Número desconocido - Jegulus

10. ¿En realidad le gustaba tanto?

–No terminamos de ver la película.

–¿La pongo?

–No.

–Estabas muriendo de asco con tanta sangre –lo molestó James y Regulus lo siguió viendo alrededor– Prefiero el terror que el horror.

–Tú sugeriste la película.

–Dijeron que tenía buena trama, todo fue mentira.

–Nunca creas en internet –contestó James y al notar la mirada de Regulus hacia la sala dijo– Lo siento por el desastre.

–La habitación de Sirius es tres veces peor que tu sala desordenada –contestó Regulus y entraron a la cocina– Vaya, esto es como si fuera otro mundo.

–Me he acostumbrado a tener la cocina perfecta.

Regulus asintió y curioso vio dentro del refrigerador que James abrió, había demasiadas cosas, verduras, frascos, botellas, incluso vio como cuatro tipos de mermeladas.

–¿Agua? ¿Jugo?

–Jugo supongo –contestó Regulus y vio sus manos entrelazadas, aún seguían sin soltarse desde que bajaron del taxi.

James tomó dos botellas de jugo y volvieron a caminar –Mi habitación no es un desastre, mejor vamos allí.

–Excusas para llevarme allí.

James se rió y Regulus clavó la mirada en sus hombros que se movieron, se preguntó vagamente si es que iba al gimnasio o como es que tenía sus músculos definidos.

–Te juro que yo recordaba esto más ordenado.

Regulus vio hacia el armario abierto junto a la cama llena de ropa y finalmente soltó su mano porque James fue hacia allí a recoger todo lo que había –Creo que te probaste todo tu armario ayer –lo molestó.

–Era un día decisivo Reggie. Tenía que verme bien.

–¿Para? –preguntó intentando ignorar el apodo cariñoso.

–Para tí.

–Deja de hacer eso –se quejó Regulus y sonrió al notar toda la ropa que James alzaba y metía al armario sin cuidado– Deberías ordenar eso.

–Otro día, estás tú aquí, no tengo ganas de ordenar ropa si estás tú –contestó James volteando hacia él y Regulus se sintió nervioso, James era tan directo con él, lo cual le gustaba, pero a la vez lo sorprendía– Reg, entiendo que no quieres hablar sobre todo lo que dije, pero...

–No es que no quiera hablar de ello –admitió– Es que, no tengo ni idea de que estoy haciendo. Ni siquiera sé cómo llegué aquí.

–En taxi –respondió James quitándose la casaca.

Regulus se cruzó de brazos –Tomé una decisión apresurada, eso es lo que pasó –dijo y James se acercó más.

–Pero no te estás arrepintiendo de ello ¿Cierto?

–No –contestó y se contagió de su sonrisa– No te estoy correspondiendo como quieres ¿Y aún así estás feliz?

James asintió y llevó las manos a sus brazos, los descruzó y luego hizo que ponga las manos sobre sus hombros –Así mejor.

–¿Solo así? –contestó Regulus y enredó una mano en su cabello.

James pasó saliva –Se que ya lo dije, pero me gustas demasiado Reg.