A mi esposo le encanta el vinagre.

Capítulo 73

Era una noche fría, la lluvia se hacía cada vez más pesada.

En un callejón en Ciudad A, muchas personas estaban de pie. Además, había un hombre con su ropa hecha jirones el cual estaba siendo presionado por dos hombres vestidos con trajes de negro, arrodilla en el suelo en una postura muy miserable.

Chen Jianshi temblaba mientras jadeaba por aire con la lluvia salpicando en sus ojos. Quería sacudir su cabeza y mirar al hombre frente a él. Pero, si se movía incluso un poco, sería herido aún más.

"¿Qu-qué eres de Chu Yi?" Chen Jianshi preguntó.

Qin Yiheng miró a Chen Jianshi a los ojos y no respondió. En su lugar, inclinó su cabeza y llevó su línea de visión bajo la oreja de Chen Jianshi.

"Lo heriste."

La voz de Qin Yiheng fue baja. Después de decir esto, llevó el pedazo de vidrio en su mano bajó la oreja de Chen Jianshi.

La expresión herida de Chu Yi apareció de repente en su mente. Qin Yiheng frunció el ceño y hundió el jarrón roto hacia abajo.

"¡Ah!"

Gritó Chen Jianshi. Al mismo tiempo, la fuerza de sujeción sobre él se hizo más pesada.

"¡Mierda, vete a la mierda, joder!"

No fue ni demasiado largo ni demasiado corto, Qin Yiheng retrajo su mano cuando tenía la longitud justa que coincidía con la cicatriz de Chu Yi.

Chen Jianshi gritó, "Tú eres el novio de ese mocoso, ¿no? ¡Soy su padre! ¡Cómo puedes hacerme esto! ¡Suéltame! ¡Eres un descarado! ¡Todos son unos imprudentes!"

Qin Yiheng se rio levemente y le dijo a Chen Jianshi, "Contrata a un abogado.

Después de que se oyó la voz, Qin Yiheng recogió el fragmento nuevamente y lo apuñaló con fuerza.

"¡Ah!"

...

Cuando Qin Yiheng salió del callejón, Xu Jing de inmediato se adelantó y le entregó un pañuelo.

Qin Yiheng lo tomó y se limpió la sangre de las manos, "Encárgate de la pintura, está muy sucio."

Xu Jing, "Sí."

Qin Yiheng miró la puerta del estudio de Chu Yi y dijo, "Vuelve a casa."

Xu Jing, "Sí."

Qin Yiheng no pasó mucho tiempo en este viaje. La posición en la que dormía Chu Yi no cambió cuando regresó.

Se cambió de ropa, fue rápidamente al baño para darse una ducha y luego se fue a la cama.

Chu Yi pareció sentir su presencia mientras dormía. Tan pronto como se acostó, Chu Yi se acercó y se pegó a él.

Qin Yiheng primero tocó el cabello de Chu Yi, luego la cicatriz debajo de la oreja de Chu Yi, luego lo abrazó y se durmieron juntos.

Qin Yiheng no durmió muy profundamente esa noche, le preocupaba que Chu Yi de repente se despertara.

Chu Yi tampoco durmió bien esa noche, soñó con muchas cosas.

Soñó con su infancia, y también soñó con Qin Yiheng.

Los sueños iban y venían, pero no lo harían despertarse.

Cuando la alarma en la vida real sonó, Chu Yi aún se sentía mareado, abrió sus ojos, pero no se movió. Sólo pudo ver a Qin Yiheng moverse hacia su lado, recoger su celular de su lado de la cama y apagar la alarma.

La garganta de Chu Yi se sentía muy seca y no pudo decir nada.

Qin Yiheng dejó el celular a un lado e inadvertidamente tocó el rostro de Chu Yi.