Capitulo 4

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Alelí Di Caro

 Habíamos llegado a las famosas carrera, el lugar era un terreno desierto a las afuera de Los Ángeles, a diez kilómetros se encontraba la playa. 

 Observo fascinada los autos de colores que hay al mi alrededor. Decorados con luces de neón y unos dibujos espectaculares. 

 Sentía que estaba en las películas de Rápidos y Furiosos. 

 Por todos lados se encontraban personas besándose, casi comiéndose la boca. 

 Las mujeres de aquí parecían estar acaloradas, la mayoría vestía micro shorts que apenas cubrían sus traseros y corpiños de colores llamativos, era lo único que cubría la parte alta de sus cuerpos. 

 Ahora entiendo por qué Jackie desaprobó mi outfit, parecía niña de kínder al lado de las demás. 

 Soy una macha rosa en una hoja negra. 

 Jackson y yo aparcamos nuestros coches junto a los demás.

 —Jackie, ¿Qué es todo esto? – contemplo cuidadosamente cada detalle de este lugar, mujeres desnudas, hombres bebiendo sin parar, música exageradamente ruidosa, sí, definitivamente esto era una copia barata de Rápidos y Furiosos.

 A medida que íbamos caminando por el lugar, capto como las personas de aquí nos observan.

 — ¿Por qué nos miran así? – cuestiono mi amiga.

 — A mí no, las mira a ustedes. No son el tipo de chicas que vienen a estos sitios – ¿qué quiere decir con eso? 

— ¿Debería ofenderme? – agrego. 

—Si quieres – levanta sus hombros y ríe – escuchen, no se separen de mí, ¿sí? En cualquier momento se puede salir todo de control.

 — ¿A qué te refieres con eso? – pregunto con cierta desconfianza.

 — Policía, los azules, los pitufos, los muchachos, los...

 — Sí, bien ya entendí – lo interrumpo.

 —¿Policía? ¿Quién mierda me mando a venir aquí? Mi padre me deshereda si voy a prisión.

 —Tranquila, eso no va a suceder – creo. 

 Trate de calmarla, pero lo más probable era que si termináramos en prisión.

 — Jackson, bro – capto la llegada de un chico a nuestro lado, era alto, pelo negro, tenía los ojos color verde esmeralda, eran hechizantes. 

— Brian – sonríe Jackson mientras le da un breve abrazo. 

—¿Brian O'conner? – Susurra mi amiga logrando sacarme una risa – yo podría ser su Mía.

 —Calma tus hormonas. 

—¿Y estas preciosuras? Brian Scott, para serviles – toma cuidadosamente nuestras manos y deposita un suave beso en ellas. 

— Ya Brian – Jackie lo aparta de mí – Ella es Alelí, ella es mi corredora estrella – nos presenta – Y la otra es una vagabunda que encontramos en la carretera. 

 Mi amiga abre su boca indignada.

 —Cállate maldito estúpido – expresa enojada – Soy Nadya un placer – sonríe y le coloca su mejor cara de coqueta. 

— Nadya, hermoso nombre, como tú – el tal Brian se estaba comiendo con la mirada a mi amiga y ella no se quedaba atrás. —¿Ves ese Audi azul de allá? – Le cuestiona Brian a mi amiga – es mi coche, ya sabes qué mirar en la carrera. 

Por ti #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora