encantado y admirado con lo que acaba de pasar. Aquella nueva sensación había despertado en el joven locutor una ambición sobre el cuerpo del Ángel. Quería marcarlo por todas partes, que Lilith viera que habían tocado su fruto prohibido.

Lucifer podía compartir el mismo sentimiento de completa satisfacción, agregándole un tanto de afecto amoroso a la situación. No podía evitar chillar desesperado de cariños al haber bajado el nudo, sintiéndose vació. Había logrado descifrar dos cosas aún con la mente nublada en placer; una: Alastor tenía su parte dulce y cariñosa como todo Alpha que buscaba brindarle protección y amor a su Omega en celó, era bastante lindo y tierno ver que intentaba consolarlo cada que se movía con torpeza estando "pegados". Dos: Está era su primera vez.

Lo noto por la forma en que se planteó demasiado en meter su miembro, siendo torpe y a la vez apresurado, como también fueron sus primeras embestidas donde constantemente el miembro se salía y Lucifer tenía que guiarlo. Además, al parecer el cervatillo no sabía que después de correrse, se formaba el nudo y por nada del mundo te podías mover. Pudo notar su miedo y preocupación cuando no lograba salir ni moverse con facilidad, seguía siendo lindo pero dolía peor que si trataran de arrancarle las alas.
Su corazón latía con fuerza por ese último hallazgo. Él ya no era virgen, claro estaba y parte de la ingenuidad de Alastor reflejaba aquel Omega que se entregó a Lilith, sin saber que hacer, solo dejándose ser tocado con cariño, pero esta primera vez con el Locutor era como si jamás hubiera estado con la mujer.

Simplemente era algo mejor.

—Al

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—Al... espera, no tan... no tan fuerte ¡maldita sea!— pidió el Ángel mientras intentaba sostenerse del barandal de metal negro, debido a la fuerza que ejercía, la pobre aleación se dobló con facilidad y le era más difícil no estarse cayendo. —¡Mierda, eres como un animal!—

Alastor ignoraba aquellas quejas, siguiendo con su ardua labor de penetrarlo con vigor. Habiendo adoptado la posición vulgarmente conocida como "de perrito", le era más fácil a él Alpha llevar el ritmo de sus embestidas, tomándolo por las caderas con ambas manos y logrando enterrarse hasta el final. Podía ver a la perfección la espalda limpia de marcas, lechosa y seguramente tersa del Ángel. No pudo contenerse de morder con fuerza el hombro derecho, casi arrancándole un pedazo de carne, saboreando el elixir dorado.
Lucifer sintió un ardor horrible, podía distinguir la ruptura de las capas de su piel gracias a los afilados caninos del otro, lo que provocó que perdiera la fuerza del brazo y por ende el equilibrio, cayendo de cara contra el colchón. Aún si el dolor persistía, el placer era mayor y no evito alzar sus caderas para que el ciervo siguiera penetrandolo como hasta ahora.

Por el impacto contra el colchón, Alastor también cayó encima del otro, sin salir de su interior y sin soltar la piel. Gracias aquel movimiento se logró hundir aún más, golpeando cierto punto sensible.

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⏰ Última actualización: Mar 21 ⏰

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𝐀𝐝𝐮𝐥𝐭𝐞𝐫𝐲❦ 𝐑𝐚𝐝𝐢𝐨𝐀𝐩𝐩𝐥𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora